Los criminales de guerra, impunes en Afganistán
- La organización HRW denuncia una ley que amnistía a estos criminales
- La ley beneficia a quienes cometieron esos delitos antes de 2001
- Tanto la ONU como numerosos países han criticado esta ley
La organización defensora de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW) ha pedido al presidente de Afganistán, Hamid Karzai, y a su Gobierno, la revocación de una ley aprobada en 2007 que concede amnistía a autores de crímenes de guerra y contra la humanidad.
Esa medida, según HRW, que ya ha sido publicada oficialmente en Afganistán permite que quienes cometieron esas atrocidades queden sin castigo, además de que entra en vigor "pese a las repetidas promesas de Karzai de que no lo permitiría".
"Los afganos no confían en su gobierno porque supuestos criminales de guerra y violadores de los derechos humanos mantienen posiciones de poder", ha afirmado el director de HRW para Asia, Brad Adams, mediante un comunicado de prensa.
El Parlamento afgano aprobó en 2007 la ley de reconciliación y estabilidad nacional con el apoyo de algunos "señores de la guerra" y sus seguidores. La ley prohíbe a los tribunales juzgar a individuos responsables de violar los derechos humanos durante décadas en ese país.
Esa ley de amnistía beneficia a quienes cometieron esos delitos antes de diciembre de 2001, y cuando se aprobó contó con la oposición y las críticas de Naciones Unidas y numerosos países.
HRW ha recordado su apoyo a la declaración de un grupo afgano que reúne a 24 organizaciones civiles de ese país que pide la revocación de esa ley, y que subraya que el requisito para una verdadera paz y reconciliación es "la asunción de responsabilidades, y no la amnesia, de actuales y pasados delitos".
Tres décadas de conflicto afgano
HRW subraya que durante las tres décadas que dura el conflicto afgano se han cometido numerosos y serios abusos de los derechos humanos por parte de la mayoría de los grupos políticos y étnicos de ese país, así como por ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y abusos sexuales como arma de guerra.
"El presidente (Karzai), en persona, me prometió dos veces que no firmaría la ley", ha asegurado la integrante de la Comisión Afgana Independiente de los Derechos Humanos (AIHRC), Sima Samar, que ha señalado que otros grupos afganos de la sociedad civil también recibieron garantías y promesas similares del mandatario.
HRW señala que no se sabe con exactitud cuando Karzai dio el visto bueno definitivo a esa ley y se publicó en el diario oficial del país asiático, aunque varias organizaciones recibieron en enero de 2010 copias impresas de la legislación.
"Karzai tiene que explicar por qué está protegiendo a quienes causaron tanto dolor a los afganos y por qué su relación con los señores de la guerra es más importante que su obligación de proteger los derechos de los afganos", ha subrayado Adams.
La preocupación de HRW es que esa ley sirva para dar inmunidad judicial a la insurgencia y a los talibanes que cometieron crímenes de guerra, ya que en ella se señala que quienes estén involucrados en actividades hostiles recibirán inmunidad si acuerdan la reconciliación con el gobierno.
"Esa ley es una invitación a la violación de los derechos humanos. Permite a los comandantes insurgentes cometer asesinatos masivos y para librarse sólo tienen que unirse al gobierno y renunciar a la violencia, así se les perdonan todos sus delitos pasados, incluyendo los crímenes contra la humanidad", ha agregado el director de HRW para Asia.