Juzgan a los asaltantes de un chalé en Valencia y al empresario que mató a dos de ellos
- El fiscal no pide pena para el dueño del chalé por legítima defensa
- Un grupo de diez atracadores asaltó su vivienda y les sorprendió viendo la tele
La Audiencia de Valencia juzga desde este jueves el asalto en enero de 2006 al chalé de la familia Ferri en Canals (Valencia) en el que fallecieron por disparos dos de los atracadores, presuntamente a manos del empresario y propietario de la vivienda, Francisco Ramírez, para el que el fiscal no pide pena al aplicarle la eximente de legítima defensa.
El juicio arranca a las 10.00 horas en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial y se espera que se prolongue durante siete sesiones, hasta el 9 de marzo próximo, según informa el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV).
Para los ocho asaltantes que se sentarán en el banquillo, el Ministerio Público solicita penas de entre un año y medio y hasta 20 años de prisión por los delitos de robo con violencia e intimidación, lesiones, depósito de armas de guerra, tenencia ilícita de armas y falsificación en documento oficial.
El Fiscal considera al empresario autor de dos delitos de homicidio pero estima que actuó en legítima defensa, por lo que pide que no sea condenado. La acusación particular, que representa a las viudas de los asaltantes fallecidos, pide 30 años de cárcel para el empresario, casado con la hija del fundador de la empresa textil Ferry's.
Amordazados en el salón
El suceso tuvo lugar sobre las 20.15 horas del 4 de enero de 2006, cuando una banda de diez atracadores, de nacionalidad colombiana, encapuchados y armados, saltó el muro del inmueble, accedió a la caseta donde viven su cuidador y un hijo de éste y, tras amordazarles, se apoderaron de la llave de acceso al chalé.
Una vez dentro de él, redujeron a Francisco Ramírez y a su esposa, que estaban viendo la televisión, les amordazaron en el salón y registraron la casa, tras lo cual el hombre accedió a subir con dos de los delincuentes al dormitorio de la planta superior donde, al parecer, estaban las joyas y el dinero.
Allí, el propietario cogió una pistola para la que tenía licencia y disparó a sus dos acompañantes, uno de los cuales falleció prácticamente en el acto y el otro, tras agredirle en el abdomen con un arma blanca, pudo huir de la habitación aunque murió, desangrado, en el patio trasero del inmueble.
Los atracadores restantes se dieron a la fuga en tres de los cuatro vehículos con los que se habían desplazado y se llevaron un reloj y seis monedas de plata de colección de 2.000 pesetas. Igualmente, los miembros del grupo que permanecieron en la vivienda de los caseros se llevaron las llaves de la casa y del vehículo, el mando a distancia de la puerta y el teléfono móvil de él, así como una pulsera de oro blanco y amarillo de su pareja.