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Al menos 30 detenidos en Tarragona de una red dedicada a la explotación sexual de mujeres

  • La Policía Nacional ha detenido a 30 personas en Cataluña
  • Una de las prostitutas fue asesinada tras denunciar los abusos

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En Cataluña hay 30 detenidos en una operación policial contra la explotación sexual de mujeres

La Policía Nacional ha detenido a 30 integrantes de una red internacional dedicada al proxenetismo y a la explotación sexual de mujeres en Tarragona y Barcelona. Los arrestados obligaban a las mujeres a prostituirse y las sometían a palizas en algunos casos.

Entre los detenidos se encuentra el español Miguel A., dueño de varios prostíbulos y que al parecer, en marzo del año pasado, ordenó el asesinato de una prostituta brasileña después de que ésta denunciara a los proxenetas por obligarla a trabajar como una esclava.

Leticia Peres Mourao, que fue asesinada en la ciudad brasileña de Guará, había trabajado en uno de los pisos de la calle Gasòmetre de Tarragona que han sido registrados.

En total, han sido detenidas una treintena de personas, procedentes sobre todo de países de Europa del Este y se han practicado una docena de registros en pisos y locales, la mayoría en la provincia de Tarragona, aunque también en otros puntos de Cataluña, como en Vilanova i la Geltrú (Barcelona).

Ocho registros

En la capital tarraconense se han practicado ocho registros, entre los que destacan los realizados en el número 53 de la calle Estanislau Figueres, en el número 11 de la calle Gobernador González y en el número 38 de la calle Gasòmetre, inmueble donde se ha producido una mayor expectación.

Alrededor de las nueve de la mañana, numerosas furgonetas del Cuerpo Nacional de Policía han irrumpido en esta calle -que ha permanecido cortada más de 20 minutos- y han registrado el edificio, de donde cuatro horas más tarde han sacado a un hombre detenido y a seis chicas, que se tapaban la cara con chaquetas y toallas.

Al parecer, el detenido es el propietario del inmueble y, hasta hace unos meses, también tenía el bar situado en los bajos del edificio, donde las chicas, la mayoría de países de Europa del Este y de Latinoamérica, trabajaban como camareras.

Asimismo, en Tortosa, la Policía Nacional habría registrado un club, según fuentes cercanas a la investigación. El caso está bajo secreto de sumario y, por el momento, no han trascendido más detalles del mismo.