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La UE aplaza la nueva regulación de los fondos especulativos para lograr el apoyo de Reino Unido

  • La City de Londres acapara el 70% de los hedge funds
  • La presidencia española pretende alcanzar "el máximo consenso"
  • EE.UU. también está en contra y acusa a la UE de proteccionismo

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La Unión Europea ha decidido aplazar la aprobación de la nueva regulación de los fondos de inversión especulativos, que tenía previsto analizar el Consejo de Ministros de Economía y Finanzas (Ecofin), con el objetivo de conseguir el apoyo de Reino Unido, el país más reticente de los 27 a limitar las posibilidades de los hedge funds.

Así lo ha confirmado la Presidencia de turno española, después de que la ministra española, Elena Salgado, subrayara al inicio de la reunión su propósito de convencer al mayor número de delegaciones: "Lo que es bueno siempre es tener el máximo consenso, así que vamos a seguir trabajando por él", ha dicho Salgado al ser preguntada por las posibilidades de llegar a un principio de acuerdo sin el apoyo del Reino Unido.

"Se ha avanzado mucho, se quiere avanzar más y se busca el máximo apoyo posible", ha indicado la portavoz de la presidencia española, Cristina Gallach. El debate ha sido retirado del orden del día y ha quedado aplazado para otra reunión del Ecofin dentro del semestre de presidencia español.

El comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, ha señalado que el proceso de regulación de derivados y fondos de alto riesgo "sigue adelante" y que la presidencia española "hace bien" en tomarse un tiempo para conseguir "un consenso político más amplio". Barnier ha añadido que en abril la Comisión Europea se pronunciará sobre este tipo de productos financieros y que no recibe "instrucciones ni de París, ni de Londres, ni de Washington en este asunto".

Reticencias de la City

La nueva legislación pretende regular las actividades de los gestores de los fondos de inversión alternativa, desde los fondos de inversión libre (hedge funds) a los fondos de capital inversión (Private equity), pasando por fondos inmobiliarios, de materias primas, infraestructuras e institucionales que no estén regulados por la directiva sobre organismos de inversión colectiva en valores mobiliarios (OICVM).

Se calcula que todos estos fondos alternativos, considerados de riesgo para el sistema financiero por su carácter especulativo, gestionan en la actualidad activos por valor de dos billones de euros.

La última propuesta de compromiso presentada la semana pasada por la presidencia de turno española había logrado reunir una mayoría cualificada a favor, es decir, podría haber sido aprobada sin el apoyo de Reino Unido, según fuentes diplomáticas.

La City londinense concentra entre el 70% y el 80% de los hedge funds suscritos en Europa, por lo que después de un año de discusiones entre los Veintisiete, el Gobierno británico sigue manteniendo objeciones importantes.

EE.UU. habla de proteccionismo

La legislación pretende imponer obligaciones armonizadas en Europa a todas las entidades que se dediquen a la gestión y administración de estos fondos, como recomiendan el G_20 y el Foro de Estabilidad Financiera.

No sólo Reino Unido está en contra de esta regulación, sino que Estados Unidos ha manifestado su "preocupación" -en una carta del secretario del Tesoro, Tim Geithner, a Salgado y a Barnier- al considerar que la norma "discriminará a las empresas estadounidenses y les denegará el acceso al mercado de la UE del que ahora disfrutan".

De hecho, las críticas estadounidenses y británicas se dirigen principalmente contra la llamada "cláusula de países terceros", que afecta a los gestores basados fuera de la UE, ya que sólo se autorizaría a los gestores no europeos a comercializar fondos domiciliados en países no miembros de la UE si proporcionan "suficiente información a los inversores y autoridades competentes" europeas y si "existen acuerdos de cooperación adecuados" entre las autoridades de uno y otro lado.

En este sentido, Michel Barnier ha explicado que el 80% de estas transacciones se producen entre  americanos y europeos por lo que "es importante el diálogo  transatlántico".