EEUU lamenta las "confusas" reacciones iraníes y exige aumentar la presión
- Rusia insisten en necesidad de una nueva arquitectura de seguridad europea
- La Conferencia de Múnich aborda el futuro de la seguridad europea
El asesor en materia de seguridad del presidente estadounidense, Barack Obama, el general Jim Jones, ha lamentado las "confusas" declaraciones de las autoridades iraníes ante las ofertas occidentales para el desarrollo pacífico de su programa nuclear.
Jones se refirió así a las nuevas exigencias planteadas con motivo de la Conferencia de Seguridad de Múnich por el ministro iraní de Exteriores, Manucher Muttaki, para aceptar la oferta de que se enriquezca en el extranjero el uranio que necesita para sus plantas experimentales.
Nuevas sanciones y un mayor aislamiento deben ser la respuesta si Irán mantiene su postura obstruccionista ante el Organismo Internacional de Energía Atómican (OIEA), dijo el militar estadounidense, quien se mostró partidario de "aumentar la presión" contra Teherán.
El jefe de la diplomacia de Teherán asegura que su país sólo está dispuesto a exportar uranio ligeramente enriquecido si recibe inmediatamente a cambio combustible nuclear altamente enriquecido para sus reactores experimentales.
"Debe haber una sincronía temporal, es decir, el intercambio debe producirse a la vez", explica Mottaki en un rotativo bávaro, en el que asegura que el combustible altamente enriquecido que reclama será destinado a un reactor que fabrica productos para fines médicos.
Rusia, por una arquitectura de seguridad europea
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, urgió este sábado nuevamente a Occidente a diseñar una arquitectura de seguridad europea vinculante que ponga punto final al desequilibrio que todavía existe en el continente en materia de seguridad.
En la conferencia de seguridad que se celebra en Múnich, Lavrov desgranó nuevamente los argumentos que Rusia esgrime desde hace casi dos años a favor de una nueva arquitectura europea y que hasta ahora ha encontrado poca aceptación en el "bloque" occidental.
El ministro insistió en que tras la caída del Telón de Acero, en Europa no sólo se mantuvieron las líneas divisorias de antaño sino que la OTAN incluso las desplazó hacia el Este.
Lavrov reafirmó que Europa necesita unos principios "vinculantes", similares a los que existen en el Consejo de Europa en materia humanitaria, por ejemplo, pero aplicados al terreno de la seguridad.
Muchos defienden que la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) puede cumplir ese cometido, pero la experiencia de las últimas décadas ha demostrado que esa organización, lejos de haberse reforzado, ha quedado debilitada, dijo. A su juicio, tampoco el Consejo OTAN-Rusia puede asumir ese papel, pues carece de todo carácter vinculante.
Lavrov citó la incursión de Georgia en Osetia del Sur, el conflicto de Kosovo y el bombardeo de Yugoslavia como ejemplos de la incapacidad de operar de la OSCE y de la violación del citado principio de indivisibilidad en materia de seguridad.
El ministro invitó a Occidente a impulsar el denominado "proceso de Corfú", iniciado en junio pasado en la citada isla griega, cuyo objetivo es crear a largo plazo la citada estructura de seguridad europea.