Juan Pablo II tenía preparada una carta de dimisión ante una enfermedad incurable
- Firmó esa carta en 1989 y lo ratificó en 1994, según un libro
- También cuenta que el Papa se flagelaba desde que era arzobispo
El Papa Juan Pablo II firmó en 1989 una carta en la que expresaba su voluntad de renunciar al Papado si sufría una enfermedad incurable que le impidiera ejercer y en 1994 lo ratificó, señala en un libro el postulador de su causa de canonización, Slawomir Oder, que asegura que también se flagelaba.
El sacerdote polaco Oder ha escrito junto al periodista italiano Saverio Gaeta el libro "Perché e santo" (Porqué es santo"), que saldrá a las librerías este miércoles y del que este martes ha adelantado un extracto la revista "Famiglia Cristiana".
De la posible dimisión del Papa Wojtyla ya se ha hablado en otras ocasiones, especialmente a partir del periodo en el que su enfermedad de parkinson avanzaba inexorablemente, pero ahora Oder y Gaeta han puesto fecha al primer momento en el que Juan Pablo II ya mostró esa disponibilidad, un año después de ser elegido.
En 1994, cuando se encaminaba a los 75 años, fecha en la que los obispos y cardenales están obligados a presentar su dimisión al Pontífice, Juan Pablo II también se preguntó si debía aplicarse esa norma y llamó a consultas a responsables de la Secretaria de Estado y a los colaboradores y amigos más íntimos.
Uno de ellos fue el actual Papa y por entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Joseph Ratzinger.
El Papa se puso "en manos de la Providencia"
Al final, Juan Pablo II decidió "ponerse en manos de la Providencia", según cuenta Oder, que coincide con lo ya afirmado en 2008 al respecto por el cardenal Giovanni Battista Re, que fue uno de sus estrechos colaboradores.
Oder cuenta que Juan Pablo II le dijo al médico Gianfranco Fineschi en 1994, cuando le operaba de la fractura del fémur, que ambos "sólo" tenían una elección: "usted me debe curar y yo tengo que sanar, ya que no hay puesto en la Iglesia para un Papa emérito (jubilado)", le dijo el Pontífice.
En el libro se narra cómo al principio, cuando la enfermedad avanzaba y se vio obligado a usar bastón, al Papa le costó acostumbrarse y lo "escondía" cuando aparecía en público, hasta que lo superó y bromeaba con el mismo.
También se añade que tras el Año Jubilar 2000, Juan Pablo II se puso de nuevo en manos de Dios con la esperanza de que le "ayudara a reconocer hasta cuándo debía estar al frente de la Iglesia".
Ya en su testamento, abierto el 7 de abril de 2005, cinco días después de su muerte, Juan Pablo II dio a entender que pensó en la posibilidad de renunciar al papado tras el jubileo del 2000, una vez conducida la Iglesia al tercer milenio.
Juan Pablo II dormía en el suelo y se flagelaba
En el texto, Oder también señala -según otros medios que han tenido acceso al libro- que Juan Pablo II solía infligirse daños corporales y se flagelaba, especialmente durante la Cuaresma, y dormía en el suelo. En aquellos días -asegura el cura polaco- comía sólo una vez al día.
Wojtyla se flagelaba, siempre según Oder, ya en su época de arzobispo de Cracovia y el personal del arzobispado lo sabía y algunos incluso lo escuchaban quejarse ante el dolor, aunque él intentaba que no se dieran cuenta que había dormido en el suelo deshaciendo la cama.
Esa costumbre la mantuvo incluso de Papa y Oder señala que en su apartamento del Vaticano tenía entre las sotanas un cinturón que usaba como disciplina. Esa fusta se la llevaba cada vez que marchaba a la residencia de Castel Gandolfo.
Oder también desvela que el grupo terrorista Brigadas Rojas intentó secuestrar a Wojtyla antes de que el 13 de mayo de 1981 el terrorista turco Ali Agca le disparara varios tiros en la plaza de San Pedro, que a punto estuvieron de matarle.
El pasado 19 de diciembre, Benedicto XVI proclamó "venerable" a Juan Pablo II, primer paso hacia la santidad del Pontífice polaco.
La firma del decreto no supone la inmediata beatificación de Karol Wojtyla, ya que todavía falta la aprobación por parte de Benedicto XVI del milagro que lleve a la proclamación como beato de su antecesor, lo que puede ocurrir en fechas próximas.
Una vez aprobado ese milagro, será proclamado beato, lo que puede producirse el 17 de octubre de este año, coincidiendo con la fecha en la que fue elegido Pontífice en 1978.