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La locura por los Aquino llega al móvil en Filipinas

  • Diseñan un teléfono inspirado en el matrimonio Aquino
  • El diseño incluye las características gafas del marido de Cory
  • La pareja que se opuso al dictador Ferdinand Marcos, un icono de moda

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LA LOCURA POR LOS AQUINO LLEGA AL TELÉFONO MÓVIL EN FILIPINAS
El diseño incluye en su parte delantera un logo con las características gafas de pasta negra de Ninoy y la parte de detrás está decorada con sus rostros sonrientes.

Cory Aquino

Corazón Aquino llegó al poder en 1986 en medio de una revuelta popular pacífica apoyada por la Iglesia y los militares que acabó con la llamada dictadura conyugal de Ferdinand e Imelda Marcos. Miembro de la poderosa familia de los Cojuangco, "Cory" se casó en 1953 con Benigno "Ninoy" Aquino, quien años después se convirtió en líder de la oposición antes de ser encarcelado y luego exiliado en Estados Unidos. Ella tomó su relevo en 1983, cuando su marido fue asesinado en el aeropuerto de Manila al bajar del avión en el que regresaba del destierro, un suceso que para muchos marcó el principio del fin del Marcos y consagró a los Aquino como mártires instalados para siempre en el imaginario colectivo filipino. Tanto es así que su hijo Noynoy, un joven senador con poco más bagaje que el apellido, es el favorito de las encuestas para ser elegido el próximo año presidente de Filipinas.

En plena locura de compras por la Navidad en Filipinas, uno de los productos estrella es un teléfono móvil inspirado en la ex presidenta Cory Aquino (1986-1992) y su esposo Ninoy, convertidos en símbolos de la libertad e iconos de moda.

La enorme popularidad de ambos y la muerte el pasado agosto de Cory ha provocado un aluvión en los últimos meses de parafernalia relacionada con la pareja, que encabezó durante los años ochenta la resistencia al régimen de Ferdinand Marcos.

Para el próximo año está previsto el estreno de una película biográfica, y el Banco Central estudia que la imagen de ambos figure en el nuevo billete de 500 pesos (unos diez dólares), entre otras iniciativas.

Así y en un país adicto al móvil,  la empresa de telefonía local Solid Group optó por lanzar al mercado un modelo especial inspirado en el matrimonio para aprovechar su gran tirón comercial.

Los celulares de la edición limitada "Ninoy-Cory" solo están disponibles en el característico color amarillo que identificaba a los opositores del régimen de Marcos, asociado al "rojo".

La parte de atrás está decorada con las caras sonrientes del matrimonio

El diseño incluye también en su parte delantera un logo con las características gafas de pasta negra de Ninoy, y la parte de detrás está decorada con sus rostros sonrientes.

Por si esto no fuera suficiente, en el menú de opciones figuran sus biografías, mejores discursos, cartas, poemas y por supuesto una amplia colección de oraciones en un sinfín de archivos MP3.

El móvil de los Aquino también hace gala del fervor religioso del que siempre presumió Cory a través de un recopilatorio de los rezos, salmos y pasajes de la Biblia preferidas de una mujer considerada como una santa en vida por muchos de sus compatriotas.

El tono de llamada es el himno nacionalista anti-Marcos

Otros detalles son el fondo de pantalla con una mano haciendo la señal del "Laban" (lucha) y el tono de llamada, que por defecto es "Bayan Ko" (Mi País), el himno nacionalista anti-Marcos que cantaron sin cesar en 1986 los simpatizantes de Cory, que con solo sus rosarios en la mano vencieron a los tanques del dictador en las calles de Manila.

Se venden como rosquillas

"Estábamos pensando en lanzar una línea especial dedicada a los héroes filipinos, y qué mejor manera que empezar con Ninoy y Cory Aquino", indicó a Efe el presidente de Solid Group, David Lim, quien recordó que "ellos nos devolvieron la libertad".

Inicialmente, fue un encargo de la familia para homenajear a la fallecida ex presidenta, pero ante el interés mostrado por varios amigos, Lim decidió comercializar un lote de 30.000 unidades justo a tiempo para la Navidad.

Y no se equivocó, pues los teléfonos se venden como rosquillas pese a su precio de 5.000 pesos (más de cien dólares) y hay una enorme demanda entre los emigrantes filipinos, un potencial mercado de diez millones de clientes.