Moratinos no da crédito a las nuevas exigencias de Al Qaeda para liberar a los cooperantes
- Al Qaeda exige la liberación de varios islamistas presos, según un negociador
- El Ministerio de Exteriores español desmiente que haya "peticiones concretas"
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"No le damos la menor trascendencia y no tenemos conocimiento de su existencia". Así de categórico se ha mostrado el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, al ser preguntado por el supuesto comunicado en el que rama magrebí de Al Qaeda exige la excarcelación de presos a cambio de la liberación de los tres cooperantes españoles, secuestrados en Mauritania en noviembre.
Al ser preguntado en rueda de prensa junto a la Alta Representante Catherine Ashton, Moratinos ha insistido en la "política informativa de discrecíón del Gobierno" en este secuestro y ha explicado que se trata de un "rumor más, una declaración más".
Se niega así las informaciones desveladas por un negociador que se ha querido mantener en el anonimato, y que ha asegurado haber estado con los captores. "Ellos verdaderamente están presionando para la liberación de sus combatientes. Ahora mismo voy a comunicárselo a las autoridades correspondientes", ha comentado.
El portavoz de la ONG Barcelona Acció Solidaria, a la que pertenecen los cooperantes españoles secuestrados, no ha querido comentar las nuevas exigencias. "No valoraremos noticias de esta envergadura si el Gobierno no las confirma", ha replicado su portavoz, Josep Ramón Giménez.
De confirmarse lo dicho por el negociador, sería la primera vez que Al Qaeda en el Magreb Islámico pide la liberación de islamistas presos a cambio de la liberación de los españoles. Sí lo hizo en el caso del francés Pierre Camatte, liberado el 23 de febrero, y de la pareja italiana secuestrada en diciembre.
Esas exigencias podrían complicar de manera importante la pronta resolución del secuestro, después del optimismo expresado durante las últimas semanas por las autoridades de Mali.
Según informa RNE, en el Ayuntamiento de Barcelona se han lamentado este viernes de que "las cosas se hayan torcido esta última semana".
Los tres cooperantes catalanes, Alicia Gámez, Roque Pascual y Albert Vilalta, fueron secuestrados a punta de pistola el 29 de noviembre de 2009 en Mauritania y luego llevados a Mali, como el resto de los detenidos. Desde entonces, sus captores han ofrecido varios comunicados confirmando su buen estado de salud e incluso ofreciendo una prueba de vida.
El 22 de febrero el principal responsable del secuestro fue detenido por las fuerzas de seguridad mauritanas.
Mauritania no quiere intercambios
El jueves, el primer ministro de Mauritania, Mulay Uld Mohamed Laghdaf, señaló que su Gobierno no negociaría con "grupos terroristas" ni realizaría intercambios de presos salafistas por rehenes. "De lo contrario, nunca va a terminar", apuntó.
Sin embargo, aseguró que su país tenía la intención de "hacer todo lo posible para garantizar que los secuestrados en nuestro territorio puedan recuperar su libertad".
Lagdaf explicó que "se están siguiendo tres estrategias para tratar la cuestión del terrorismo", y que ninguna de ellas pasa por la negociación.
Según expuso, estas vías son: el diálogo con los terroristas para convencerles de la contradicción entre sus métodos y la religión musulmana; la inserción de los jóvenes mauritanos a través de proyectos económicos, y, "finalmente, la fuerza".
Mauritania llamó a consultas a su embajador en Mali
De hecho Mauritania llamó a consultas la semana pasada a su embajador en Mali en protesta por la puesta en libertad de cuatro islamistas encarcelados en Bamako (entre ellos un mauritano), una de las condiciones exigidas por Al Qaeda para liberar a Camatte.
También Argelia retiró provisionalmente a su embajador en Mali y criticó duramente la liberación de los activistas, que consideró una "actitud no amistosa" por parte de Bamako en contra de la Convención bilateral de cooperación judicial entre ambos países.
Al Qaeda había exigido la liberación de varios presos islamistas en Mauritania a cambio de los rehenes italianos Sergio Cicala, de 65 años, y su esposa Philomene Kabouré, de 39 años y originaria de Burkina Faso, sobre quienes fijó un primer ultimátum que venció el lunes, 1 de marzo.
Los italianos fueron secuestrados el 17 de diciembre en el sudeste de Mauritania cuando se dirigían en automóvil hacia Burkina Faso.
El pasado domingo AQMI difundió una grabación en la que Cicala exhortó a la "gran generosidad" del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, para salvar su vida y la de su cónyuge.