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Los talibanes, descabezados para la guerra

  • El mulá Baradar se encargaba de la coordinación del día a día de los talibanes
  • Se le considera el artífice de los últimos éxitos militares de los insurgentes
  • Su caída dañará a los talibanes, pero puede relegar a los moderados
  • Pakistán cambia cualitativamente en su intervención en el conflicto

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Estados Unidos asegura que han capturado al jefe militar y supuesto número dos de los talibanes afganos

La captura del mulá Baradar es uno de los mayores golpes a los talibanes desde 2001, que incluso puede tener más significado en la evolución de la guerra en Afganistán que cualquier operación militar como la de Helmand.

"Si pensaba que la cabeza de los talibanes es mala, tienen que conocer a su número dos", reza un artículo de fondo de la revista Newsweek sobre Baradar, en la que se le retrata como un brillante estratega militar que se ocupa de los asuntos diarios de los talibanes y que maneja a los mandos militares y los fondos de la droga.

Por ejemplo, Baradar es el responsable de la respuesta que los talibanes están dando a los aliados en la provincia de Helmand. Su fórmula es evitar todo combate directo con los americanos y colocar explosivos de fabricación casera a su paso para maximizar las bajar del enemigo y minimizar las propias, lo que en estos momentos está paralizando la operación.

"Mantened vuestras armas a la espalda y estad en vuestras motocicletas. América tiene una gran fuerza militar pero nosotros tenemos más fe y compromiso", asegura Newsweek que le dijo a sus muyaidines.

La sombra del mulá Omar

Maladar siempre ha estado muy cercano al mulá Omar, ya que los dos vienen de la misma parte de Afganistán, tienen orígenes tribales similares, lucharon juntos contra los talibanes y establecieron sus propias madrasas en la ciudad de Kandahar, al sur del país, según detalla el experto de The Guardian Jason Burke.

Durante el régimen talibán Baradar jugó el papel equivalente al primer ministro de Omar mientras que en la insurgencia se ha ocupado de dirigir el día a día, organizando la administración paralela de los talibanes en las zonas que controlaban.

De acuerdo con Newsweek,  Baradar forma parte del consejo militar situado en la ciudad paquistaní de Quetta, que está dirigido por el mulá Omar y que comanda a los talibanes afganos. De Baradar son algunos de los comunicados políticos más importantes del grupo y además se piensa que controla los fondos de la milicia.

El problema -o la paradoja- es el efecto que puede tener esta detención en una posible rendición de los talibanes más moderados, tal y como se pretende con los programas de 'reconversión' lanzados por las potencias occidentales, preparando el terreno ante una eventual negociación entre los talibanes y el gobierno afgano. 

Baradar jugó un papel decisivo en la ofensiva militar talibán de 2008 y 2009 que ha obligado a replantear toda la estrategia de los aliados en Afganistán y los suyos lo consideran como un líder carismático y justo, por lo que su ausencia puede hacer que los comandantes talibanes cedan a la tentación del dinero de la droga y la extorsión, perdiendo su credibilidad ante los afganos y su olfato militar.

Con todo, este mulá, perteneciente a una generación anterior, es visto como un moderado con el que quizá se podrían haber entablado negociaciones frente a los nuevos talibanes, mucho más radicalizados.

El papel de Pakistán

Sea como fuere, la detención del número dos de los talibanes afganos en Pakistán puede suponer "un mar de cambio" en la actitud del gobierno paquistaní hacia los insurgentes afganos, que tienen su principal feudo en la frontera entre ambos países, habitada de forma mayoritaria por la etnia pashtun.

La operación fue liderada por miembros de los servicios de inteligencia paquistaní en coordinación con la CIA. Estados Unidos ha presionado durante largo tiempo a Pakistán para que combata a los grupos talibanes afganos, no solo a los que se oponen a Islamabad.

En este sentido, aunque este cambio es probable que no esté exento de concesiones por parte de Estados Unidos a Islamabad, lo cierto es que con la detención Pakistán logra una situación privilegiada para influir en la situación postbélica en el país vecino, frenando un eventual papel de la India, su enemigo regional.

Además, los talibanes afganos han ido perdiendo el favor de los paquistaníes pese a su creciente antiamericanismo debido a su campaña de atentados y asesinatos en la frontera.

Más aún, la gran ofensiva de las tropas paquistaníes en los bastiones talibanes paquistaníes del valle del Swat y Waziristán del Sur han dejado centenares de muertos y miles de desplazados.