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Pakistán investiga el atentado suicida que costó la vida a más de 90 personas

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93 muertos en el atentado de Pakistán

Las autoridades investigan este sábado el atentado suicida que este viernes mató a unas 90 personas, incluidos varios niños, en una cancha de voleibol del conflictivo noroeste de Pakistán, el último de una gran ola terrorista al hilo de la operación del Ejército en el principal feudo talibán.

Al menos veinte funerales han tenido lugar este sábado por las víctimas del atentado, la mayoría civiles salvo siete miembros de las fuerzas de seguridad, mientras que más de 60 personas se recuperan de sus heridas, entre ellas diez que presentan un diagnóstico grave, según una fuente policial.

La acción fue perpetrada por un suicida, que hizo estallar los aproximadamente 300 kilos de explosivo que portaba en su vehículo en una pequeña localidad del distrito de Lakki Marwat en medio de una cancha de voleibol, cuando había un partido en juego.

La deflagración causó el derrumbe de una veintena de edificios, incluido uno ocupado por uno de los llamados comités de paz, que luchan contra los talibanes.

Sospechan de los talibanes

Ningún grupo se ha atribuido la autoría de la masacre, aunque diversas fuentes de inteligencia no dudan en adjudicárselo a Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), movimiento que aglutina a diversas facciones talibanes de la nación surasiática.

"Entra dentro de su estrategia de propagar el terror pero es fácil que (los talibanes) no reivindiquen la acción porque hay muchas bajas civiles y esto les resta apoyos", ha asegurado una fuente de los principales servicios secretos paquistaníes (ISI).

El Ejército combate actualmente al TTP en varios frentes de las cercanas áreas tribales fronterizas con Afganistán, incluido el que se considera su máximo bastión, la región de Waziristán del Sur, donde en octubre comenzó una operación militar a gran escala.

A pesar de que la comandancia paquistaní asegura haber eliminado a más de 600 integristas en esta ofensiva, no ha descabezado a la cúpula del movimiento y los analistas creen que el grueso de la insurgencia se ha refugiado fuera del enclave en conflicto, donde el invierno ha imprimido un "perfil bajo" a la campaña militar.

Casi 800 muertos en tres meses

En estos últimos tres meses, una ola terrorista paralela ha causado casi 800 muertos en medio centenar de atentados en todo el país contra objetivos tan diversos como la ONU, centros educativos, fuerzas de seguridad, políticos, periodistas, mercados, tribunales o minorías religiosas.

"Este ataque tiene un patrón muy de Al Qaeda. Es preocupante que cada vez haya más nexos entre los talibanes paquistaníes y otros grupos yihadistas. Puede ser que estén optando por una nueva tendencia de atacar contra objetivos fáciles donde haya mucha población civil", ha puntualizado una fuente de seguridad occidental.

La fuente ha agregado que el TTP, que actúa con una "jerarquía muy horizontal", quiere demostrar que "las operaciones no tienen éxito, que pueden llevar la guerra a cualquier lugar e imponerse a través del miedo. No se van a conformar con atentar sólo en el noroeste, lo lógico es que golpeen también en las grandes ciudades".

En la consolidación de sus ofensivas, el mando militar de Pakistán ha buscado aliados en tribus enemigas de las facciones talibanes que atacan en territorio paquistaní, ha alentado disputas internas y fomentado milicias locales.

Esta estrategia se ha llevado a cabo tanto en el valle norteño del Swat como en diversas áreas tribales y en la misma Lakki Marwat; los líderes antitalibanes y sus combatientes han constituido un objetivo prioritario de la insurgencia.

Los analistas dudan además de la estrategia del Ejército, que se desarrolla por fases, y de su interés real de deshacerse de todos los elementos talibanes ante la eventualidad de una marcha de las tropas extranjeras del vecino Afganistán.

"Hemos conseguido bastantes objetivos en Waziristán del Sur y en otras operaciones. Los insurgentes están a la fuga. Primero tenemos que contrarrestar al TTP y luego ya nos plantearemos actuar contra otros grupos", ha insistido una fuente del ISI.

Más de 3.300 personas -una media de nueve cada día, la mayoría civiles- fallecieron en actos terroristas en 2009 en Pakistán, una cifra que podría haber sido aún mayor, ya que las autoridades paquistaníes aseguran que "por cada ataque, hay siete que se han evitado".