El futuro de la Comisaria belga de Ayuda Humanitaria está en el aire
- Las relaciones de su marido con la mafia y la opacidad de sus finanzas, la clave
- El Comisario lituano de Fiscalidad, también podría suspender el examen
La candidata búlgara a Comisaria de Ayuda Humanitaria, Ruminia Jeleva, no tiene garantizada la elección después de que el Parlamento Europeo le haya pedido aclaraciones sobre sus negocios antes de dar su visto bueno.
Después de una audiencia ante los diputados muy dura, los líderes la han acusado de "falta de transparencia" en sus finanzas. En especial tras descubrirse que ha ocultado su participación en la compañía Global Consult.
Algo que se une a las informaciones aparecidas en la prensa, que indican que su marido podría estar vinculado con algunas mafias.
La candidatura de Jeleva queda, por tanto, en el aire a la espera de que los eurodiputados reciban y analicen las informaciones adicionales que han solicitado a la Comisión y a los propios servicios legales del Parlamento.
"Hasta entonces no se tomará ninguna decisión", según un comunicado del vicepresidente del grupo Socialista, Hannes Swoboda. Por su parte, el líder del grupo del Partido Popular Europeo (PE), Joseph Daul, confió en que la "situación legal de la señora Jeleva se clarifique cuanto antes" para que pueda ser juzgada por sus méritos.
El comisario de Fiscalidad también en la cuerda floja
Jeleva no es la única candidata que puede encontrar problemas en el Parlamento, pues según fuentes parlamentarias los eurodiputados tampoco han cerrado su evaluación del lituano Algirdas Semeta, llamado a ocupar la cartera de Fiscalidad y Lucha contra el Fraude.
La actuación de Semeta durante su audiencia ha despertado "serias dudas" en el grupo Socialista, el segundo del hemiciclo, que le reprocha falta de claridad y detalle en sus respuestas.
"La impresión mayoritaria fue de decepción, lo que nos lleva a cuestionar su idoneidad como nominado para esta importante cartera de la Comisión", según Swoboda.
Semeta ha recibido también algunos ataques desde su propia familia política, como el de la conservadora luxemburguesa Astrid Lulling, que le ha informado de "no entender nada" y de no estar lo suficientemente preparado.
Aunque formalmente el PE sólo puede aceptar o rechazar al conjunto de la Comisión en su voto final, en la práctica puede forzar a Barroso a sustituir algún nombre para evitar la caída en bloque del equipo. Hace cinco años los eurodiputados ya llevaron al político portugués a sustituir a dos de los designados y a cambiar a otro de cartera.