Los intereses pesqueros de España en las aguas del océano Índico
- Un total de 22 buques atuneros faenan en "las aguas más peligrosas del mundo"
- Capturan 200.000 toneladas anuales de atún claro, el 40% de la demanda
- La zona de pesca comprende 3.200 millas, sólo 1.600 están vigiladas
Hasta 22 atuneros tienen desplegados los armadores españoles en el océano Índico, de los que 9 faenan bajo bandera de las islas Seyechelles. Allí capturan en torno a 200.000 toneladas de atún tropical, lo que supone el 40% de la demanda de la industria conservera en España y un volumen de negocio de 150 millones de euros anuales. Además, genera 1.500 empleos directos.
Según explica la Confederación Española de Pesca (Cepesca), en los últimos dos años un total de 11 buques -el 35% de la flota atunera que faenaba habitualmente en el Índico- se han trasladado al Atlántico y Pacífico huyendo de los piratas, completando los cupos de pesca que tiene la UE en estos caladeros.
Es precisamente este problema de cupos el que impide abandonar a toda la flota estas aguas -las más peligrosas del mundo-, porque de hacerlo fuentes del sector vaticinan una "catástrofe económica".
"¿Cómo vamos a abandonar esas aguas? Suponen una quinta parte del agua que hay en el mundo, el lugar por donde llega el petróleo de oriente a occidente", argumentan un portavoz del sector pesquero español -que en la actualidad cuenta con cuatro atuneros faenando en la zona- y que se siente indefenso e impotente ante la diaria amenaza bajo la que viven sus trabajadores.
"¿A dónde vamos a ir?"
"¿Es que a caso vamos a renunciar a esas aguas? ¿Ustedes creen que se puede renunciar a un océano sólo porque haya piratas? ¿A dónde vamos a ir si no?", insiste indignado.
Fuentes de Cepesca explican que la flota atunera congeladora lleva faenando en aguas del Índico desde 1984. Som 30 la media de pescadores que lleva a bordo cada barco, de los que el 50% han nacido en los países ribereños, dado que los acuerdos pesqueros obligan a embarcar tripulación local para desarrollar el empleo de la zona.
La zona de pesca del Índico abarca más de 3.200 millas náuticas, tanto de aguas internacionales como de jurisdición de varios países como Mozambique, Seychelles, Kenia o Tanzania.
"Tanto la flota atunera española como la francesa lleva sin pescar en las 200 millas de agua bajo jurisdicción somalí unos seis años. Antes lo hacíamos bajo licencias que nos daba su Gobierno, siempre bajo la legalidad", esgrime un portavoz de un armador afincado en Bermeo que prefiere no identificarse al ser preguntado sobre la posibilidad de que los buques españoles entren en aguas de Somalia.
Su indignación con los comentarios sobre un posible quebrantamiento de las leyes por parte de los atuneros españoles va más allá: "No es cierto que hayamos esquilmado sus aguas. Además, los piratas están atacando en aguas internacionales".
Cuando el pesquero Alakrana -también con armador afincado en Bermeo- fue capturado en octubre de 2009, corrieron ríos de tinta sobre la posibilidad de que hubieran estado faenando más allá del límite de millas bajo vigilancia de Atalanta y dentro de las 200 millas de aguas de Somalia. Un extremo que nunca fue confirmado y que los tripulantes del pesquero español desmintieron categoricamente una vez fueron liberados.
Control satélite del acceso a las zonas de pesca
Desde Cepesca insisten en asegurar que la flota española "cumple todas las medidas de gestión aprobadas en el seno las Organizaciones Regionales de Pesca y de la Unión Europea". Sostiene, además, que los barcos pasan un riguroso control tanto de lo que pescan -mediante cuadernos de pesca o el muestreo de las descargas- como de su acceso a las zonas de pesca, al estar su posición constantemente "monotorizada por satélites".
A ANABAC -la Asociación Nacional de Armadores de Buques Atuneros Congeladores, con sede en la localidad vizcaína de Bermeo, lugar de procedencia de una buena parte de los atuneros españoles que navegan en el Índico- y a OPAGAC - Organización de Productores Asociados de Grandes Atuneros Congeladores- están asociados la totalidad de los 22 atuneros españoles desplazados ahora mismo a Somalia.
Fuentes del sector consideran que "el operativo de Atlanta se ha concentrado en el golfo de Adén", dejando pocos "efectivos desplegados en la zona donde faena la flota atunera comunitaria". Algo lógico para expertos en Defensa como Daniel Sanso, de la Universidad de Santigo de Compostela, dado que la operación fue pensada para asegurar el tráfico marítimo y de los envíos del Programa Mundial de Alimentos de la ONU a Somalia.
"Los pesqueros no somos los principales afectados. El tránsito de mercantes por el Índico se ha reducido mucho por el peligro de sufrir un ataque pirata. De hecho, todos los barcos que están ahora secuestrados son buques mercantes", explica un trabajador de un armador gallego.