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Brown califica el último reto a su liderazgo como "una tormenta en una taza de té"

  • Lo contrapone a las "verdaderas tormentas" que está sufriendo el país
  • Dice que logró el apoyo de su gobierno en dos horas
  • La oposición pide elecciones anticipadas ante la crisis del Laborismo

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"Una tormenta en una taza de té". Así ha calificado el primer ministro británico, Gordon Brown, el pulso a su liderazgo en el partido echado por dos ex ministros cercanos a Tony Blair, que pidieron una votación secreta sobre la idoneidad de su candidatura en las elecciones legislativas de este año.

"Estamos luchando contra verdaderas tormentas ahora", ha añadido Brown en referencia al temporal que está viviendo el país, el peor en 30 años.

La nieve y el frío polar están causando muchos problemas para moverse por las ciudades afectadas, entre ellas Londres.

En una estrategia coordinada de Downing Street para pasar página al incidente -el segundo reto a la autoridad de Brown en seis meses- el portavoz del Gobierno ha detallado que Brown tuvo "la completa confianza" de todo su gobierno mientras el primer ministro hablaba por primera vez desde el incidente en la BBC.

"Me llevó poco tiempo (parar el golpe). Creo que es uno de esos temas secundarios en esta época en la que la gente está más preocupada...Lo que estamos haciendo es tratar de atenuar las consecuencias del temporal y asegurarnos de que la gente está bien.  No iba a tomarne mucho tiempo en el asunto y no tuvo, ciertamente, mucho de mi tiempo", ha declarado.

Además, ha negado que el apoyo de algunos de sus ministros fuese tibio -"puede leer en las declaraciones lo que quiera", ha comentado- y ha desvelado que logró el respaldo decisivo de su gabinete "en una o dos horas".

Refuerzo interno

Y es que el golpe ha llegado en un momento donde, a pesar de que los laboristas están muy lejos de los conservadores en las encuestas, se están recuperando poco a poco pese a la recesión, la guerra en Afganistán y el escándalo de los gastos de los parlamentarios

"Puede que haya dañado su autoridad para el público en general, pero dentro del Partido Laborista podría haber reforzado su posición de cara a las elecciones porque el ataque parece poco pensado", considera Justin Fisher, profesor de ciencia política de la Universidad de Brunel.

De hecho, muchos políticos laboristas estaban que "echaban chispas" por la iniciativa de los ex ministros porque consideran que puede lastrar la incipiente recuperación del Laborismo de cara a la precampaña electoral.

La oposición pide elecciones anticipadas

Más dañado incluso que Brown ha podido salir su probable sucesor, el ministro de Exteriores David Miliband, cuya tibieza y tardanza en el apoyo, así como la cercanía a los 'conspiradores' le ha granjeado críticas en el seno del Gobierno.

"Todos estamos determinados a ganar las elecciones bajo el liderazgo de Gordon por el bien del país", ha declarado Miliband a Sky News en un tono mucho más contundente esta mañana.

Por su parte, la oposición no ha perdido la oportunidad para criticar a Brown y ha pedido elecciones anticipadas dado que consideran que el incidente demuestra que las divisiones del Laborismo lo hacen incapaz de gobernar.

"No podemos seguir con esto, tenemos que tener elecciones y cambiar el Gobierno", ha declarado el líder conservador, David Cameron, probable sucesor de Brown al frente del gobierno británico tras las elecciones de mayo.