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Platas, negros y cortes militares en el ecuador de la Cibeles Madrid Fasion Week

  • Hannibal Laguna y Roberto Torreta entre otros, han presentado sus colecciones
  • Miguel Palacio ha cerrado el día apostando por los cortes militares

Ver también:Ver también: Especial Cibeles Madrid Fashion Week 2010

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Desfile de Miguel Palacio en la Cibeles Madrid Fashion Week 2010

Hace tiempo que Hannibal Laguna se centra en colecciones de fiesta y ahí radica su éxito. Abre el desfile el vestido que lució Paz Vega en los Goya. Lo siento por Paz, pero Arantxa, la modelo que lo lleva, le da vida, resalta su glamour y le pone una pizca de estilo canalla.

La espectacular colección de vestidos que ha presentado Hannibal Laguna tiene un mismo punto de encuentro: siluetas marcadísimas, bien a través de volúmenes estratégicamente situados, bien a través de líneas rectas que se ciñen a la cintura de la mujer.

El de la Gran vía de Madrid , objeto de deseo de Hannibal Laguna que construye chaquetas-lazo para la tarde, vestidos sexys para la noche y otros para continuarla. Menos barroco que en otras ocasiones, el diseñador modela a su antojo patrones de los 40 y de los 50 rescatados del dorado Hollywood y de las fotos que adornan Chicote. Platas, negros, y oros parecen líquidos, con movimiento, en homenaje a la calle que nunca duerme. De repente un morado de pecado. Un guiño a las chicas de  Montera.

Roberto Torreta también rebusca en los 40 pero del Berlín de la posguerra, barato y pobre. Grises de cemento y de metralla se cruzan con negros, cobres y verdes militares en prendas casi monacales, despojados del corte lascivo que el argentino suele tener en sus colecciones. Es la crisis. 

Pero... ¿Quién dijo crisis? , dice Angel Schlesser, quizá el diseñador más chic de Cibeles.

El modisto apuesta por la línea militar sin olvidar la feminidad.

Un enamorado del arte y el interiorismo que sabe decorar su ropa con una elegancia moderna. Plumas de gallo y avestruz adornan vestidos de varios colores, en horizontal como cuadros de Rothko. Cortes militares se cruzan con vestidos en tonos empolvados que se vuelven perversos con faldas rojas.

Es una colección de colores sobrios, en la que destacan los rosas, un blanco y el negro que cierra el desfile. Limpio, sencillo, perfecto. En la pasarela de Duyos hay un batería, un bajo y una cantante que intenta cantar algo de los 60. Época del perchero de esta colección de grandes hombreras, sombreros que despistan y patrones generosos que esconden cuerpos frágiles.

También derrocha Antonio Alvarado pero con la tijera afilada y la aguja acertada. Conocedor de su oficio y de los tejidos, idea con talento un otoño de contrastes, con diferentes texturas que maneja a su antojo, y pone especial énfasis en las mangas de las chaquetas, en los cuellos de los vestidos  y en los escotes, con detalles que enseguida te atrapan.

Los pitillos se engullen en botas altas inspiradas en las de montar, planas.

De repente sale un chico con minifalda pero sobre un pantalón como diciendo ¿y por qué no ?. Parece que no hay colores pero hay muchos, y de algunos nos habíamos olvidado de tanto copiar. 

Amaya Arzuaga se cansa de lo mismo pero no se agota y sigue investigando con las texturas, los volúmenes y el efecto 3D. Su invierno es caprichoso como la naturaleza donde la burgalesa encuentra formas animales y otras vegetales.

Para la presentación de su colección de invierno, la diseñadora cautivó con formas geométricas, estructuradas y muy modernas para una mujer que huye de lo clásico y prefiere arriesgar.

Experimenta con la lana ,con el pelo y con el mohair cambiando su tacto, con instinto, con osadía. Grises secos, blancos sucios y otros tonos neutros se dejan eclipsar por un naranja sabroso y un azul noche que se adueña de la colección y se vuelve romántico mezclado con el negro.  El color de la tinta con la que Amaya firma esta propuesta distinta que, sólo por eso, se merece el aplauso.

Miguel Palacio ha cerrado el día y ha coincidido con Torreta y Schlesser en los cortes militares. Con pocos colores tiñe capas, túnicas y vestidos guerreros que adorna con cinturones llamativos. Sus fans quieren ver un estilo impecable, de revista, pijo pero moderno, fácil. Palacio sabe hacerlo, y engaña con trucos de estilista para conseguir ese look que tanto gusta en las bodas.