Grecia, ante sus propias vergüenzas
- Los datos de Grecia son alarmantes: 12,7% de déficit y 10,6% de paro
- Muchos critican que no estaba preparada para la moneda única
Con un 12,7 % de déficit y un 113 % de deuda pública respecto a su PIB (Producto Interior Bruto), Grecia se ha convertido en el primer motivo de insomnio para los líderes de la zona euro, una fortaleza de estabilidad resquebrajada por su retaguardia.
Nueve años después de la incorporación del país a la moneda única, Europa se pregunta qué ha fallado y busca soluciones, en medio de una crisis económica global que limita la capacidad de respuesta de Alemania y Francia, las únicas potencias de la UE capaces de rescatar a Grecia.
Gran parte de la prensa anglosajona y euroescéptica se ha lanzado a degüello: Europa, dicen, -o al menos, muchos países de la Unión- no estaba preparada para la moneda única, y ahora tendrá que pagar por sus errores. Otros culpan a las autoridades comunitarias por hacer la vista gorda al permitir que Atenas se incorporase a la divisa común, cuando sus datos económicos no ofrecían demasiadas garantías.
El propio gobierno griego aseguró, en 2004, que sus predecesores falsearon las cuentas para subirse al carro del euro, un espacio de prosperidad que garantizaría ayudas millonarias.
Pero Atenas no supo aprovechar muchas de las oportunidades que llegaron de Bruselas. Los Juegos Olímpicos de 2004 son un ejemplo. Sirvieron de escaparate internacional para un país que pretendía ofrecer una imagen de modernidad y crecimiento económico. La inversión superó los 7.000 millones de euros, casi el doble de lo previsto inicialmente, y el déficit del país se desbocó.
Hoy, sólo hace falta desplazarse a las afueras de la capital para comprobar que, después de la cita olímpica, muchas instalaciones deportivas están abandonadas, convertidas en símbolo del derroche y la mala planificación política.
El desempleo alcanza el 10,6%
Además, el desempleo es cada vez mayor y alcanza ya al 10,6% de la población activa. Los efectos del paro se aprecian fácilmente en el puerto de El Pireo. Padres de familia que superan la cincuentena preguntan barco por barco, en busca de un sueldo que llevar a casa.
"Trabajaría incluso por 10 euros al día", nos confiesa un ex mecánico, padre de dos hijos y cuya mujer está también sin trabajo.
En el puerto más importante del país, y uno de los 10 más activos de Europa, preocupa la falta de empleo pero también las condiciones de trabajo. Muchos temen que se degraden desde que la compañía china COSCO tomó el control de la Autoridad Portuaria , una concesión por más de 30 años, que los sindicatos exigen revisar.
No es el único ejemplo de cómo el Estado pierde influencia en puntos estratégicos de la economía griega. Lo mismo ha ocurrido con la compañía telefónica nacional, participada en un 20% por Deutsche Telekom, o la aerolínea Olympic Airlines, privatizada recientemente.
Pero los gobernantes no son los únicos actores de este descalabro económico. La sociedad griega se mira estos días al espejo, y es probable que no le guste la imagen que contempla. Sólo así se entiende que un 64% de la población, según las encuestas, apoye un plan de austeridad que significa subida de impuestos, congelación de salarios públicos y aumento de la edad de jubilación.
Grecia, el Titanic que hay que reflotar
Para muchos griegos el alto índice de fraude fiscal y la economía sumergida -que representa cerca de un 30% del PIB- han contribuido a engordar la bola de nieve. En la calle muchos afirman que al ciudadano griego no le gusta pagar impuestos, como si eso fuese parte de su identidad nacional. No sólo por razones obvias, sino también por desconfianza hacia la clase política y su sistema recaudatorio.
Según algunos cálculos, en 2009 el Estado dejó de recibir 20.000 millones de euros por la evasión fiscal.
Otra de las enfermedades de la economía griega es la corrupción. La organización Transparency International coloca a Grecia en el puesto 71 de su índice de corrupción de 2009, el país de la UE peor situado junto a Bulgaria y Rumanía.
Según explicó a TVE Ioannis Filos, portavoz de Transparency International-Grecia, los sectores donde la corrupción está más presente son la administración de Hacienda, las obras públicas y los hospitales. En estos últimos, un sobre lleno de dinero puede evitar la lista de espera y permite recibir los cuidados de los médicos más reputados.
Por eso, algunos expertos, como el profesor Ioannis Vavouras, experto en Política Económica de la Universidad Panteion de Atenas, creen que es necesario un cambio de mentalidad.
Según Vavouras, los griegos deben percibir una mayor transparencia del Gobierno y entender que la solidaridad común es decisiva para mantener a flote la estructura estatal de Grecia. Un país que el ministro de Economía, Yorgos Papaconstantinou, comparó con el Titanic y que trata de reconducir su destino para escapar del hundimiento.