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Los acusados de Egunkaria reiteran su inocencia en la última sesión del juicio, visto para sentencia

  • Los acusados señalan que hay vida cultural más allá de ETA
  • La Fiscalía no presentó acusación y pide la absolución de los directivos

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Los cinco ex directivos del diario 'Egunkaria' acusados de pertenecer a ETA han reiterado este lunes que "nunca" fueron miembros de la organización terrorista y han asegurado que "hay vida más allá" de la banda porque no es el "principio universal" que rige toda iniciativa en el País Vasco.

Así se han expresado en la última sesión del juicio que ha quedado visto para sentencia en la Audiencia Nacional Martxelo Otamendi, Ignacio María Uria, Juan María Torrealdai, José María Auzmendi y Javier Oleaga.

Para ellos, las acusaciones populares ejercidas por las asociaciones Dignidad y Justicia y la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) piden penas de entre 12 y 14 años de prisión.

La Fiscalía pide la absolución

La Fiscalía, en cambio, no ha presentado acusación. El fiscal Miguel Ángel Carballo ha señalado que su petición de absolver a los cinco directivos de "Egunkaria", que planteó en 2006 y que ha reiterado, es la correcta.

Culpable de haber dirigido un periódico en euskera

Otamendi, que fue el último director del diario, se ha declarado inocente de los delitos pero ha afirmado ser "culpable de haber dirigido un periódico en euskera".

Torrealdai ha criticado las tesis "pueriles" defendidas por las acusaciones de entender "la omnipresencia de ETA" en la cultura vasca porque presupone que la banda terrorista es el "principio universal de todo proyecto e iniciativa social" en el País Vasco.

"Hay vida más allá de ETA", ha subrayado Torrealdai antes de incidir en que el "mundo social en euskera es autónomo" y prueba de ello, ha dicho, es el diario 'Egunkaria'.

Por su parte, Uría ha mostrado su orgullo de haber participado en la creación del diario, pero ha lamentado que "sólo bastó que alguien dijera" que los objetivos de 'Egunkaria' coincidían con los de ETA para que fuese cerrado, por lo que ha pedido realizar una reflexión sobre lo que significa "cercenar la libertad de prensa" y que la causa sirva para salir "con la lección aprendida".

Niegan pertenecer a la banda

Oleaga ha justificado que el haber defendido la "emancipación social y política" del País Vasco no le convierte ni en miembro ni en colaborador de ETA, y ha pedido al tribunal una sentencia absolutoria sino quiere que el efecto del cierre del diario, que ha pasado a la "historia de la memoria colectiva vasca como una agresión", se propague.

Auzmendi ha subrayado que ni el diario ni sus compañeros han estado nunca al servicio de la banda terrorista, al tiempo que ha reprochado a las asociaciones Dignidad y Justicia y la AVT afirmar "cosas durísimas" que reflejan una "humanidad muy pobre".

Por su parte, el abogado de Oleaga y Otamendi, Íñigo Iruin, ha recriminado al tribunal que abra un juicio oral sobre una causa "bajo una lógica tan perversa" y sustentada en "débiles" elementos que, en su opinión, ponen de manifiesto un modelo que no responde a los "cánones de un modelo garantista, sino de un modelo voluntarista y decisionista".

Sólo la absolución es posible

"Una sospecha más una sospecha son dos sospechas concurrentes, pero no una prueba incriminatoria", ha asegurado. Iruin ha definido el caso como una "suerte de 'El Código Da Vinci'" en el que, como en el libro de Dan Brown, "claves, interpretaciones interesadas, tergiversaciones y conspiraciones de aspectos centrales de la identidad vasca" han servido a la Guardia Civil para afirmar que "ETA ha dirigido el periódico".

"Lo lamentable", ha apuntado, es que el instructor compartió "la novela de ciencia ficción escrita por la Guardia Civil".

Mientras, el abogado de Uria, José María Elosua, ha subrayado que "sólo la absolución es posible" y ha pedido una sentencia "a la mayor brevedad posible" y "desde la reflexión" para reparar el "grave daño" que se ha causado a los acusados.

Por su parte, el defensor de Torrealdai, Félix Cañada, ha lamentado que se le lleve a juicio junto con sus compañeros y se les criminalice como "dirigentes de ETA" porque su diario persiguiera la expansión del euskera.

Para Ignacio Peláez, defensor de Auzmendi, la "única desgracia" de los acusados ha sido "aparecer en los papeles de ETA", y el hecho de que la banda terrorista haya mostrado su interés en ellos no justifica que se pueda criminalizar a los procesados, ha precisado.