Afganistán invitará a los talibanes a participar en el Gobierno
- El objetivo de esta cita es "iniciar la transición" de la seguridad a los afganos
- Karzai: "La paz y seguridad en el mundo dependen de Afganistán"
El Gobierno afgano invitará a los talibanes a unirse al Consejo de ancianos o 'Jirga para discutir sobre el futuro del país, según ha confirmado el portavoz afgano, Hamid Elmi, en la Conferencia de Londres que ha comenzado este jueves, y en la que la comunidad internacional tendrá que redefinir su presencia en el país asiático. La Jirga es un órgano que, según la Constitución, tiene preferencia sobre todas las instituciones del Estado, incluida la propia Presidencia.
"Estamos invitando a los talibanes a unirse a la Jirga. Deseamos que vengan", ha declarado Hamid Elmi.
Era una de las propuestas que había sobre la mesa y el Gobierno de Afganistán ha confirmado que la llevará a cabo. Ocho años después del inicio de una guerra dirigida a acabar con los insurgentes islamistas que habían dado cobijo al líder de Al Qaeda tras el 11-S, la comunidad internacional rectifica y tiende puentes a los talibanes moderados.
El propio presidente de EE.UU., Barack Obama, reconoció hace unos días que admitía la posibilidad de ofrecer un papel a los talibanes en el nuevo Gobierno. La razón fundamental de esta estrategia reside en la convicción de que la mayoría de los insurgentes que militan en el radicalismo lo hacen por razones económicas más que ideológicas.
Consejo para la reconciliación nacional
Por ello, una de las iniciativas que ha lanzado este jueves el presidente afgano, ante los aproximadamente 60 delegados que intervienen en la Conferencia, ha sido la creación de "un consejo para la reconciliación y la integración nacional", con participación de todos aquellos sectores que renuncien a la violencia.
Karzai ha explicado que a los trabajos de ese consejo seguiría una "jirga (asamblea tradicional afgana) de paz", con el rey Abdulá de Arabia Saudí jugando "un papel destacado" para "guiar y contribuir" en el proceso de transición política en Afganistán.
"Debemos tender la mano a todos nuestros compatriotas, especialmente a nuestros desencantados hermanos que no son parte de Al Qaeda o de otras redes terroristas y que aceptan la Constitución afgana", ha manifestado el presidente afgano.
Uno de los objetivos de esta cita en Londres es atraer a los sectores moderados del movimiento talibán a una mesa de negociación y estudiar la creación de un "Fondo de Reinserción", que anime a los combatientes insurgentes a abandonar las armas y apoyar al Gobierno, con incentivos económicos, laborales y de concesión de tierras.
El Gobierno español contribuirá con 10 millones de euros para ese objetivo, con lo que el montante total del Fondo de Reinserción sumará en torno a los 500 millones de euros, con Estados Unidos, Alemania y Japón como principales contribuyentes.
"La paz del mundo depende de Afganistán"
"La paz y la seguridad en el mundo están muy vinculadas con la paz y la seguridad en Afganistán", ha declarado el presidente afgano, Hamid Karzai, durante su intervención en la Conferencia de Londres.
Y en este sentido el primer ministro británico, Gordon Brown, también ha subrayado que el éxito de esta misión es "vital para la seguridad de todos nosotros" y "tenemos una estrategia clara" en la que "estamos haciendo progresos".
Los líderes internacionales han acudido a esta cita con el objetivo de marcar el "inicio de la transición", tal y como ha señalado Brown, encargado de inaugurar la Conferencia, para empezar a transferir a los afganos el control de la seguridad.
Brown ha afirmado que estamos ante "un momento decisivo para la cooperación internacional con el objetivo de ayudar a los afganos a gobernar su país", en un proceso progresivo de "afganización" que debe traducirse en que las fuerzas de seguridad nacionales empiecen a hacerse cargo del control de varias provincias a final de año.
En este sentido, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, ha querido subrayar que "la transición no es una estrategia de salida", sino un plan para que las fuerzas afganas puedan tomar el control de su seguridad en algunas zonas.
"Alcanzar una situación de estabilidad y seguridad no se puede conseguir desde el aislamiento. La seguridad de Afganistán necesita de un enfoque integral con participación y cooperación de los países de la región", ha indicado el presidente, que ha expresado su confianza en completar este proceso en el plazo de "dos o tres años". Aunque el compromiso de líderes como Brown o la canciller alemana, Angela Merkel, en los días previos a la Conferencia, ha sido el de no establecer una fecha límite para el fin de la misión.
Lucha contra la corrupción
Buena parte de su intervención ha estado dirigida a sus ciudadanos, a quienes ha asegurado que en esta transición habrá "un liderazgo afgano, de autoría afgana", que se centrará especialmente en mejorar las condiciones de vida, con más empleo y menos corrupción.
En este último asunto es donde más presionado está Karzai, por su deficiente gestión durante su primer mandato y por su controvertida y discutida victoria en las elecciones del pasado mes de agosto.
"Las elecciones parlamentarias de dentro de ocho meses serán una nueva oportunidad", ha argumentado Karzai, para demostrar si su Gobierno está cumpliendo sus compromisos de lucha contra la corrupción, asunto que ha situado entre las prioridades de su mandato.
"Lucharemos contra las verdaderas causas (de la corrupción). Estamos decididos a poner fin a la impunidad", ha añadido.
Y además de la lucha contra la corrupción, otras estrategias se pusieron sobre la mesa en los días previos a la Conferencia de Londres. Algunas de ellas son la reintegración en la sociedad de los llamados "talibanes moderados" y el envío de un contigente de 500 soldados alemanes a la zona, al que se sumarían 300 efectivos de reserva que intervendrían en situaciones "excepcionales". Y no sólo eso, Angela Merkel, también duplicará la dotación para la ayuda al desarrollo en Afganistán hasta los 430 millones de euros.
La ONU ya ha retirado a cinco talibanes de su lista de terroristas como muestra de su apoyo a la estrategia internacional, que concedería otorgar un papel a los insurgentes en el nuevo Gobierno.
Grandes compromisos que ponen de manifiesto que la estabilización de Afganistán es un reto de consecuencias globales.