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El escritor Edgar Allan Poe no se queda sin sus rosas ni su media botella de coñac

  • El admirador que los dejaba en su tumba desde hace 60 años no apareció
  • Pero otros fans depositaron los presentes para cumplir con la tradición

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"Un hombre misterioso, con una capa y un sombrero que ocultan su identidad, se acerca todos los años a la tumba, sobre las cinco y media de la madrugada,  y deja tres rosas y media botella de coñac"

Esta no es una frase de ninguno de los relatos de Edgar Allan Poe, sino lo que pasaba en su tumba de Baltimore desde hace más de 60 años, todos los 19 de enero, de madrugada, cuando se cumplía el aniversario de su nacimiento.

La noticia es que, este año, el misterioso admirador no ha cumplido con esa singular tradición. Quizá haya fallecido, quizá le hayan asustado los numerosos curiosos que montaban guardia en la tumba, o quizás ha dedicido que después del bicentenario del nacimiento del escritor, que se cumplió el año pasado, ya era suficiente.

Pero Poe no se quedó sin sus rosas ni su media botella de coñac ya que uno de los admiradores, allí reunidos, según cuenta el diario The Guardian , cumplió con la tradición que, a partir de ahora, quizá sea asumida por otros fans del escritor.

¿Una tumba maldita?

Lo curioso es que a Poe le enterraron en una tumba sin nombre, prácticamente escondido detrás de una iglesia,  un día de octubre de 1849. Poco después le pusieron una lápida de arenisca que se fue cubriendo de malas hierbas. En la década de 1860 se encargó una lápida de mármol que fue destruida por un tren antes de poder ser colocada.

Por fin, en 1875, gracias a varias donaciones, se levantó un monumento al escritor, cambiando el cuerpo de sitio para poder mejorar su visibilidad. Y en 1913 se decidió marcar la tumba original, ya vacía, pero se confundieron de sitio.

Y el año pasado, con motivo del bicentenario de su nacimiento, hubo una pequeña pugna entre varias ciudades que reclamaban los restos del popular escritor. Por ejemplo, estudiosos de Philadelphia aseguraban que sus restos deberían descansar allí, ya que la átmosfera de la ciudad le inspiró en sus novelas de terror y detectivescas.  Pero, de momento, esperemos que pueda descansar en paz y disfrutar de sus rosas y su botella de coñac.

El maestro del terror

Edgar Allan Poe nació en Baltimore el 19 de enero de 1809. Fue escritor, poeta, crítico y periodista romántico. Sólo escribió una novela, La narración de Arthur Gordon Pym, pero está considerado como uno de los maestros universales del relato corto, especialmente por sus cuentos de terror. Sin olvidar poemas como El Cuervo.

Además se le considera el inventor del relato detectivesco, ya que se adelantó a Arthur conan Doyley su Sherlock Holmes. Y fue uno de los pioneros de la Ciencia Ficción. Su único error fue intentar vivir de la escritura, lo que le llevó a la muerte con apenas 40 años. Bueno, eso y algunos escesos, aunque la causa final de su muerte nunca se aclaró.

Sin embargo sus relatos de terror, adaptados a otros medios en numerosas ocasiones, como las estupendas películas dirigidas por Roger Corman en los 60,  le convirtieron en Inmortal.