Jordi Mollà, el tercer hombre

• Lleva ya cinco nominaciones a los Goya, un premio que todavía no ha conseguido
• Desde hace años, alterna sus trabajos en el cine español e internacional

Jordi Mollà tiene que ganar "por Jaime Gil de Biedma"

En 1992, una película nos descubrió a tres de los actores con más futuro del cine español. Se trataba de Jamón, Jamón, de Bigas Luna, y las jóvenes promesas eran Javier Bardem, Penélope Cruz y Jordi Mollá.

Javier y Penélope son dos estrellas internacionales con su Oscar bajo el brazo y el tercero, Jordi, no ha llegado tan lejos, pero quizá porque tampoco le haya interesado.

Jordi Mollá (Hospitalet de Llobregat, 1 de julio de 1968) estudió teatro en Barcelona y después completó su formación en Italia, Hungría e Inglaterra.

Ha rodado con los mejores directores españoles y también ha desarrollado una interesante, aunque irregular, carrera internacional, trabajando con realizadores como Peter Greenaway (Las maletas de Tulse Luper), Michael Bay (Bad Boys II) Shekhar Kapur (Elizabeth II) John Lee Hancock (El Álamo) y Steven Soderbergh (Che: Guerrilla),  o Ted Demme (Blow ,donde nació su amistad con Johnny Depp).

Otros intereses

Pero Jordi no se ha centrado tanto en su carrera como actor porque también ha manifestado otros intereses artísticos, como la dirección. Ha dirigido el largometraje No somos nadie (2002) y tres cortometrajes, uno de los cuales,  Walter Peralta, fue finalista al Goya en 1994. 

También es pintor. Ha realizado varias exposiciones en Castellón, Lerida, Verona (Italia), Barcelona, Madrid, etc. La más reciente fue en 2004, en Los Ángeles, Estados Unidos.

Y finalmente escritor. Ha publicado dos novelas, Las primeras veces y Agua estancada.

Considerado uno de los mejores actores de carácter de su generación, ha sido nominado al Goya al mejor actor de reparto por La Celestina (1996) y a principal por La buena estrella (1997), Segunda piel (1999) y El cónsul de Sodoma (2009)

En esta última película realiza uno de sus mejores trabajos interpretando al poeta Jaime Gil de Biedma, en un papel complicado que le ha valido numerosos elogios, aunque el gran favorito para el premio,  Luis Tosar, ha sido quien se ha llevado finalmente el Goya a mejor actor protagonista por Celda 211.