Brown apoya la "decisión correcta" de ir a la guerra de Irak y niega haber bloqueado fondos
- El primer ministro califica a Sadam de "violador en serie del derecho"
- Dice que dejó claro a Blair que no habría restricciones para el ejército
- Su comparecencia se produce a escasas semanas de las elecciones
- Así lo cuenta minuto a minuto la corresponsal de TVE en Londres
Londres tomó la "decisión correcta" al participar en la guerra de Irak y las tropas británica siempre contaron con la financiación adecuada y necesaria para realizar su labor en el país asiático.
De esta forma el primer ministro británico, Gordon Brown, ha salvado la cara a su predecesor, Tony Blair, y a él mismo en su comparecencia ante la comisión independiente que investiga las circunstancias que llevaron a la participación de Reino Unido en el conflicto.
"Creo que que tomamos la decisión correcta por las razones adecuadas porque la comunidad internacional demandada desde hacía años a Sadam Hussein que respetase el derecho internacional y las obligaciones internacionales que había aceptado", ha declarado Brown al inicio de su declaración ante la comisión de investigación, conocida como comisión Chilcot.
"Al final no fue posible persuadirle de que respetase el derecho internacional", ha lamentado Brown, que en el momento de la guerra era el ministro de Finanzas de Blair y que ha calificado a Sadam de "violador en serie del derecho internacional".
No recortó partidas
Pero la gran tarea del primer ministro era rebatir la acusación de que bloqueó fondos esenciales para la guerra por parte de varios altos cargos de Defensa, entre ellos el propio ministro por aquella época, Geoff Hoon -enemigo de Brown que estuvo detrás de uno de los golpes fallidos contra su liderazgo de los últimos meses-.
El primer ministro recordó que en junio de 2002 ya tuvo conversaciones con Hoon para hablar sobre los preparativos de una posible intervención militar.
"Inmediatamente, le comuniqué al primer ministro que no habría restricciones económicas para el Ejército (...) Le dije desde muy al comienzo que no descartaría una estrategia militar por motivos de coste", ha señalado Brown al reconocer que "unas opciones militares" eran "más caras que otras".
La Comisión también ha indagado sobre su implicación política, dado que Brown siempre ha marcado la distancia con respecto al llamado "núcleo duro" del Gobierno de Blair que tomó la decisión de apoyar a EE.UU. para derrocar a Sadam Husein por la fuerza.
Otras versiones, sin embargo, lo sitúan entre las personas que más influencia tuvieron en aquellos momentos.
A este respecto, Brown ha recalcado que durante las reuniones del Gobierno dejó claro que la acción militar debía ser siempre la "última opción".
Agotar las vías diplomáticas
"Fui muy claro al insistir en que teníamos que agotar todas la vías diplomáticas antes de llegar a la conclusión de que era imposible evitar la decisión de ir a la guerra", ha agregado.
No obstante, ha precisado, nunca tuvo acceso a la correspondencia privada que mantuvieron Tony Blair y el entonces presidente estadounidense, George W. Bush.
"No esperaba poder ver -ha señalado- las cartas privadas entre Blair y el presidente".
Inicialmente, los responsables de la comisión decidieron que Brown testificara pasados los próximos comicios generales, que se celebrarán a más tardar el 3 de junio, con la idea de no interferir en el desarrollo de la campaña, pero las presiones políticas y mediáticas hicieron que el propio primer ministro pidiera comparecer antes de esa fecha.
Por ese motivo, aclarar estos asuntos en la cuenta atrás de los comicios puede ser crucial, porque la sociedad británica se opuso de manera abrumadora al conflicto de Irak y porque hay dudas sobre la calidad del equipamiento de las fuerzas armadas británicas tras la muerte de más de un centenar de soldados en Afganistán en el último año