La ONU retira las sanciones a cinco jefes talibanes
- El Consejo de Seguridad hace caso a la petición de Karzai y EE.UU.
- Las potencias occidentales buscan una nueva estrategia en Afganistán
El Consejo de Seguridad de la ONU ha levantado las sanciones a cinco ex comandantes talibanes que han abandonado las armas, una medida que se enmarca en el proceso de acercamiento impulsado por el Gobierno de Afganistán con el apoyo de Estados Unidos y el Reino Unido, que acoge este jueves la conferencia internacional sobre el país.
Kabul había pedido hace años que el comité de seguimiento de las sanciones contra Al Qaeda y otros islamistas diera este paso, pero hasta este martes "uno de los países miembros frenó" el procedimiento, según fuentes diplomáticas citadas por Efe. Medios estadounidenses han asegurado que se trataba de Rusia.
Por contra, EE.UU. y varias potencias europeas se habían mostrado ya partidarios de eliminar las sanciones a los talibanes que decidan apoyar el Gobierno del presidente Hamid Karzai.
Este régimen de sanciones, que fue creado en 1999 y reforzado tras los atentados del 11 de septiembre del 2001 en EE.UU., congela los activos financieros de los individuos y entidades sancionadas, además de prohibirles viajar fuera de su país o adquirir armas y material que pueda ser empleado con fines militares.
La decisión del comité de la ONU coincide con la decisión tomada este martes en Estambul por los países vecinos de Afganistán de dar su apoyo al plan de reconciliación de Karzai. El presidente turco, Abdullah Gul, ha ejercido de anfitrión en un encuentro al que ha asistido Karzai, el mandatario paquistaní, Asif Ali Zardari, y el vicepresidente iraní, Mohammad Reza Rahimi, junto a los ministros de Exteriores de Reino Unido o China, el viceministro ruso y observadores de la UE y la OTAN.
Karzai tiene previsto presentar todos los detalles de su plan en la cumbre de Londres del jueves en la que unos 60 países debatirán el futuro de Afganistán.
Este mismo martes, la canciller alemana Angela Merkel ha anunciado que enviará otros 500 soldados al país asiático, una cifra similar al refuerzo que hará España en respuesta a la petición de EE.UU., que trata de estabilizar el país más de ocho años después de su invasión.