Ban Ki-moon llega a Chile en medio de continuas réplicas sísmicas
- Se ha reunido con la presidenta Michelle Bachelet en el palacio de La Moneda
- Allí ha dicho que hará una contribución al país de diez millones de dólares
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha llegado a Chile para conocer sobre el terreno los efectos del terremoto del pasado sábado, mientras la tierra no dejaba de temblar con nuevas réplicas sísmicas, algunas de más de seis grados de magnitud, que mantienen en vilo a la población.
Ban viajará este sábado a Concepción, la zona más castigada por el seísmo y segunda ciudad más importante de Chile, cuyos habitantes sufren además el toque de queda de dieciocho horas diarias impuesto por las autoridades.
“Me conmueve ver el fuerte coraje y la resistencia del pueblo chileno“
"Me conmueve ver el fuerte coraje y la resistencia del pueblo chileno", ha dicho Ban, tras reunirse con la presidenta, Michelle Bachelet, en el palacio de La Moneda, donde ha comprometido una contribución de diez millones de dólares del fondo de respuesta de emergencia central de la ONU.
"Es hora que la comunidad internacional ayude al pueblo de Chile", ha añadido para mostrar su convencimiento de que el país podrá construir "un gran futuro".
Nuevas répilcas
Instantes después de que Ban abandonara La Moneda, un seísmo de una magnitud de 4,9 grados Richter se produjo a las 17:18 horas (20:18 GMT) en la provincia sureña, con su epicentro bajo el mar, a 35 kilómetros al noroeste de la castigada ciudad.
Pero ocho horas antes ya se habían registrado otros tres temblores de más de seis grados en Concepción y poblaciones aledañas cuyos habitantes se echaron compulsivamente a las calles a pesar del toque de queda y se encaminaron hacia los cerros y zonas altas de las cercanías.
Durante la pasada madrugada se habían repetido varios temblores más, cuyas magnitudes oscilaron entre los 4,6 y los 5,2 grados. "Abuelos, minusválidos y niños corrieron a sectores altos por temor a un tsunami", han dicho los medios locales, mientras oficialmente se descartaba tal posibilidad.
Las réplicas acabaron por derruir seis céntricos edificios de Concepción ya dañados por el terremoto, y forzaron la evacuación de las construcciones situadas en su perímetro.
Llegada de ayuda
Mientras tanto el flujo de ayuda hacia la zona damnificada parece haberse regularizado y se han normalizado de forma paulatina los suministros de agua, luz y otros servicios básicos, así como las empresas de telecomunicaciones lograban restablecer sus conexiones.
"El funcionamiento de los servicios básicos, la seguridad y el abastecimiento se ha ido normalizando en las zonas damnificadas", ha asegurado el subsecretario del Interior, Patricio Rosende.
Ha admitido, no obstante, cierta lentitud en el proceso y la existencia de algunas manifestaciones aisladas de habitantes que principalmente se quejaban por la falta de energía eléctrica. Rosende también ha destacado que 86 camiones distribuyen comida caliente a habitantes de distintas localidades del Maule y del Bío Bío.
Además, en Concepción se han instalado comedores de gran tamaño, con capacidad para atender a 65.000 personas diarias, y otros 30 similares se ubicaron en otras localidades de la región y del Maule. En la provincia de Concepción, las localidades de Dichato, Carampangue y Cobquecura están aún sin agua. En Santiago el 98% de la población cuenta ya con luz eléctrica.
Rosende también ha informado del inicio de una vacunación masiva contra la hepatitis y el tétanos en las zonas afectadas y ha destacado que entre Valparaíso y La Araucanía hay trece hospitales de campaña en pleno funcionamiento, a los que se agrega el facilitado este viernes por el gobierno de Brasil al sector santiaguino de Cerro Navia, con 400 camas.
A lo largo del día la Marina ha detituido al jefe del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico (Shoa), organismo que omitió lanzar una alerta de tsunami el pasado sábado, lo que contribuyó a que numerosas personas perdieran la vida y a que la destrucción fuera mayor en numerosas localidades y el archipiélago de Juan Fernández, a donde llegaron varias olas gigantescas tras el seísmo.