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En Portada analiza el "proyecto Obama"

Andrew Patner: "la gente sigue entusiasmada con Obama pero al mismo tiempo es realista"

  • El escritor y periodista norteamericano analiza la gestión de Barack Obama
  • Transcripción completa de la entrevista concedida a En Portada

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Andrew Patner es escritor y periodista. Colaborador entre otros del diario Chicago Sun-Times, Wall Street Journal o Chicago magazine. Crítico de arte y antiguo alumno de la Universidad de Chicago donde fue profesor Obama.

Su familia conocía a la del presidente y él como antiguo vecino del barrio donde vivió Obama tiene también una visión personal del presidente como ser humano y como político. Hyde Park es un barrio muy peculiar de Chicago, donde conviven blancos y negros, una zona que no es ni de ricos ni de pobres, una zona multicultural con un ambiente bohemio y artístico, el hecho de que en él se encuentre la Universidad de Chicago le impregna también de un ambiente estudiantil y político.

El de Patner es uno de los testimonios recogidos en el reportaje de En Portada "El proyecto Obama". La transcripción completa de la entrevista, sólo aquí, en la web.

P. ¿Hyde Park cambió a Obama o por el contrario Obama ha propiciado un cambio en el barrio?

No cabe duda de que Hyde Park afectó más a Obama de lo que Obama ha podido afectar a Hyde Park, desde luego, pero con una excepción, ahora vienen aquí muchos autobuses de turistas. Antes no venían turistas salvo para ver la arquitectura y la Universidad de Chicago. Ahora se puede decir que Obama ha colocado a Hyde Park en el mapa. Pero estoy convencido de que, más que cambiarle, Hyde Park potenció aspectos ya existentes en su personalidad. Su única familia real en los Estados Unidos estuvo viviendo en Hyde Park durante décadas, su tío abuelo, Charlie Payne, su tía Melanie, su primo Richard... Obama conoció a esta gente toda su vida, sabía que era una familia blanca que vivia en Hyde Park, una zona mixta, iba a colegios mixtos... eso era algo de lo que él ya era consciente y que había sido muy importante para él. Creo que vivir aquí y trabajar aquí, el tener oportunidad de conocer a tanta gente, le permitió expresarse como adulto. La idea de que se podía ser abogado o escritor no resultaba nada extraño en Hyde Park, asi que vivir aquí además de permitirle que potenciara una personalidad adulta, le facilitó encontrar mentores. Este es un punto clave, porque Hyde Park conjuga dos de los aspectos más importantes de la vida política de Chicago, uno de ellos es la tradición independiente, el que la gente no esté gobernada por un partido nacional o un aparato de partido, y el otro es la tradición negra. Ambos aspectos contaban aquí con muchas personalidades importantes, tanto a nivel nacional como a nivel local que culminaron en la elección de Harold Washington como primer alcalde negro de Chicago, que provenía tanto de la tradición negra como de la tradición independiente. El juntó ambas tradiciones. Y cuando Obama se vino a vivir a Chicago en 1985, Washington llevaba dos años siendo alcalde y se estaba ganando un prestigio considerable. Es el hombre cuyo retrato tenía Obama colgado en la pared de su despacho, es el personaje del que quería aprender, que gozaba de una experiencia que él no podría tener jamás, porque, él no era un negro americano y no provenía de la política, por aquel entonces Washington también había hecho de Hyde Park su hogar, junto los otros mentores políticos de Obama, que en su mayoría, eran demócratas liberales independientes blancos, además de judíos lo cual ha sido una parte muy importante del mosaico de Hyde Park.

P. Un año después de su elección ¿cómo ve usted a Obama?

Cuando alguien se convierte en presidente, o rey, o príncipe o cualquier otro cargo tan importante, pierde involuntariamente cierto sentido, la posibilidad de ser visto de una forma normal. Pero el Obama que ahora vemos por la televisión, o en las fotos, en las entrevistas, es el mismo Obama. Siempre ha tenido una faceta muy seria, ya de muy joven, siempre proyectándose en el futuro, siempre pensando mucho las cosas. La gente ve esto y se piensa que es un indeciso o que piensa demasiado o algo parecido. Quienes le hemos conocido y observado a lo largo de su vida adulta le reconocemos, incluso quienes le conocimos a través de su familia, de adolescente. Al mismo tiempo, siempre ha tenido muy buen humor, siempre sonríe y es muy espontáneo con la gente. Ese es, sin duda, Obama. Ahora bien, tampoco se puede decir que sea el mismo exactamente, porque no es el mismo, ahora es el Presidente Obama. Quizá mucha gente de la comunidad del sur de Chicago querría verle expresarse de una forma más directa e identificarse más abiertamente con algunas de las tradiciones progresistas de aquí. Pero los objetivos que se ha propuesto y las promesas que ha hecho durante la campaña y desde que es presidente, creo que todo el mundo. Aquí por lo menos, con razón o no , cree que va a cumplirlos, o al menos que va a hacer todo lo que esté en su mano para conseguirlo. Su método es trabajar de una forma prudente, más modesta, que es la tradición del sur de Chicago.

P. ¿Cuál de sus promesas cree que va a ser más difícil de cumplir?

Creo que, principalmente, ha hecho dos promesas, una de ellas explícita y otra implícita, o más implícita. La promesa explícita consiste en retomar los ideales del New Deal de Franklin D. Roosevelt, que se remontan a los años 30 y 40, y proseguir esta idea de apoyo económico y de mayor igualdad económica en este país. Ésta es una lucha, que de una forma u otra, lleva doscientos años librándose, se ha librado a propósito del New Deal, la seguridad social, la asistencia sanitaria a personas de bajos ingresos y mayores, los otros programas de asistencia no empezaron hasta los años 30, es decir desde hace setenta o setenta y cinco años. Así pues, llevar a cabo estos cambios va a resultar muy difícil y va a llevar su tiempo. En algunas zonas del país, la gente se asusta cuando utilizas el adjetivo "social" se piensan que estás diciendo "socialismo" y que esto significará "comunismo", pero no quieren renunciar a la seguridad social. La gente mayor no quiere renunciar a la asistencia sanitaria. Así pues, ya aceptan los programas existentes. Lo que es muy difícil es instaurarlos. Pero la promesa implícita que ha hecho es, al mismo tiempo, más difícil y más fácil. Consiste en recordar a la gente que "una América" no significa la América blanca, no significa la América de los hombres, no significa sólo la América de la costa este, la de Harvard y Yale... Se ha esforzado por nombrar toda clase de cargos, importantes o subalternos sin basarse en el color, o el sexo, sino en encontrar a gente cualificada para ocupar esos cargos. Designar a una jueza latina para el Tribunal Supremo fue tan explosivo como la primera vez que entró un negro en el Tribunal Supremo. Esta es una forma de decir: "América recuerda las promesas que se hicieron hace doscientos años con la Declaración de Independencia". Lo mismo ocurre con el fiscal general que es negro, la embajadora ante Naciones Unidas es una mujer negra, la embajadora ante el mundo, la Secretaria de Estado es mujer. Esto es algo que va a hacer siempre, para recordar a la gente que tenemos que trabajar todos juntos, aliarnos y tenemos que ver quiénes somos como nación, esta mezcla de distintos tipos de personas. Esto es algo que, sin duda, fomentaron sus años en este barrio de Hyde Park.

P.¿Se pretendía con la elección de Obama un cambio en Estados Unidos?

Por supuesto. Es un intento para cambiar de rumbo, es un intento para inaugurar una nueva era de mayor apertura y mayor civilización, que se acaten las leyes y se representen los ideales más elevados del país en lugar de la idea de que Estados Unidos es, de algún modo, superior al resto del mundo, que, según muchos es la imagen que se proyectó los últimos ocho años, antes de la elección de Obama. Aún queda por ver si realmente estamos en una nueva era, pero, una vez más, le está exigiendo mucho a la gente, le está exigiendo que reflexione sobre sus ideales, que cuide su comportamiento y su forma de hacer las cosas. Esto ya de por sí, supone una nueva era, no se trata de sentarse a esperar que ocurran las cosas, sino de involucrarse. ¿Ocurrirá esto?, el tiempo lo dirá.

P. Después de un año ¿Se sigue teniendo confianza en este barrio en Obama?

Esta es una zona muy concienciada políticamente, el barrio sur, el barrio de Hyde Park: no cabe duda que en esta comunidad hay gente, sobre todo la que está más a la izquierda que desea acelerar esto, actuar con más firmeza o sacar ya mismo las tropas de Irak y Afganistán... Pero no creo que fuera eso lo que dijo que iba a hacer, creo que, por lo general, la gente sigue esperando mucho de él, la mejor forma de materializar esas esperanzas mutuas, quizás sea, animándole, recordarle las cosas que ha dicho y las razones por las que se le apoyó desde un principio, primero en el Senado del Estado y luego en la nominación demócrata y por último en la presidencia. Pero creo que si se diese una vuelta por la comunidad, tendría casi la impresión de estar en plenas elecciones, hay carteles, tantas pegatinas en los coches...Desde luego, creo que la gente sigue entusiasmada, pero al mismo tiempo es realista, saben que no se puede lograr todo de la noche a la mañana. Apenas ha transcurrido un año.