Los caballitos de mar macho pueden abortar
- El embarazo masculino se da en muy pocas especies
- Los machos rechazan los embriones que consideran menos atractivos
- Economizan así recursos para futuras oportunidades de reproducción
Los machos de los caballitos de mar, encargados de llevar a las crías en unas bolsas semejantes a las de los canguros, desempeñan un papel activo a la hora de seleccionar los ejemplares que conformarán su prole gracias a su capacidad para abortar, según publica la revista Nature.
“El embarazo masculino se da en muy pocas especies“
El embarazo masculino, que se da sólo en caballitos de mar, agujas de mar y dragones de mar, consiste en que las hembras depositan sus huevos en la bolsa de los machos durante el apareamiento y luego ésos se ocupan de cuidar a las crías en un embarazo que dura varias semanas.
La investigación, llevada a cabo por Kimberly Paczolt y Adam Jones, de la Universidad de Texas, demuestra cómo los machos de las agujas de mar abortan de manera selectiva aquellos embriones de las hembras que ellos perciben como menos atractivas y economizan así recursos para futuras oportunidades de reproducción.
A pesar de que estas especies eligen a sus parejas antes del apareamiento, son los machos los que tienen la última palabra sobre el futuro de la prole.
Este es el único ejemplo conocido de conflicto sexual post-cópula en especies con los roles sexuales intercambiados.
En peligro en el Mar Menor
Los científicos del Instituto español de Ocenaografía han comenzado el estudio genético de los caballitos de mar como parte del proyecto "Hipocampus" que desde 2004 se desarrolla en el Centro Costero de Murcia, en San Pedro del Pinatar, con el fin de recuperar una de las especie más emblemáticas del Mar Menor, que en este momento se encuentra catalogada como "en peligro crítico".
La población de caballitos de mar ha disminuido drásticamente en el Mar Menor, hasta estar muy cerca de la desaparición. El proyecto Hipocampus es una de las decenas de líneas de investigación que se desarrollan en el Instituto Español de oceanografía, en San Pedro del Pinatar. El fin es encontrar las causas de la disminución de caballitos de mar y recuperar su presencia en la laguna salada.