Ascienden a 33 los muertos por una explosión en una procesión chií en Karachi
- Fuentes hospitalarias elevan la cifra de heridos a más de 60
- Celebraban la festividad sagrada del Ashura en Karachi
33 personas muertas y más de 60 heridas es el último balance del ataque suicida perpetrado el lunes contra una procesión chií en Karachi, informó al canal privado Express el jefe de la Policía de esta ciudad del sur de Pakistán.
La explosión tuvo lugar cuando un islamista suicida se inmoló en la parte delantera de una procesión que conmemoraba la festividad de Ashura, la más sagrada de la comunidad islámica chií.
"Fue un ataque suicida. El atacante caminó a través de la procesión, y se inmoló", ha declarado el ministro del Interior, Rehman Malik, en un canal de televisión privado.
Fuentes hospitalarias citadas por los medios paquistaníes elevaron la cifra de heridos a 63.
Poco después del atentado, se registraron estampidas y fieles chiíes prendieron fuego a 15 vehículos y apedrearon a la Policía.
La procesión chií -corriente del Islam minoritaria en Pakistán- transitaba por la avenida Jinnah en el momento de la explosión. Cerca de 50.000 personas se encontraban congregadas en las calles de Karachi en ese momento.
El Movimiento Talibán de Pakistán y sus aliados, que denuncian la alineación de Islamabad con la "guerra contra el terrorismo" estadounidense, se consideran responsables de la oleada de atentados con bombas que han asesinado a más de 2.700 personas en el país durante dos años y medio.
Un llamamiento a la paz
El primer ministro de Pakistán, Yusuf Razá Guilani, condenó el atentado y llamó a la población a mantener la paz durante la festividad.
Una portavoz de la provincia de Sindh -cuya capital es Karachi- aseguró que unos 100.000 policías y 5.000 agentes de un cuerpo especial de las fuerzas de seguridad se hallan desplegados en la urbe meridional.
El 'nazim' o máxima autoridad civil de Karachi, Mustafá Kamal, manifestó a los medios que el ataque no es sólo contra una confesión religiosa concreta sino contra todo Pakistán.
Desde anoche tienen lugar largas procesiones chiíes en las principales ciudades de Pakistán, donde se han intensificado las medidas de seguridad ante el temor de que se registren episodios de violencia confesional.
La festividad de Ashura, el décimo día del mes de Muharram, conmemora el martirio del imán Husein, nieto del profeta Mahoma, quien un día antes de morir fue derrotado en la batalla de Kerbala junto a 72 de sus compañeros en el año 680 por el ejército del califa omeya Yazid I.
El pasado domingo, los chiítas fueron blanco de un atentado suicida que mató a siete personas en Muzaffarabad (noreste), capital de la Cachemira pakistaní y un ataque con bomba causó heridas a 17 personas también en Karachi.
Los chiítas representan alrededor del 20% de la población de Pakistán, de mayoría suní. Más de 4.000 personas han muerto víctimas de la violencia sectaria en el país desde finales de 1980.