Los 'hijos' de 'El Hombre y la Tierra'

• Muchos fotógrafos aficionados siguen sus pasos
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Fotografía de Ángel Navarro Gómez en al selva costarricense. Lo más llamativo son sus ojos rojos que contrastan con el verde intenso de su cuerpo.

Félix Rodríguez de la Fuente consiguió enseñarnos a amar la naturaleza y muchos de sus seguidores intentaron seguir sus pasos tras su muerte hace ya 30 años.

Los 'hijos' de 'El Hombre y la Tierra' son todos aquellos que han dedicado su tiempo a observar la naturaleza, sus animales y, sobre todo, intentar difundir sus imágenes para mantener viva la llama de 'el amigo de los animales'.

Muchos de estos seguidores compaginan su trabajo con su pasión. Buscan el tiempo necesario para acercarse al rincón más recóndito y conseguir algunas fotografías dignas de un profesional.

Para algunos se ha convertido en algo más que una afición, y han llegado a convertirse en verdaderos retratistas profesionales de la naturaleza.

Foto: Fernando OrtegaFoto: Fernando Ortega - http://www.fotonatura.org

Ése es el caso de Fernando Ortega, biólogo de formación y fotógrafo de naturaleza de vocación, que ha dado un paso más y, entre otros méritos, ha sido uno de los socios fundadores de AEFONA (Asociación Española de Fotógrafos de Naturaleza).

También Javier Milla, arquitecto de Jaén, ha conseguido hacerse un hueco en el panorama fotográfico de la naturaleza, e incluso tiene esa vocación divulgativa de Félix Rodríguez de la Fuente, ya que uno de sus objetivos es educar en los colegios -a través de las fotos- para que los jóvenes conozcan la fauna local.

Foto: Javier Milla - http://www.javiermilla.es

Fernando Ortega y Javier Milla, junto a Manuel Silgo, Francisco Salso y Ángel Navarro -los autores- son sólo la punta del iceberg. Como ellos, muchos aficionados pretenden retratar la naturaleza, como hace más de 30 años empezó a hacer 'el gran amigo', Félix Rodríguez de la Fuente.

Esta es la herencia que dejó Rodríguez de la Fuente a todos sus 'hijos'. Transmitió su pasión por la naturaleza hasta tal punto, que desde entonces, muchos han querido seguir sus pasos e intentan -cada uno a su manera- hacer ver que la naturaleza es algo demasiado hermoso como para perderla.