Seis terroristas presos anuncian que se desvinculan de ETA "por voluntad propia"
- Entre ellos el histórico Josu García Corporales, condenado a 83 años de cárcel
- En su carta, los presos etarras aclaran que en ningún caso han sido expulsados
Seis presos etarras que cumplen condena en la cárcel alavesa de Nanclares de Oca, entre ellos el histórico Josu García Corporales, condenado a 83 años de cárcel, han anunciado que se desvinculan de la banda terrorista ETA "por voluntad propia", según informa 'El Pais' en su edición de este viernes.
Los etarras que abandonan la banda son Fernando de Luis Astarloa, Josu García Corporales, Luis María Lizarralde Izagirre, Andoni Altza Hernández, José Manuel Fernández de Nanclares y José Antonio Hernández Velasco.
Todos ellos están internados por distintas causas en el penal de Nanclares de Oca, donde también cumplen condena otros tres reclusos críticos con ETA, Iñaki Rekarte, Andoni Muñoz y Jorge Urruñuela, que además fueron expulsados recientemente del colectivo de presos etarras (EPPK), junto a Valentín Lasarte y Esteban Murillo, por "situarse fuera de la disciplina" de este colectivo.
Dejan la banda "por voluntad propia"
En su carta, los presos etarras aclaran que en ningún caso han sido "expulsados" sino que dejan la banda "por voluntad propia" y recuerdan que su situación es similar a la de otros nueve miembros de ETA que abandonaron la organización en los últimos meses (José Luis Alvarez Santacristina, Txelis; Kepa Pikabea, Joseba Urrusolo Sistiaga, Karmen Gisasola, Iñaki Rekarte Ibarra, Andoni Muñoz Berrio, Valentín Lasarte, Esteban Murillo y Jorge Uruñuela).
De esta forma, defienden que estos nueve etarras "tomaron la decisión de desvincularse del colectivo de presos políticos vascos" y fue posteriormente cuando ETA anunció públicamente la expulsión de todos ellos, después de haber recibido sucesivas críticas por el mantenimiento de "la lucha armada".
Entre las muestras de distanciamiento de la banda, Fernando de Luis Astarloa, por ejemplo, formó parte en 2003 del grupo de centenar de presos etarras que no secundaron en la cárcel una protesta de autoaislamiento, con la negativa a salir de las celdas salvo para las comidas.
Esta carta supone el primer distanciamiento público de la dirección de ETA procedente del seno del colectivo de presos, tradicionalmente uno de los sectores más cohesionados del MNLV, y llega meses después de que el Ministerio del Interior iniciase una política de premios y castigos entre los presos de banda por medio de acercamientos y alejamientos.
Según fuentes penitenciarias, el número de presos de ETA que cuestionan el mantenimiento de la violencia ha crecido de manera considerable tras la ruptura del último proceso de negociación entre la banda y el Gobierno de José Luis Rodriguez Zapatero, si bien hasta el momento, nadie en el EPPK había dado el paso de manifestarlo públicamente.
Para encontrar un antecedente similar es preciso remontarse al año 2004 cuando el histórico etarra Francisco Mújica Garmendia, alias 'Pakito' y otros seis compañeros solicitaron a la banda el fin de la "lucha armada".
Además este último gesto se produce en pleno "periodo de lucha" en las cárceles convocado por ETA y anunciado por el Colectivo de Presos. Desde inicios de mes se llevan a cabo protestas ante lo que consideran un aumento de la represión en las prisiones. Esta semana las protestas consisten en una huelga de hambre general, pero antes ya había realizado 'txapeos' , encierros, en sus celdas y encarteladas de protesta.
Historiales de los etarras
Uno de los seis firmantes es Jesús García Corporales, alias 'Gitanillo', 'Legionario' y 'Josu', quien formó parte a principios de la década de los 90 del 'comando Madrid', junto con María Soledad Iparraguirre y José Javier Arizcuren Ruiz. Cometió su primer atentado el 24 de mayo de 1992 junto al estadio Vicente Calderón, hiriendo a los miembros de una patrulla policial.
Se le responsabiliza del atentado contra Irene Villa, perpetrado el 17 de octubre de 1991 en el madrileño barrio de La Latina y que causó la amputación de las dos piernas de la joven. También se le atribuye la colocación, el 30 de noviembre de 1992, del coche-bomba que causó la muerte del subteniente jubilado de la Guardia Civil Miguel Miranda.
Participó, entre otras acciones terroristas, en el atentado con artefactos explosivos contra una patrulla de la Guardia Civil en la autopista Bilbao-Behovia en 1988 o la colocación de 500 kilogramos de amonal en el alcantarillado bajo el cuartel de la Guardia Civil de LLodio en 1989.
Nacido en la provincia de León en 1960, fue detenido en Francia en 1994 y, tras cumplir la condena de cinco años de prisión que le impuso el Tribunal
El segundo etarra firmante del escrito es Luis María Lizarralde Izaguirre, de 54 años de edad y otro histórico de la banda al que se le vincula con siete asesinatos incluido el del dirigente de UCD Ramón Baglieto. Fue extraditado desde Uruguay el 25 de agosto de 1994, junto con Jesús María Goitia Unzurrunzaga y Miguel Ibañez Oteiza.
Fue condenado el 26 de junio de 1995 a 32 años de cárcel por el asesinato del teniente coronel José Luis de la Parra. Posteriormente, en abril de 1996, la Audiencia Nacional le condenó a otros 42 años de cárcel por los delitos de asesinato con el agravante de alevosía y otro de frustración por el atentado en el que murió el guardia civil Luis Miranda, en Lezo.
Otro de los etarras firmantes, Fernando de Luis Astarloa, integró el 'comando Orbaiceta' y fue condenado a 65 años por el asesinato de un comisario de Policía. Se trata de uno de los etarras a los que se le aumentó la pena siguiendo la 'doctrina Parot', por la que el Tribunal Supremo cambió la fórmula de rendición de penas a partir de 2006. En septiembre de 1999, se benefició por primera vez de las medidas penitenciarias adoptadas por el Ministerio de Interior.
El quinto etarra, Andoni Altza Hernández, fue capturado por la Ertzaintza en Rentería (Guipúzcoa) en octubre de 1991 y acusado de atentar contra la red ferroviaria de Renfe en el verano del mismo año. Altza cometió el atentando junto a los etarras Pedro María Solana Arnedo y Juan Ignacio Delgado Goñi, quienes fueron detenidos en una operación anterior.
El último de los seis firmantes de la carta es José Antonio Hernández Velasco, miembro 'legal' --no fichado por la Policía-- del 'comando Araba' de ETA hasta que fue detenido por la Guardia Civil en un control en Vizcaya en 1997. Las Hernández reconoció ante el juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez de Liaño que llevó en una furgoneta a los etarras que atentaron contra la base militar de Araca (Vitoria).