La Fiscalía pide 52 años de cárcel para el asesino confeso de Marta del Castillo
- Se incluye un nuevo delito contra la integridad moral de la familia
- Porque "de forma contumaz se han negado a decir el destino del cuerpo"
La Fiscalía de Sevilla ha pedido un total de 52 años de cárcel para el asesino confeso de Marta del Castillo, Miguel C.D., en una calificación que incluye la novedad de contemplar un delito contra la integridad moral cometido contra los padres y hermanas de la víctima.
Pide otros ocho años de cárcel para su hermano, Francisco Javier Delgado, y cinco para Samuel Benítez y María García.
Según ha explicado este viernes la fiscal jefe de Sevilla, María José Segarra, la Fiscalía imputa a Miguel C.D. un delito de asesinato, por el que pide 20 años de cárcel, y dos delitos de violación, uno cometido por él mismo y otro como cooperador necesario del cometido por un menor de edad, con una pena aparejada de quince años de prisión por cada uno.
A los cuatro acusados que son mayores de edad, la Fiscalía les imputa un delito contra la integridad moral de la familia de la víctima, por el que pide dos años de cárcel, porque "de forma contumaz se han negado a decir qué destino dieron al cuerpo de Marta, llegando incluso a ofrecer distintas versiones erráticas".
Les hace responsables del pago de la búsqueda en el río
Debido a la insistencia de los acusados en no revelar el destino del cuerpo, la Fiscalía les hace responsables del pago de 616.319 euros que costó la búsqueda en el río Guadalquivir, en un vertedero y en una zanja del municipio sevillano de Camas.
En cuanto a la familia de la víctima, la Fiscalía pide 160.000 euros para los padres y 30.000 euros para cada una de sus dos hermanas.
El escrito de acusación incluye para Miguel la prohibición durante 55 años de residir en el lugar donde lo hagan los padres y hermanas de Marta y comunicarse con ellos por cualquier método.
El relato del fiscal no precisa la hora de la noche y siguiente madrugada en que se produjo la violación y asesinato y el posterior traslado del cuerpo a un lugar desconocido, que siguen siendo una de las incógnitas del caso.
Segarra ha explicado que el delito contra la integridad moral se adapta