Motores que paran y arrancan solos: ¿cómo funcionan?
En los últimos años cada vez son más los vehículos que incorporan la función de parada automática del motor. De este modo, se reduce el consumo de combustible y se recortan las emisiones de CO2 y de gases y partículas nocivas y contaminantes mientras que el coche permanece detenido en un semáforo o en un atasco.
Durante ese tiempo que el motor permance al ralentí se produce un goteo constante de combustible con el único fin de mantenerlo encendido.
Un amigo lo comparaba a "un grifo mal cerrado que gotea constantemente". Ese goteo puede significar, dependiendo de la temperatura del motor, entre medio y tres cuartos de litro cada hora, es decir, como derramar por el suelo una botella llena de vino. ¡Qué desperdicio!
Ventajas e inconvenientes
Aunque la denominación y la implementación en detalle varía entre fabricantes la idea es esencialmente la misma. Esta función es sobre todo útil para aquellos vehículos que circulan principalmente por ciudad donde, en un recorrido típico, entre semáforos, atascos y otras detenciones el vehículo puede permanecer un tiempo considerable detenido, incluso tanto como la mitad o más del tiempo que está circulando. El ahorro de combustible es la principal ventaja de utilizar este sistema.
De media se calcula en torno a un 10 por ciento, lo cual dependiendo del vehículo puede suponer, por cada 100 km recorridos, medio litro o más de combustible que no se quema. Ese combustible no utilizado evita la emisión de unos 15 ó 20 gramos menos de CO2 por cada kilómetro recorrido.
No son grandes cifras, aunque ganan varios enteros si se multiplicasen por todos los coches que recorren a diario una gran ciudad. Además esta reducción en el consumo y en las emisiones puede suponer una diferencia notable en el precio final del vehículo, toda vez que actualmente el gravamen del impuesto de circulación tiene relación directa con estas medidas.
El confort de marcha también mejora. Aunque un motor moderno apenas es perceptible cuando está al ralentí la parada del motor siempre supondrá menos ruido y vibraciones.
El único posible inconveniente que podría tener este sistema se refiere a cómo afecta al motor y a diversas parte de éste un ciclo continuo de encendido y apagado.
Los fabricantes aseguran que son sistemas probados y que los elementos implicados están especialmente diseñados, reforzados para cumplir esa tarea. Sin embargo, para algunos expertos queda la duda de cómo puede afectar el corte continuo y repentino del aceite a algunos elementos, dado que la bomba de aceite se detiene al parar el motor.
Esto es especialmente crítico en motores con turbo, el cual depende del aceite para la lubricación del eje y además sigue girando por inercia cuando se apaga el motor. De hecho en motores turbo siempre es recomendable dejar el coche al ralentí antes de quitar el contacto, especialmente si se ha circulado a altas revoluciones.
¿Cuándo y cómo funciona?
El grupo PSA (Peugeot, Citroen) fue de los primeros fabricantes en montar este sistema en un vehículo de serie. Comercialmente Citroen lo denomina Stop&Start (Parar y Arrancar) y se activa al superar los 10 km/h. A partir de su activación inicial el ordenador del vehículo podrá apagar el motor cuando cuando considere que no es necesario.
- En vehículos con cambio manual pilotado o doble embrague cuando se pise el pedal del freno y la velocidad del vehículo se reduzca a menos de 5 km/h; y volverá a encenderlo cuando se levante el pedal del freno para reiniciar la marcha.
- En los vehículos con cambio manual convencional el apagado automático suele producirse cuando se pone el vehículo en punto muerto y se suelta el pedal del embrague a una velocidad inferior a los 5 km/h. El encendido automático del motor se produce cuando se pisa de nuevo el embrague para meter la primera velocidad y reiniciar la marcha.
Aunque no se inicie la marcha, el sistema puede arrancar el motor automáticamente por ejemplo si:
- El vehículo supera cierta velocidad por inercia.
- El aire acondicionado permanece encendido cierto tiempo o se pone a la máxima potencia.
- La batería se descarga por debajo de un mínimo determinado.
Aspectos técnicos
Las diferencias mecánicas entre un motor convencional y un motor provisto de arranque y parada automático no son significativas aunque sí importantes. Los dos elementos que más intervienen en este sistema son el motor de arranque (el motor eléctrico que hace que el motor de combustión se ponga en funcionamiento) y la batería.
Ambos son reforzados para soportar la mayor carga de trabajo. En algunos casos el motor de arranque puede ser sustituido por un alternador reversible.
Mientras que el alternador convencional es movido por el motor de combustión y se utiliza para generar electricidad para alimentar los sistemas eléctricos del vehículo y recargar la batería, el alternador reversible puede funcionar, además de como el alternador convencional, como motor de arranque, proporcionando el impulso inicial necesario para el arranque del motor de combustión.
La ventaja de utilizar alternador reversible es que su funcionamiento es más rápido y silencioso que el motor de arranque convencional.
Con un alternador reversible se puede arrancar el motor en menos de medio segundo logrando que sea casi imperceptible para el conductor.
¿Cuándo no funciona?
Normalmente el sistema de arranque y parada automáticos puede desactivarse mediante un botón en el salpicadero; pero además hay diversas situaciones y circunstancias por las que puede desactivarse automáticamente. El sistema puede no funcionar cuando:
- Las puertas o el capó están abiertas.
- El cinturón de seguridad del conductor no está abrochado.
- El vehículo considera que se está maniobrando, por ejemplo al aparcar.
- La temperatura exterior es demasiado baja (cerca de cero).
- El motor no ha alcanzado la suficiente temperatura.
- La batería está descargada en un 25 por ciento o más de su capacidad total.
- El aire acondicionado o la calefacción están a la máxima potencia.