'Celda 211' triunfa en los Goya 2010, en los que Almodóvar se reconcilió con la Academia
- Celda 211 se lleva película, dirección, actor, actor revelación y actriz de reparto
- Ágora "rasca" siete premios, casi todos en apartados técnicos
- Así te lo hemos contado minuto a minuto desde la llegada de las estrellas
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Cuando parecía que sería la noche exclusiva de Celda 211, con siete premios Goya y uno más que se esperaba como mejor película, apareció. Pedro Almodóvar. Sonriente y solitario, todos los focos sobre él. Las mandíbulas de todos caídas por la sorpresa.
Ni Daniel Monzón, ni Luis Tosar, ni Andreu Buenafuente, ni Pocoyó, ni siquiera la pareja Bardem-Pe... Sólo él. El manchego enfurruñado con la Academia desde hace unos años (se borró en 2004), al que Penélope aseguraba minutos antes de entrar que "echaba de menos", se convertía en titular.
Como si estuviese en una de sus películas, escenificó su reconciliación con la Academia de Cine española en el clímax de la ceremonia, para entregar el premio gordo de la noche, que fue a parar a Celda 211, premio cantado después de que Monzón le ganase el pulso a Alejandro Amenábar en la categoría de dirección.
Al final han sido ocho galardones para Celda 211, incluyendo actor principal, actriz de reparto y mejor actor revelación; Ágora se ha llevado siete, incluyendo mejor guión original, de Amenábar y Mateo Gil, y seis premios en apartados técnicos (dirección de producción, maquillaje y peluquería, fotografía, dirección artística, diseño de vestuario, efectos especiales).
El director de Ágora, con elegancia, disfrutaba su dulce derrota tras la ceremonia al asegurar que la de este domingo ha sido la noche de su rival, pero que su equipo había "rascado" siete Goya. No es mal botín para una edición en la que todo apuntaba al éxito clamoroso de la película protagonizada por Luis Tosar.
Javier Bardem y Penélope, aparición estelar
Lo cierto es que la XXIV edición de los premios del cine español no empezaba bien para Celda 211, cacareada favorita en prensa, círculos cinematográficos y público. La primera, en la boca de Carlos Bardem, al que Raúl Arévalo arrebataba el Goya a mejor actor de reparto.
Antes, la imagen de Javier Bardem y Penélope Cruz juntos y sonrientes en la primera fila del auditorio avanzaba una noche de glamour y celebración del cine... español.
El humor de Buenafuente, una gala en directo y sin cortes, premios anunciados para películas que han gustado a los espectadores, un presidente de la Academia con un toque menos institucional... Había grandes expectativas tras un año de buenas cifras para la taquilla del cine español. Y se han cumplido con creces.
El discurso que Álex de la Iglesia ha repetido incesantemente desde hace unos meses se ha hecho real en la gala de los Goya: en el cine español tienen que caber todos, que es un "oficio" como otros, no un grupo de starlets.
Un cine español para todos
Quizá por eso, como ha reconocido el propio Almodóvar explicando a lo reality show su reencuentro con la Academia, ha sido tan "pesado" -"hasta la saciedad"- un presidente de la Academia que "ha insistido hasta hace dos días" en traérselo a la fiesta del cine nacional.
Salvo El baile de la Victoria, que no se ha llevado ni una de sus 9 candidaturas ("Estoy deseando que acabe la gala para irme de cañas con los amigos", aseguraba Trueba en la alfombra verde), el resto de favoritas -cine independiente o superproducciones, proyectos españoles o argentinos, cine en español, en inglés o en catalán- se han llevado su pedazo de pastel.
Por ejemplo, Yo, también, la cinta de Álvaro Pastor y Antonio Naharro producida por Julio Medem, se ha llevado el premio a mejor actriz principal, para Lola Dueñas, y el premio a mejor canción, "Yo, también", de Guille Milkyway, alma mater de La Casa Azul, que ha twitteado la ceremonia en directo para RTVE.es.
Por ejemplo, El secreto de sus ojos logra dos galardones, mejor película hispanoamericana y mejor actriz revelación, Soledad Villamil, poco premio para una película nominada a los Oscar.
Por ejemplo, Tres días con la familia, de Mar Coll, se ha llevado el 'cabezón' a mejor dirección novel. Un peliculón aparentemente pequeño de una recién llegada al largo... Y lo que le espera.
Hueco para las lágrimas
Uno de los momentos emotivos de la ceremonia, aparte del "vuelve a casa, vuelve" de Almodóvar, ha sido el vídeo en el que se ha mostrado cómo Álex de la Iglesia -este hombre se ha echado la cita de los Goya a las espaldas- llevaba a la casa de Antonio Mercero el galardón de Honor.
El estado de salud del cineasta premiado no le permitía acudir a la ceremonia, donde sus hijos Antonio e Ignacio, han recogido la cabeza de Goya. Mercero ha agradecido desde su domicilio el galardón y ha asegurado que le hace "muy, muy feliz".
"Lo único bueno que tiene el alzheimer es que puedes ver quinientas veces Cantando bajo la lluvia como si fuera la primera vez", han dicho los hijos de Mercero en su intervención, al aludir tanto a la película favorita de su padre como a la "cruel enfermedad" que padece.
Al borde de la lágrima ha dejado también el discurso de agradecimiento de Marta Etura, muy de San Valentín.
Después de dedicarlo especialmente a su padre -que hace días tuvo un accidente- y a su madre y a su "amor" en referencia a su pareja, el actor Luis Tosar, que cuando ha subido a recoger su premio se ha confesado de "bajón" después de "recibir la mayor alegría de la noche hace un rato".
Un discurso al pie de la calle
Para redondear una gala que ha buscado hermanar a la industria del cine con su público, Álex de la Iglesia ha realizado un discurso autocrítico y desmitificador: "Nunca reconocemos nuestros errores. Nos miramos el ombligo, nos encanta nuestro ombligo. Creemos que somos artistas, genios alternativos, creadores. Antes de todo eso, somos trabajadores", ha dicho.
Antes, había afirmado que las buenas cifras de taquilla de cine español eran "una oportunidad" que el público les brindaba. Nada de autocomplacencia. Lejos del mensaje tantas veces oído de que si el público no iba a ver cine español era porque no tení ni idea de buen cine.
"Humildad, agradecimiento, ilusión y orgullo", ha propuesto De la Iglesia. Con Penélope, Bardem, Almodóvar, Amenábar, el equipo de Celda 211, y toda esa constelación de películas más o menos pequeñas, las que estaban ahí y las olvidadas, se puede soñar con que las cosas cambien para el cine español.