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Laura Chinchilla podría convertirse este domingo en la primera presidenta de Costa Rica

  • 2,8 millones de costarricenses están convocados a votar en las elecciones
  • Las encuestas otorgan a Chinchilla un 40% de los votos

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2,8 millones de costarricenses están convocados este domingo a votar en unas elecciones que podrían convertir en presidenta a la candidata oficialista, Laura Chinchilla, del Partido Liberación Nacional, centro-derecha, con lo que sería la primera mujer en gobernar en el país.

Su rival más cercano, Otto Guevara, ha acortado distancias con ella y podría forzar una segunda vuelta, aunque las encuestas dan a Chinchilla un holgado 40% de los votos.

En segundo lugar se ubica el abogado derechista Guevara, del Movimiento Libertario, socialdemócrata, conseguiría un 22%, seguido por Ottón Solís, del Partido Acción Ciudadana, centroizquierda, con cerca de un 20%.

Para que un candidato pueda ganar los comicios presidenciales en la primera vuelta debe obtener más del 40% de los votos, según lo establece la ley electoral de Costa Rica. De no ser así, los dos aspirantes con la mayor votación deberán pasar a una segunda vuelta.

Chinchilla será la tercera presidenta de Centroamérica

Si Chinchilla gana los comicios se convertirá en la tercera mujer que resulta elegida presidenta en Centroamérica. La primera en lograrlo fue Violeta Chamorro en Nicaragua, entre 1990 y 1997, seguida por Mireya Moscoso en Panamá, desde 1999 a 2004.

Chinchilla, de 50 años, ha sumado preferencias gracias a que ha  prometido impulsar tratados de libre comercio con la Unión Europea,  China y Singapur, así como la privatización de algunas actividades que  actualmente están en manos del Estado.

Sin embargo, el narcotráfico y el crimen organizado ha cerrado la brecha entre Chinchilla y Guevara. Éste ha puesto en duda la capacidad de la candidata, que ya fue viceministra de Seguridad Pública en 1994.

La candidata ha prometido una Policía más preparada para combatir el crimen organizado y la corrupción, aunque sus argumentos no terminan de convencer al electorado.

Ruta de paso del narcotráfico

La seguridad preocupa a la opinión pública de un país que es zona de paso de las rutas de la droga que parten desde Colombia hacia Estados Unidos.

El país es el único del mundo que no tiene Ejército, aunque se está resintiendo por la guerra de los cárteles de la droga de México, donde más de 15.000 personas han perdido la vida en los últimos tres años en hechos violentos.

Guevara,  en su tercer intento por llegar a la Presidencia, ha sido más enérgico en su discurso contra la delincuencia de las mafias, pero su discurso se ha visto debilitado por su propuesta de adoptar el dólar estadounidense y reducir el papel del Estado en la vida económica nacional.

La candidata del oficialismo, en cambio, ha sido más solidaria y ha prometido mantener las políticas económicas del Premio Nobel de la Paz que logró atajar la crisis económica evitando que Costa Rica se sumergiera en una profunda crisis en 2009, afectada por la recesión mundial.

Todo está listo

Las urnas se abrirán a las 06.00 hora local, 13.00 en España,  y se cerrarán a las 18.00 hora local y, de acuerdo con el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), los primeros resultados se empezarán a conocer a partir de las 20.00 hora local.

Aunque hay una prohibición legal para difundir propaganda desde el pasado jueves, los candidatos no han detenido sus actividades y se han mantenido visitando comunidades y, sobre todo, dando entrevistas a medios de comunicación.

Mientras, sus partidos afinan detalles para asegurarse hasta el último voto de los 2,8 millones de electores convocados para los comicios, que costarán al TSE unos 14 millones de dólares, cifra inferior a los 20 millones que han gastado en campaña las tres principales agrupaciones políticas del país.

El ambiente en las calles costarricenses permanece tranquilo, a excepción de algunos pocos automóviles con banderas de sus partidos de preferencias.

Además, unos 200 observadores internacionales velarán por la transparencia del proceso electoral en un país sin ejército, con una democracia centenaria y en donde no se ha cuestionado ninguna elección desde 1948.