8. -La fortaleza europea se blinda de la inmigración latinoamericana
- Las dificultades para viajar al viejo continente cada vez son mayores
- Los 27 necesitan de la inmigración para mantener sus sistemas sociales
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Si hay un asunto en el que las relaciones entre la Unión Europea y América Latina están rodeadas de divergencias y puntos de vista diferentes, es el de la inmigración latinoamericana en el viejo continente.
Para el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, "es un tema sensible. Afecta a esa ida y vuelta entre América Latina y Europa, y es un asunto en el que hay sensibilidades distintas".
Sensibilidades es la manera diplomática de reconocer discrepancias o recelo como el generado en Latinoamérica frente a la política de inmigración europea.
Europa legisla
Una directiva que "ha generado una tensión política innecesaria", según Francisco Rojas Arabena, secretario general de la faculltad latinoamericana de Ciencias Sociales, para quien "los inmigrantes contribuyen de una manera importante al desarrollo europeo".
En Europa hay entre 3 y 4 millones de inmigrantes latinoamericanos, no todos regulares. Y aunque desde la perspectiva comunitaria no se hable de endurecimiento de la política migratoria, es una realidad. Se justifica porque no todo el mundo cabe, y porque debe evitarse la inmigración ilegal.
Así lo explica Luis Yáñez, eurodiputado socialista, para quien "era necesario hacerlo, aunque podía haberse explicado mejor". Otros, en cambio, como el eurodiputado popular, Carlos Iturgaiz, entienden la postura de los inmigrantes.
Despreciados
Reconoce que estas decisiones "no son fáciles", y que quizá "habría que hacer un mea culpa de la Unión Europea por no haber sabido explicar".
En América Latina existe con este tema una sensación de injusticia, ya que 60 millones de europeos migraron hacia allí a finales del Siglo XIX y mediados del XX.
"Aseguran que acogieron a los europeos con generosidad, y ahora no ocurre lo mismo con ellos" sostiene el eurodiputado popular José Luis García Margallo.
Las visas, ese mundo...
Para la mayoría de los latinoamericanos cada vez resulta más difícil viajar a Europa. La creación del espacio Schengen ha supuesto la imposición de medidas restrictivas. Incluso para viajar como turista, se necesitan una serie de trámites larguísimos y requisitos que, en el caso de hacer el viaje contrario, no existen.
De ahí que las quejas por las expulsiones desde aeropuertos europeos son cada vez más frecuentes. Para Arabena se trata de una política de "imponer visados sin hacerlo. Se expulsa a gente que, en muchos casos, no tiene intención de quedarse en el viejo Continente", señala.
A pesar de estas crecientes restricciones, hay un factor que favorece este tipode inmigración, explica el Profesor "la asimilación cultural latinoamericana es mucho más fácil de asumir por Europa, que la que podría hacer del Magreb o del África Subsahariana".
El 'viejo' Continente
Además hay otro elemento fundamental, dice, que hará de estos movimientos algo esencial. "Europa se ha hecho vieja, y necesita renovar la mano de obra para mantener los sistemas sociales", y la inmigración puede ser una "fuente de solución" más que de problemas.
Probablemente en la búsqueda de ese ajuste está la solución para que la inmigración no sea un problema, y que la Unión Europea deje de ser una fortaleza que los rechaza.