Guatemala conmemora el 30 aniversario del asalto e incencio de la embajada de España
- El incendio acabo con la vida de 37 personas, tres de ellas españolas
- Cinco militares y dos civiles están procesados ante la Audiencia Nacional
Un grupo de activistas humanitarios encabezados por la premio Nobel de la Paz de 1992, la líder indígena guatemalteca Rigoberta Menchú, han conmemorado el 30 aniversario del asalto e incendio de la embajada de España en Guatemala por parte de las fuerzas de seguridad, que se saldó con 37 fallecidos.
"Han pasado 30 años y este hecho continúa en la impunidad", ha dicho Menchú en la Plaza de la Constitución, frente al Palacio Nacional de la Cultura, en compañía de varios directivos de una decena de organizaciones humanitarias.
“Han pasado 30 años y este hecho continúa en la impunidad“
La líder indígena, cuyo padre Vicente Menchú fue una de las 37 víctimas del asalto a la legación española el 31 de enero de 1980, ha lamentado "la falta de voluntad" del sistema de justicia guatemalteco para agilizar el proceso en contra de los responsables del hecho.
Aún se desconocen las causas del incendio
Ese día, un grupo de campesinos del departamento indígena de Quiché, acompañados de estudiantes y obreros, ocuparon la sede diplomática para pedir el cese de la represión militar que azotaba esa región del país.
Para desalojarlos, las fuerzas de seguridad, por órdenes del entonces presidente, el ya fallecido general Romero Lucas García, asaltaron la representación española, que por causas que aún se desconocen ardió en llamas tras la incursión de policías y militares.
Diversos recursos legales han impedido la extradición a España de cinco militares y dos civiles procesados ante la Audiencia Nacional española por delitos de genocidio, tortura y asesinatos cometidos en contra de la población guatemalteca en los años ochenta, entre ellos el asalto y quema de la embajada española.
Lucha contra la impunidad
"Este año, 2010, lo declaramos como el año del fortalecimiento de la lucha contra la impunidad en Guatemala", ha dicho Menchú al asegurar que seguirán "sin pausa" el proceso judicial en España en contra de los ex altos cargos guatemaltecos.
Las 37 personas fallecidas durante al asalto a la sede diplomática española, entre ellas once de la etnia K'iche', cuatro de la Pocomchi', tres ixiles, un kaqchiquel y un uspanteko, además de tres españoles, murieron carbonizadas atrapadas en el edificio. Los españoles muertos fueron Jaime Ruiz del Árbol, Felipe Sáenz y María Teresa Vázquez de Villa.
Sólo sobrevivieron el entonces embajador español en Guatemala, Máximo Cajal, y el dirigente indígena Gregorio Yujá Zona, quien horas después fue secuestrado por hombres armados en el hospital al que fue trasladado y su cadáver apareció en una cuneta en el campus central de la estatal Universidad de San Carlos de Guatemala.
Proceso penal por genocido
A petición de Menchú, la Justicia española, basada en el principio de "jurisdicción universal", inició un proceso penal por genocidio en contra de los generales guatemaltecos Óscar Mejía Víctores, José Efraín Ríos Montt, Ángel Aníbal Guevara y Benedicto Lucas García, el coronel German Chupina, ya fallecido, y los civiles Donaldo Álvarez y Pedro García.
Sobre estos ex altos cargos existe una orden de captura internacional con fines de extradición emitida por el alto tribunal español, que ha sido dejada sin efecto por la Corte de Constitucionalidad, máximo tribunal de este país centroamericano, que en el 2007 la consideró improcedente.
La Comisión para el Esclarecimiento Histórico, que con el auspicio de las Naciones Unidas investigó las violaciones a los derechos humanos ocurridas en Guatemala durante la guerra interna de 36 años (1960-1996), determinó que en ese período más de 200.000 personas murieron y más de 45.000 fueron desaparecidas; la mayoría a manos de las fuerzas de seguridad del Estado.