Obama condena los asesinatos de trabajadores del consulado estadounidense en Ciudad Juárez
- México y EEUU colaboran para investigar las muertes
- Este lunes han llegado a la ciudad dos agentes del FBI
- El presidente mexicano, Felipe Calderón, llegará a la ciudad el martes
Dos agentes del FBI han llegado este lunes a Ciudad Juárez para investigar las causas del asesinato de una empleada americana del consulado de Estados Unidos, de su marido y de otro trabajador de esa misma embajada de origen mexicano.
El crimen se produjo, según han infomado funcionarios estadounidenses y mexicanos, a plena luz del día, cuando las víctimas salieron de una fiesta y fueron atacados por diversos disparos efectuados por presuntos sicarios.
Estas muertes han generado la indignación del presidente Barack Obama así como la condena del Gobierno mexicano.
El Gobierno de México ha prometido esclarecer los hechos, mientras que Estados Unidos ha permitido la salida de los familiares de los empleados en las misiones diplomáticas ubicadas en la frontera mexicana.
Aquel fatídico sábado, un mexicano casado con otra empleada de una misión fue asesinado casi al mismo tiempo en otra parte de la ciudad, después haber abandonado la misma fiesta con su mujer, según un funcionario estadounidense.
La fuente, que pidió no ser identificada, dijo que no estaba claro si las víctimas habían sido objeto de un complot en particular y que desconocía los motivos del ataque.
Ahora mismo, para Washignton, lo primordial es averiguar si las "víctimas fueron asesinadas intencionadamente". Ya que, según han declarado fuentes oficiales, se trata de un "crimen sin precedentes".
Condena estadounidense
"El presidente siente muchísimo y está indignado ante las noticias de los brutales asesinatos de tres personas, incluidos una empleada estadounidense, su marido, también estadounidense y el esposo de una empleada de ciudadanía mexicana", ha comunicado Mike Hammer, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense.
Así mismo, ha declarado que el presidente Obama "ofrece sus condolencias a sus familias y condena estos ataques contra personal consular y diplomático al servicio de nuestras misiones en el extranjero".
Hammer ha reiterado la "búsqueda insaciable" que los dos países llevaran a cabo para esclarecer los asesinatos.
Por otro lado, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, también ha condenado rotundamente estos hechos. Ha hecho público un comunicado en el que ha informado de que se hará "lo necesario para proteger a nuestra gente" y castigar a los responsables del crimen.
"Estos horrorosos ataques contra miembros de nuestra propia familia en el Departamento de Estado son, tristemente, parte de una creciente tragedia que azota a muchas comunidades en México", ha lamentado Clinton.
La visita de Felipe Calderón
El presidente de México visitará el próximo martes, por tercera vez en lo que va de año, Ciudad Juárez. El viaje estaba previsto antes de que se produjeran los asesinatos tal y como ha precisado una fuente de la presidencia.
Según la misma fuente, con la visita el presidente pretende verificar con representantes de los sectores sociales y empresariales los avances en la nueva estrategia contra el crimen organizado puesta en marcha por el Gobierno en esa ciudad, golpeada por el crimen organizado.
Su primera visita fue el 11 de febrero, y en ella el presidente anunció el programa "Todos somos Juárez, reconstruyamos la ciudad" en donde el mandatario escuchó a representantes sociales que le comunicaron los problemas de la ciudad.
La sangrienta Ciudad Juárez
Estas muertes reafirman la difícil situación que, cada día, viven los mexicanos en esta ciudad.
El pasado viernes morían al menos seis personas en un nuevo tiroteo en un velatorio. Todos ellos eran jóvenes que no alcanzaban los 25 años.
Y en Acapulco el pasado domingo murieron otras 13 personas: 10 en un enfrentamiento a tiros en una avenida.
Ese mismo día, el Ejército logró desmantelar en Sinaloa un narcoinvernadero de marihuana, con 18 naves y equipos de alta tecnología, sistemas de bombeo de agua, dormitorios y cocina.
La lucha en México contra los cárteles de las drogas han dejado una cifra que asciende a los 15.000 en sólo tres años. De hecho, sólo en 2009, murieron 2.600 personas.