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Sarkozy reconoce los "errores" de Francia en el genocidio de Ruanda para retomar las relaciones

  • Es el primer presidente galo que visita el país desde la matanza de 1994
  • Ha visita el memorial de las víctimas y se ha "inclinado" ante ellas
  • El gobierno tutsi ruandés acusa a Francia de armar a los hutus

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Sarkozy, en el museo memorial del genocidio de Ruanda, en Kigali.
Sarkozy, en el museo memorial del genocidio de Ruanda, en Kigali.

"En nombre del pueblo francés, me inclino ante las víctimas del genocidio de los Tutsis". Con estas simbólicas palabras con las manos sobre el libro de oro del memorial a las víctimas de la matanza de 1994, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, ha empezado a cerrar una herida que sangra desde entonces.

Poco después, en una rueda de prensa conjunta con el presidente ruandés, Paul Kagame, ha ido más lejos, al reconoce los "errores" de Francia en el país.

"Lo que paso aquí es inaceptable, pero lo que pasó aquí obliga a la comunidad internacional, incluida Francia, a reflexionar sobre los errores que pudieron ayudar a prevenir y a detener este terrible crimen", ha declarado solemnemente.

Entre esos errores, Sarkozy ha reconocido que su país "no vió la dimensión de genocida del gobierno del presidente que fue asesinado".

Sarkozy es el primer presidente francés que visita el país y su presencia quiere finalizar un enfrentamiento diplomático con el régimen de Kagame, que acusa al país galo de complicidad en el genocidio por haber sostenido el régimen de su precedecesor, el hutu Juvenal Habayarimana, algo que siempre ha rechazado París.

En los más de tres lustros transcurridos desde el genocidio de 1994, el régimen ruandés ha reiterado las acusaciones a políticos y militares franceses de haber apoyado y entrenado a los militares hutus que llevaron a cabo las matanzas.

Mientras tanto, la justicia francesa ha acusado a colaboradores de Kagame, líder del partido y antigua guerrilla tutsi del Frente Patriótico de Ruanda (RPF), de supuesta participación en el atentado de abril de 1994 contra el avión del hutu Juvenal Habyarimana, que fue el detonante de las masacres.

Reproches en el memorial

"La Humanidad conservará siempre la memoria de los inocentes y su martirio", ha añadido Sarkozy, que ha estado acompañado por los ministros ruandeses de Asuntos Exteriores y de Cultura, así como el jefe de la diplomacia francesa, Bernard Kouchner.

Con ellos ha observado un minuto de silencio ante una de las catorce fosas comunes del memorial, donde están inhumanas 250.000 víctimas, y ha depositado un ramo.

Con todo, durante la visita de veinte minutos Sarkozy no ha podido evitar las reclamaciones de los ruandeses. 

Una fotografía que muestra a un vehículo militar francés pasando ante un grupo de civiles armados con fusile figuraba una leyenda: "Francia jugó su papel al armar y entrenar a las fuerzas armadas ruandesas".

"Aquí está la responsabilidad de Francia", le ha espetado el guía ante el silencio de Sarkozy.

Más aún, el mismo guía ha mostrado a Sarkozy un retrato del ex secretario heneral de la ONU, Kofi Annan, y le ha recordado que él "ha pedido perdón" por el papel jugado por los cascos azules durante los sucesos de 1994. Sarkozy tampoco ha respondido. 

Relaciones tensas

Francia y Ruanda anunciaron el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas el pasado 30 de noviembre, tras tres años de ruptura y un día después de que la Commonwealth británica admitiera como socio al país africano, antigua colonia belga y que antes del genocidio de 1994 tuvo una fuerte influencia gala.

Kigali rompió sus relaciones diplomáticas con París a finales de 2006, después de un juez francés ordenara detener a varias personas cercanas a Kagame, de etnia tutsi, sospechosas de estar implicadas en el atentado que acabó con la vida de Habyarimana.

Tras un reciente viaje a kigali del ministro de Exteriores galo, Bernard Kouchner, la visita de Sarkozy, según comentaristas locales, es crucial para Francia si pretende mantener una influencia relevante en la zona de los Grandes Lagos africanos.

Se espera que Sarkozy y Kagame traten del desarrollo de diversos proyectos y también cuestiones comerciales y judiciales, en relación con un centenar de fugitivos de la justicia ruandesa residentes en Francia y presuntamente implicados en el genocidio de 1994.

Según los medios locales, Kagame también presionará a Sarkozy para que sean detenidos los dirigentes residentes en Francia de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) que han desestabilizado el este del Congo y realizado atentados en territorio ruandés desde 1994.