Los países del Grupo "5+1" terminan una reunión sobre Irán sin avances
- Han debatido sobre la imposición de nuevas sanciones a Irán
Los seis países se reunirán de nuevo aunque no hay fecha confirmada
Los países del Grupo 5+1 han concluido una reunión en Nueva York para tratar sobre la posible imposición de nuevas sanciones a Irán por su programa nuclear sin lograr avance alguno debido a las diferencias entre ellos.
La reunión, que se celebró a puerta cerrada y en la sede de la Comisión Europea en Nueva York, tuvo nivel de directores políticos de ministerios de Asuntos Exteriores de ese grupo de países, que son los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (EE.UU., Francia, Reino Unido, Rusia y China) más Alemania.
Fuentes diplomáticas comunitarias señalaron que las diferencias persisten entre los países y que durante esta reunión constataron las divergencias entre ellos y la "decepción" de todos por la decisión iraní de seguir adelante con su programa nuclear.
"No ha habido conclusiones en el sentido de que no se ha tomado decisión alguna en este momento", dijo a la prensa al término de la reunión el representante del ministerio de Exteriores ruso, Sergei Ryabkov.
Los seis países se reunirán de nuevo
Los seis países, dijeron fuentes comunitarias, se reunirán de nuevo, aunque ni la fecha ni el lugar se ha determinado tampoco, para analizar la propuesta que en octubre pasado hicieron a los iraníes para que Teherán cambie su uranio enriquecido por combustible nuclear.
Se trataba de una cita en la que esos países abordaron la propuesta de Washington para imponer posibles nuevas sanciones a Teherán, a quien los países occidentales acusan de utilizar su programa nuclear para uso militar, además de civil, y a quien critican por rechazar sus ofertas de diálogo para resolver el problema, que ya dura varios años.
Fuentes diplomáticas occidentales calificaron la reunión de "importante", aunque también subrayaron que no esperaban de ella ningún avance significativo sobre esa posibilidad de reforzar las sanciones contra el Gobierno iraní.
Estados Unidos, Francia y Reino Unido, al igual que otros países occidentales, sospechan de que Irán puede dar un doble uso militar y civil a su programa nuclear y son partidarios de reforzar las sanciones que ya pesan sobre ese país y ampliarlas a personalidades concretas del régimen iraní, incluyendo a los dirigentes, también llamados guardianes de la revolución.
Los países occidentales también se han planteado la posibilidad de restringir a los bancos iraníes su capacidad para operar en el exterior, así como de las empresas de armadores que operan en el extranjero.
Rusia y China, en especial, consideran que se debe proseguir el diálogo con Teherán y dar más tiempo a la negociación, con vistas a a lograr una solución global.
Irán defiende su programa nuclear
Las autoridades iraníes, por su parte, insisten en rechazar que su programa nuclear tenga un uso diferente del civil, y esta semana señalaron que un nuevo conjunto de sanciones internacionales no le afectará ni tampoco ayudará a resolver el conflicto.
Así el portavoz del ministerio iraní de Asuntos Exteriores, Ramin Mehmanparast, instó a los países a "una postura más constructiva" y abogó por continuar con la negociación con el grupo 5+1.
El pasado lunes, la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, consideró que la mejor manera de ejercer presión sobre Irán para que abandone sus aspiraciones nucleares es imponer sanciones contra los que toman las decisiones en Teherán.
A finales del pasado año, las autoridades iraníes decidieron ignorar una propuesta de Washington, París y Moscú para enviar su uranio enriquecido al 3,5% al exterior y recuperarlo tiempo después enriquecido al 20%, en las condiciones necesarias para mantener operativo un reactor nuclear que tienen cerca de la capital y de uso supuestamente civil.
Mientras Irán asegura que conseguirá el combustible "por sus propios medios" si en el plazo de un mes el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) no se lo suministra, EE.UU. ha amenazado con esas nuevas sanciones, para lo que cuenta con el visto bueno de Reino Unido, Francia y Alemania.
Esta misma semana el portavoz del departamento de Estado de EE.UU., Gordon Duguid, señalaba que el objetivo de esta cita era contrastar las ideas de los países para ver "qué hacer para que Irán cumpla con sus obligaciones internacionales", al tiempo que avanzaba que "este va a ser un proceso muy largo".
En anteriores ocasiones las negociaciones entre los países para decidir la imposición de sanciones mediante el Consejo de Seguridad de la ONU ha sido un proceso que se ha prolongado por varios meses y que ha requerido de numerosas reuniones.