Sabine Weiss, fotógrafa de la ternura, explora la respuesta del hombre ante la divinidad
- Íntimas convicciones muestra la religiosidad de personas de todo el mundo
La fotografía de la artista agnóstica rebosa optimismo y luz
Sabine Weiss, la fotógrafa de la luz y de la ternura como la bautizó su amigo Roberto Doisneau, explora la respuesta del hombre ante la divinidad, analiza sus comportamientos y examina sus reacciones dentro de la exposición Íntimas convicciones, que ha sido inaugurada en la mañana del miércoles en Valladolid.
Weiss (Saint Gingolph -Suiza-, 1924) ha empleado casi medio siglo de trabajo en recoger esos testimonios a través de momentos, objetos, escenarios y países variopintos donde la religión subyuga por igual a gentes de cualquier edad y extracción social, aunque de diferente manera, como se ha encargado de mostrar la reportera.
Un niño rezando en Japón, un grupo de menores musulmanes que asisten a catequesis en Isla Reunión (Francia) y un pequeño italiano asombrado ante la talla de un cristo yacente, destacan así entre las sesenta imágenes de la exposición promovida por el Ayuntamiento de Valladolid y que podrá verse hasta el próximo 18 de abril.
Fechadas entre 1952 y 1996, fueron tomadas durante los viajes de trabajo y de ocio realizados por Sabine Weiss en países como Birmania, Bulgaria, Egipto, España, Estados Unidos, Francia, Grecia, Guatemala, Hungría, India, Italia, Japón, México, Polonia y Portugal, con credos que oscilan desde el catolicismo y la ortodoxia, hasta el budismo, el hebraismo y el islamismo.
Fotografía humanista
Abundan los contrastes, no sólo en los rituales de las diferentes creencias sino también dentro de una propia religión, como es el caso de la católica, representada en un cura obrero que oficia una misa en un precario altar, pero también en la solidez de un templo catedralicio a cuya puerta toma el sol un feligrés, ambas imágenes tomadas en Francia.
Sabine Weiss "ha sido de las pocas fotógrafas humanistas, acaso la última que ya queda, que al igual que compañeros de generación como Robert Doisneau y Henri Cartier Bresson participó de ese toque de optimismo propio de la generación posterior a la Segunda Guerra Mundial".
“En España, esta muestra sólo se ha podido ver en Santiago de Compostela“
Así lo ha manifestado, en declaraciones a los periodistas, Silvia Oviaño, comisaria de esta exposición, que en España sólo se ha podido ver en el Museo de las Peregrinaciones de Santiago de Compostela y que, después de Valladolid, regresará a París, la ciudad donde Weiss decidió consagrarse a la cámara después de haber trasladado allí su residencia a los 24 años.
Aprendió el oficio en el estudio de Willy Maywald, donde descubrió la fortaleza de la luz natural y forjó esa mirada compasiva y de ternura característica de su producción a través de las escenas cotidianas y callejeras del París de la posguerra mundial, ha añadido Oviaño.
Una agnóstica rebosante de optimismo
Íntimas convicciones rezuma ese humanismo y rebosa optimismo a través de imágenes que no pretenden delatar sino testimoniar, despojadas de cualquier prevención, lo que también garantiza la condición agnóstica de esa fotógrafa que entre 1952 y 1958 trabajó para la revista Vogue y que, entre otros personajes, ha retratado a Salvador Dalí, André Breton y Alberto Giacometti.
El peculiar culto a los muertos en los camposantos mexicanos, la celebración del "shabat" en un hogar hebreo, el éxtasis colectivo provocado por un predicador, la meditación de un hindú, la ofrenda luminosa de un fiel ortodoxo y los legionarios que custodian un crucificado en Semana Santa forman parte de una muestra no exenta de matices antropológicos.
Cementerios, iconostasios, retablos y decoraciones geométricas en el interior de mezquitas son algunos de los escenarios que ha pisado Weiss en su intento de buscar las respuestas que el ser humano ofrece ante lo desconocido, el misterio, las diferentes deidades a las que rinde culto.