Unión Europea - Marruecos, un idilio casi imposible
- Intentan avanzar en puntos de acuerdo para cerrar acuerdos comerciales
- Los Derechos Humanos son el principal punto de escollo
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La Cumbre que la Unión Europea y Marruecos van a mantener este fin de semana supone el "reconocimiento" por parte de los 27 de un "vecino importante que tiene la llave" de varios temas que interesan al viejo continente, según el catedrático de Historia Contemporánea del Islam de la Universidad Autónoma, Bernabé López.
Se trata de la primera vez que Bruselas y Rabat se reúnen en una Cumbre desde que, en 2008, se firmara el `Estatuto Avanzado'. Un logro que supuso el mayor acercamiento entre las partes, basado en las reformas de modernización de Marruecos, para que éste pueda compartir con la UE "todo menos las instituciones".
Qué se puede esperar
Sería deseable que de esta cita saliera un fuerte compromiso de Marruecos para avanzar en la "democratización" del país, y un mayor respeto de los Derechos Humanos, aunque parece que esto no será posible -pese a que se abordará en el encuentro-. Y un avance en la cuestión Saharaui. Temas que se abordarán, y que suponen el principal escollo a la hora de elaborar la declaración final de la cita.
Sin embargo, Europa sí espera conseguir acuerdos en materia de lucha contra el cambio climático, colaboración antiterrorista, lucha contra la inmigración y, sobre todo, "económico", algo que "interesa" especialmente a Europa.
Todas ellas áreas que para la investigadora del Fride, Kristina Kausch, deberían servir para dotar de "contenidos concretos" el Estatuto Avanzado, que no deja de ser una serie de "afirmaciones generales".
Las relaciones con Marruecos
En los últimos meses el gobierno que lidera el primer minisro El Fassi ha llevado a cabo una serie de cambios en materia económica, que han situado a su país en el puesto 100 del Índice de Desarrollo Económico.
Un tanto favorable para fomentar las inversiones exteriores en Marruecos. No sólo empresariales, si no también sociales como las que hace la UE a través de su programa de política de vecindad y en el que invertirá hasta 580 millones de euros entre 2011 y 2013.
Es la primera relación comercial Europa-Marruecos, que tiene su continuidad en el acuerdo agrario alcanzado y que contempla en el futuro a diez años la plena liberalización.
Algo que, según Kausch, es "lo que más interesa a Rabat", pero que los 27 prefieren ir dejando pasar. En especial por la resistencia de España, dice López, ya que "hay una política de miedo a la opinión pública y los lobbys".
Derechos Humanos
La Unión Europea está satisfecha por esos avances comerciales y económicos. También por la decisión del reino alauita de empezar a dar ciertos pasos en la democratización del país.
Sin embargo hay un punto de desencuentro fundamental: los Derechos Humanos.
El Catedrático Bernabé López explica que hay varios niveles, y que tan sólo "trascienden los casos más llamativos" como el de Aminetu Haidar, que estuvo 32 días en huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote.
Casos como este, dice, "revelan que no hay una apuesta por la libertad" y que deje atrás la censura y la tutela gubernamental. En especial en el ámbito de la justicia, ya que "no hay un límite claro entre a quién se persigue por cuestiones ideológicas" o por "no cumplir la ley".
Algo que es una "torpeza" puesto que la imagen que se traslada al exterior, dice, no "favorece" la llegada de nuevos capitales, al no encontrar la seguridad que necesitan.
Sahara Occidental
Por ahora las conversaciones entre el Frente Polisario y Marruecos no han dado resultados.
Rabat tiene un plan que conlleve una autonomía tutelada, pero el Frente Polisario asegura que el estatus final del territorio debe hacerse sobre un referéndum que incluya la independencia como opción.
Un diálogo que "puede" terminar siendo "sordo", en especial por la posición, explica López, del Primer Ministro alauita, que tiene una "posición roma" al pensar que ya está resuelto.
En definitiva
De hecho, se prevé que este asunto sea tratado en la Cumbre de Granada, donde Abbas el Fassi expondrá su posición, y será contestado por el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, que defenderá el trabajo de Naciones Unidas para alcanzar un acuerdo.
En definitiva, hay muchos puntos en los que Europa y Marruecos pueden avanzar: economía, comercio, educación, programas sociales, lucha antiterrorista, pero los escollos impiden profundizar en sus relaciones.
Algo que provoca una velada desconfianza entre las partes, y que hace de este `noviazgo' una relación casi imposible.