Luis Roldán: "Soy libre, pero yo he pagado duramente y otros se han ido de rositas"

• Ha permanecido en prisión 15 de los 31 años a los que fue condenado
• Apunta a Francisco Paesa como responsable del dinero malversado

Luis Roldán, ex director de la Guardia Civil, está en libertad

Luis Roldán ha liquidado este viernes su cuenta con la Justicia y ya es ciudadano libre, y, a sus 66 años, disfrutará de la jubilación sin haber pagado al Estado buena parte de los 9,2 millones de multa que le impuso el Tribunal Supremo. Alrededor de las 8.30 horas de la mañana, Roldán ha firmado su carta de libertad en el Centro de Inserción Social 'Las Trece Rosas' de Zaragoza, en el que ha pasado las noches de los últimos cinco años después de permanecer en prisión 15 de los 31 años a los que fue condenado, y minutos después proclamaba "estoy libre", según informa TVE.

"Yo he pagado duramente por lo que he hecho, y otros se han ido de rositas", ha dicho a los periodistas el que fuera el primer civil director del Instituto Armado, quien ha añadido "ya no tengo que venir a dormir y estoy libre".

En unas breves declaraciones a los numerosos periodistas que le esperaban a las puertas del centro, donde ha estado unos 15 minutos para firmar los documentos de su puesta de libertad definitiva, Roldán ha declarado: "Se ha cumplido un trámite de acuerdo con la ley penal".

Luis Roldán ha indicado, como ha reiterado en sus distintas manifestaciones públicas, que se va quedar a vivir en Zaragoza y va a llevar una vida normal, "como hasta ahora".

¿Dónde está el dinero?

Sobre el paradero del dinero del que se apropió, Roldán ha insistido en que ya ha dicho todo lo que tenía que decir al respecto, y es que en el año 1994, en Ávila, Fernando Paesa dijo "que lo tenía él, que era suyo y se fue por la puerta con las manos en el bolsillo".

Después, a raíz de las declaraciones del ex director de la Guardia Civil en la sala que le juzgó, se abrió una investigación por un juzgado pero Roldán, ha recordado él mismo, "nunca" fue citado para tomarle declaración o solicitar algún detalle, por lo que el delito prescribió, porque "no hubo ninguna actuación".

"No intentaron buscarlo, ni localizarlo, ¿Por qué? También dije que eso se lo pueden preguntar al comisario Antonio González, que fue el que dirigió la operación, porque seguramente sabrá el pacto al que llegaron con él", ha recalcado.

Roldán no ha querido hacer más declaraciones y ha apuntado, para concluir: "Si me permiten, no alarguen la falta de libertad ustedes ahora", para continuar su camino y coger un autobús hacia su casa, esta vez con un papel en el bolsillo que le acredita que está en libertad definitiva.

A su llegada al centro para firmar, tranquilo y ataviado con unas gafas oscuras, bufanda roja y gorra, ha dicho llegar con el ánimo de todos los días.

Roldán no ha pasado esta última noche previa a su libertad en este centro porque estaba disfrutando de un permiso, informa TVE.

Hizo una fortuna de 30 millones de euros

El que fuera director de la Guardia Civil entre 1986 y 1993, desarrolló una "incesante" actividad delictiva amparado en su cargo público, según sentencia de los tribunales.

Roldán, el hombre cuyo formidable escándalo contribuyó en buena medida a la caída del Gobierno de Felipe González, se aprovechó de su puesto para amasar una fortuna de unos 30 millones de euros.

Lo hizo lucrándose con las obras de construcción y rehabilitación de cuarteles, cobrando "elevadas" comisiones a través de testaferros, y mediante el desvío de fondos reservados destinados a la seguridad del Estado. Para cobijar sus ganancias creó una sociedad ficticia, compró bienes inmuebles y ocultó el dinero entre España y Suiza con la ayuda de varios compinches.

El Tribunal Supremo le condenó a 31 años de cárcel en 1999, tres más de lo que le impuso la Audiencia Provincial de Madrid. Pero para entonces Roldán ya llevaba en prisión preventiva cuatro años, después de haber protagonizado una rocambolesca fuga de 11 meses que acabó en Tailandia, país al que se desplazaron agentes del Cuerpo Nacional de Policía en su busca.

La detención de Luis Roldán

Fue procesado por los delitos de malversación, cohecho, estafa, falsificación y contra la Hacienda Pública. Los 31 años de cárcel quedaron reducidos a 20 tras la reforma del Código Penal de 1995.

Rebajas en las penas

Gracias a esa modificación, el Supremo estableció que los presos decidieran si cumplían su condena con arreglo a uno u otro código y siempre que se aplicase la solución más favorable para el reo. Roldán se acogió a estos beneficios y tomó ventajas de cada uno de ellos.

A este hecho se sumaron las rebajas de pena por estudios y buen comportamiento, por lo que los 20 años iniciales se quedaron en 15, según explicaron fuentes de Instituciones Penitenciarias.

Los primeros diez años los pasó en solitario en un modulo especial de la prisión de mujeres de Brieva, en Ávila, donde pasó el tiempo entre libros y partidas de cartas. En 2005, obtuvo el segundo grado y fue trasladado a la prisión de Zuera, en Zaragoza.

En aquella época llegó a solicitar el tercer grado para salir a la calle y dormir en la cárcel, pero su petición fue denegada por no haber satisfecho la multa de 9,2 millones. Pese a ello, su situación mejoró. Fue traslado al Centro de Inserción Social de Zaragoza, su ciudad natal, donde sólo acudía a pernoctar.

Apunta a Paesa como responsable del dinero

El dinero que robó nunca apareció ni reveló dónde estaba, sólo decía que estaba en poder de Francisco Paesa, ex agente del Ministerio del Interior, quien, a su vez, está en paradero desconocido tras haber simulado la muerte.

Horas antes de su puesta en libertad, el ex director de la Guardia Civil ha reiterado en una entrevista en Telemadrid que el responsable de la desparacición del dinero es Francisco Paesa.

"Yo creo que nunca se ha hecho el más mínimo esfuerzo por buscar, encontrar o seguir el tema del dinero. Creo que nunca se quiso abordar el seguirle al que lo poseía, y que poseía su control -y hay acreditación de que eso es así- que no es otro que Francisco Paesa" ha dicho.

Roldán habla horas antes de su puesta en libertad

La última pista del saqueo se perdió en paraísos fiscales. Sin embargo, los testigos de su enriquecimiento lo tienen claro: «Se lo gastará delante de nuestras narices».