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Al menos 41 muertos en Marruecos al derrumbarse el minarete de una mezquita

  • Otras 75 personas han resultado heridas en el suceso
  • Ha ocurrido el día más importante de la oración para los musulmanes
  • Las autoridades han dado por finalizadas las tareas de rescate

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Al menos 41 muertos en Marruecos

El número de muertos por el derrumbamiento del minarete de la mezquita de Bab el Bardiyine, en la ciudad de Mequinez, en el centro de Marruecos, asciende ya a 41, mientras que otras 75 personas han resultado heridas, 17 de ellas están hospitalizadas, según han informado fuentes oficiales.

El Ministerio del Interior ha dado a conocer el nuevo balance de víctimas y ha informado de que los heridos leves han sido evacuados a hospitales de Mequinez, mientras que los más graves han sido trasladados a la cercana ciudad de Fez.

Las autoridades autoridades han anunciado este sábado el final de las tareas de rescate. Asimismo se ha instalado un equipo de atención psicológica para atender a los afectados por la tragedia.

Las excavadoras ya están trabajando

Las labores de rescate han sido interrumpidas para dar paso a las excavadoras, lo que los equipos de voluntarios presentes han interpretado como la señal de que ya no hay esperanzas de encontrar a más supervivientes.

Apenas queda en pie la mitad del templo y cientos de personas se agolpan a la entrada de la zona acordonada por las fuerzas de seguridad con la esperanza de recibir alguna noticia sobre sus familiares.

En el barrio de Bab El Berdiyine, la desolación ha invadido la mayoría de los hogares, como ha señalado Jalil Buhid, quien ha explcado que, sólo en su calle, vivían 16 de las personas que han perdido la vida, entre ellos dos tíos suyos.

El mismo Buhid ha salvado su vida por escasos segundos, ya que en el momento del derrumbe se disponía a entrar en el templo. "Lo primero que vi tras el estruendo fue a mucha gente salir de la mezquita llena de sangre y desorientada", ha explicado.

"La mezquita estaba en muy mal estado"

La caída del minarete ha derrumbado prácticamente la mitad de la mezquita, así como una carpintería y un negocio de ultramarinos situados junto al templo. Hasta el momento se desconoce el motivo de la caída de la torre desde la que se llama a los fieles al rezo en esa mezquita, construida en el siglo XVIII, y que amenazaba ruina desde hace meses, según vecinos del barrio.

"La mezquita estaba en muy mal estado, todos lo sabíamos y ya nos habíamos quejado muchas veces", ha señalado Mustafa Hubai. Los voluntarios en la operación de rescate, que portaban cubos llenos de escombros y excavaban con palas y picos, temen que la cifra definitiva de muertos sea aún mayor, y algunos la elevan hasta el medio centenar.

Uno de ellos, Hicham Azzani, un ex trabajador de la Media Luna Roja, ha explicado cómo él mismo intervino en el rescate de veinte cadáveres desde su llegada a la mezquita, tres horas después de la tragedia.

Los escasos medios materiales dificultaron aún más la búsqueda, que se hizo de forma voluntariosa pero un tanto desorganizada, bajo la presencia de cientos de militares y miembros de las Fuerzas Auxiliares marroquíes que se desplegaron en los alrededores.

El rey Mohamed VI de Marruecos, que envió a los ministros del Interior y de Asuntos Islámicos al lugar, ha anunciado que costeará personalmente los funerales por las víctimas del suceso. Asimismo, también ha dado instrucciones para la reconstrucción inmediata de la mezquita, una de las joyas

Fuerte temporal de lluvia y viento

El suceso tuvo lugar durante la oración del viernes, la más importante de la semana para los musulmanes, cuando había varios centenares de personas en su interior, cuyo número algunos testigos presenciales elevan hasta 500, lo que ha hecho que el número de víctimas sea mayor.

El fuerte temporal de viento y lluvia que azota en las últimas horas la parte central y oriental de Marruecos también ha causado la muerte de una niña de 11 años y heridas a varios miembros de su familia después de que la casa en la que vivían en la región de Taza (este) se viniera abajo.

Los fuertes vientos han ocasionado además el derrumbamiento de muros en algunos centros educativos y la caída de árboles, lo que ha provocado problemas para el tráfico.