Dictan orden de alejamiento para el iman que amenazó a una mujer por no seguir el islam
- La orden es para el imán, su mujer e hija y para el presidente de la asociación islámica
- La mediadora cultural ha estado de baja por depresión y maltrato psicológico
El titular del Juzgado de Instrucción número 1 de El Vendrell ha dictado una orden de alejamiento para el imán de Cunit, su mujer, su hija y el presidente de la Asociación Islámica para que no se acerquen a menos de 300 metros de la mediadora cultural, a la que presuntamente amenazaron por no seguir la tradición islámica, y de su familia.
En su auto de alejamiento, el juez determina que tampoco puedan comunicarse con ellos y estima necesaria esta medida para evitar que los imputados "sigan enfrentándose físicamente o mediante un comportamiento intimidatorio" a la víctima Fátima G.G. y conseguir "la seguridad de deambulación de la denunciante sin necesidad, a priori, de protección policial directa".
Según la denuncia de la víctima, tiene protección policial cada vez que sale al centro del pueblo o tiene que ir a la estación de ferrocarril, y ha estado de baja por depresión, maltrato psicológico y ansiedad.
El auto considera "proporcionada" la medida a los hechos delictivos que se le imputan al imán Mohamed B., a su esposa Zhora A.A., a su hija Hafssa Ben B., y al presidente de la Asociación Islámica Abderramán El O., concretamente, los delitos de coacciones, calumnias y amenazas, para lo que la Fiscalía y la acusación particular piden penas que van de dos a cinco años de prisión.
Juicio cuanto antes
Así, el tribunal opina que desde el punto de vista procesal debe concluirse de forma inmediata la instrucción para que el juicio se celebre cuanto antes, ya que esta circunstancia "puede ser aprovechada por los imputados para realizar actos violentos en relación a la denunciante o su familia, actos que podrían estar guiados por resentimiento o sencillamente dirigidos a amedrentar a la víctima", por lo que ha decidido decretar el alejamiento.
En su denuncia, Fátima G.G. aseguró tener "problemas" con los imputados, que la presionaban, la amenazaban y la calumniaban para que dejara su trabajo como mediadora del Ayuntamiento porque viste "de forma occidental", y ella y sus hijos se relacionan con no musulmanes.
Según la víctima, los imputados llegaron a decirle a su marido que ella no era mujer para él y le ofrecieron casarse con otra, y un día fue agredida por ellos cuando iba con su esposo, dirigiéndose a ella como "puta ladrona" y amenazándola: "No durarás en Cunit ni un día más, voy a acabar con vosotros y vuestros hijos".
Los imputados llegaron a recoger firmas contra Fátima G.G. entre la comunidad islámica, asegurando que no era una buena representante, cuando la víctima en ningún caso representa a dicha comunidad, y la acusaron de falsificar informes de arraigo social, cuando ella no trabaja en el departamento que se encarga de elaborarlos.