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La sociedad francesa ve a ETA como un 'problema español', a pesar de que ha matado a un policía

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Fuerte dispositivo policial en el lugar del tiroteo, la localidad de Dammarie-les-Lys, a las afueras de París.
Fuerte dispositivo policial en el lugar del tiroteo, la localidad de Dammarie-les-Lys, a las afueras de París.

La muerte en las afueras de París de un policía francés en un tiroteo no va a provocar un cambio sustancial en la visión que la sociedad francesa tiene de ETA, a la que califica como "grupo separatista" y no terrorista. Para el país vecino, la banda es un problema español, aunque colaboren con interés en la lucha que trata de ponerle fin, según se deduce de las declaraciones de especialistas y periodistas galos consultados por RTVE.es. 

Esa opinión contrasta con los análisis que se realizan desde España, donde el asesinato del agente se interpreta como el traspaso de una de las líneas rojas que ETA se había autoimpuesto hasta ahora.

Ese salto cualitativo podría producir "un cambio de percepción" en el Gobierno galo, según Rogelio Alonso, responsable del Master en Análisis y Prevención del Terrorismo de la Universidad Rey Juan Carlos, y eso podría contribuir al aumento de recursos dedicados a la lucha contra la banda.

Según destaca este especialista, "la colaboración francesa contra los terroristas ha sido muy buena en los últimos años, pero es muy probable que ahora se den cuenta de que ETA no es sólo un problema de seguridad de España. ETA está activa en su país y está asesinando policías allí".

En esa línea podrían interpretarse las palabras del presidente Nicolás Sarkozy y de su ministro del Interior que han calificado el suceso como "un acto terrorista" y han asegurado que redoblarán sus esfuerzos para luchar contra ETA.

'Separatistas' y no terroristas

Algunos medios de comunicación galos también han cambiado su forma de referirse a la banda. Le Monde y Le Parisien, entre otros, se refieren a ETA como grupo terrorista, pero aún son mayoría los que mantienen la denominación de "separatistas vascos". Sobre ese punto, el periodista de la televisión pública France 2 Arnaud Compte señala: "no creo que eso vaya a cambiar".

La cobertura mediática de esta muerte ha sido "enorme", en opinión de Compte, porque "aunque no sea un hecho histórico, esta muerte va a dejar señales". En su opinión, los franceses se han visto "sorprendidos" por el lugar en el que se produjo el asesinato del policía. "Incluso los agentes, jamás pensaron que ETA podía aparecer en la región de París. Saben que están en el suroeste de Francia, pero jamás que llegaran hasta aquí".

Todos los medios llevan el asesinato a sus portadas y se refieren a él como "una escalada" (Libération), "un nuevo desafío de ETA a Francia" (Le Figaro) o "una radicalización" de la banda (Le Monde).

Para el periodista francés Jacques Massey, "esa atención a ETA durará tres o cuatro días para después desaparecer". Para Massey, autor del libro 'ETA. Historia secreta de una guerra de cien años', la visión de la prensa española sobre ETA está "muy ideologizada, muy politizada, y eso no ocurre en la francesa. En España, se les llama terroristas porque es la denominación políticamente correcta. Aquí no es así".

Este periodista asegura que "este suceso no va a llevar a las autoridades galas a pensar que ETA va a atacar Francia igual que lo hace con España".

La cooperación de los dos países en la lucha contra el terrorismo etarra se va a mantener como hasta ahora, asegura Massey. Para este periodista, las palabras de Sarkozy son "simple retórica política", porque "Francia ya está haciendo lo máximo que puede hacer. La actual cooperación está mejor que bien".

ETA no quería matar franceses

Durante años, la dirección etarra ha tratado de evitar atacar a los franceses. "Sus debates internos sobre la conveniencia de atentar en Francia se saldaban siempre con la conclusión de que no se debía hacer porque las consecuencias podían ser muy negativas para la banda", señala Rogelio Alonso.

En 1988, con el primer tiroteo entre miembros de ETA y las fuerzas de seguridad francesas en el que resultó herida una inspectora, esa prevención empezó a resquebrajarse. Desde aquel primer tiroteo se han producido otros ocho más que han producido seis agentes galos heridos. Sin embargo, la banda siempre se refirió a esos enfrentamientos como "fortuitos" y aseguró que eran "contrarios a su voluntad".

"Con esos precedentes era inevitable que acabase pasando esto", concluye Alonso en referencia a la muerte del agente Jean-Serge Nérin, de 52 años, ocurrida en la tarde del martes cuando sorprendió a cuatro presuntos etarras robando varios coches de segunda mano. "Esa muerte probablemente no estaba planificada, pero tampoco lo estaba el de los dos guardias civiles españoles en Capbreton, y los asesinaron, lo que", en opinión de este especialista en terrorismo, "demuestra una sangre fría y una crueldad características de una banda terrorista".