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En estado muy grave una turista herida en el crucero golpeado por una ola gigante

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Así se vivió dentro del crucero la llegada de la ola gigante

Dos de los pasajeros heridos que viajaban en el crucero Louis Majesty, que el miércoles fue golpeado por una ola en el Golfo de León causando la muerte de otros dos turistas y lesiones a una veintena, permanecen ingresados.

Uno de los heridos en una mujer de 64 años y nacionalidad extranjera que se encuentra con pronóstico muy grave en la UCI del Hospital del Vall d'Hebron, en Barcelona.

El otro herido, un hombre de 59 años y también extranjero, está ingresado en urgencias del Hospital del Mar con politraumatismos, y se encuentra pendiente de evolución.

Los dos turistas iban a bordo del crucero de bandera chipriota junto a otros 1.348 pasajeros, de los que dos, de nacionalidad italiana y alemana, fallecieron cuando la ola gigante rompió los ventanales de uno de los salones donde se encontraban, a primera hora de la tarde del miércoles.

Otros dos turistas del crucero ingresaron ese mismo día en el Hospital del Mar pero fueron dados de alta poco después, tras ser tratados de heridas de carácter leve.

Pánico en el crucero

La ola mortal que golpeó al crucero Louis Majesty desató el pánico entre los pasajeros, que aún este jueves, ya en tierra firme, están impresionados por la brutalidad con la que el mar les azotó.

Mientras dos de sus compañeros de viaje permanecen aún hospitalizados, varios de los pasajeros rememoraban las trágicas circunstancias que sufrieron, en conversaciones improvisadas frente al muelle adosado del Puerto de Barcelona, donde permanece atracado el buque.

En declaraciones a Efe, varios de los pasajeros han reconocido que aún hoy están impresionados por el "pánico" que se vivió en el barco, que surcaba el mar a la altura de Begur (Girona) y se dirigía a Génova con 1.350 pasajeros y 580 miembros de la tripulación a bordo.

Según su relato, la ola tuvo una fuerza "muy violenta", rompió varias ventanas -que incluso llegaron a "explotar"- y anegó de agua distintas estancias del crucero, lo que desató el "pánico" a bordo, ya que se vivieron escenas dramáticas, con niños buscando a sus padres y maridos a sus mujeres o viceversa.

Recuperada la calma, y bajo el sol primaveral que este jueves luce Barcelona, totalmente distinto del temporal del miércoles en alta mar, varios operarios se empleaban a fondo esta mañana para limpiar la proa de los escombros provocados por la furia del mar, especialmente cristales rotos.

Atracado en Barcelona

Mientras tanto, el crucero permanece atracado en el muelle adosado del puerto de Barcelona a la espera de poder reparar los desperfectos causados por el temporal en los ventanales del salón situado en la proa, según ha confirmado la autoridad portuaria.

El barco llegó alrededor de las 20.35 horas del miércoles a la capital catalana para evacuar a los heridos y fallecidos y, aunque tenía previsto zarpar esa misma noche hacia Génova, deberá permanecer hasta reparar los desperfectos, que no afectan ni a la estructura ni al sistema de navegación.

Las mismas fuentes han apuntado que el barco tenía previsto hacer escala en Barcelona, pero el mal estado del mar hizo que el capitán variara su ruta y se dirigiera rumbo a Génova.

Durante este trayecto, el crucero fue sorprendido por la ola gigante, por lo que decidieron volver al puerto más cercano para atender a los heridos. El resto del pasaje que no ha resultado herido ha pasado la noche en sus camarotes.