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El afiliado más antiguo del PSOE cumple los 100

  • Se llama Juan Durán Cerrato y vive en el sur de Francia
  • Este pacense se exilió tras la guerra civil y allí ha hecho su vida
  • Se afilió al PSOE el 28 de noviembre de 1928

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El pacense Juan Durán Cerrato cumple este miércoles 100 años en su casa de Francia y se convierte al mismo tiempo en el más antiguo cotizante del PSOE.

Recibió su carné de las Juventudes Socialistas el 28 de noviembre de 1928 y, aunque es originario de Valverde de Llerena, un pequeño pueblo al sur de Badajoz; este miércoles celebra su aniversario con su familia en su casa de Béziers, en el sur de Francia, cerca del Mediterráneo.

Después de quedarse viudo, ahora vive solo, se hace la comida y mantiene su casa, aunque tiene a su hija cerca.

Su itinerario es el típico de una parte de la generación frentepopulista que hizo la guerra. Se exilió en Francia, donde vivió los avatares de la invasión alemana y donde definitivamente se enraizó, aunque después de hacer la guerra y ver morir en el frente a un hermano y amigos de su pueblo, nunca pensó en llegar a cumplir los 100 años.

Uno de los primeros en conseguir el carné de las Juventudes Socialistas

Durán Serrato vivió de joven la efervescencia política del final de la dictadura de Primo de Rivera en los años 20. Cuando se fundan las Juventudes Socialistas en Valverde de Llerena, un pueblo de trabajadores agrícolas y grandes latifundios, él se convierte en uno de los primeros en recibir el carné.

Él siente esos momentos como felices, sobre todo cuando se proclama la República y el secretario general de la UGT Franc accede a la cartera de Trabajo y proclama la jornada de 8 horas... Pero llega la Guerra Civil.

Durante la guerra, Juan Durán es herido gravemente en la Ciudad Universitaria y tiene que ser internado durante meses en el hospital de Ciudad Real, donde se encontraba refugiada su familia. Desde ese momento tendrá que acostumbrarse a vivir sin un riñón, algo que no le ha impedido cumplir más años que la mayoría.

La esperanza puesta en México

En 1939 cruza la frontera francesa con buena parte del ejército popular, y los campos insalubres de Argelés-sur-Mer, improvisados sobre la arena de las playas, se convierten en su destino inmediato.

Durante un tiempo, puso su esperanza en México. El gobierno de Lázaro Cárdenas organizó viajes para refugiados españoles, como el Sinaia y, aunque Durán estuvo apuntado en la lista, se quedó fuera por falta de espacio.

Como una forma de aliviar la presión de los miles de refugiados españoles en su territorio y ante la cercanía de la guerra con los alemanes, Francia presionó entonces para enrolarlos en el ejército.

Comenzó a trabajar en el campo al llegar a Francia

A Juan Durán Serrato no le tocó combatir otra vez con los franceses. Tras ser derrotados por los alemanes, fue destinado al Aveyron, en el centro sur del país, controlado por el gobierno colaboracionista de Vichy.

Allí la tropa se dedicaba a reemplazar la mano de obra que faltaba en los trabajos del campo y Juan Durán conocía el oficio de España.

Durante ese tiempo, junto a otros españoles, alistados o no en el ejército francés, echaban una mano al maquis de la Resistencia francesa.

Un matrimonio civil no reconocido

Después de la guerra, lo más difícil fue conseguir que España dejara viajar a su mujer y a su hija a Francia, donde Juan Durán tenía ya una posición.

Las autoridades de Franco no reconocían el matrimonio civil que legalizó la República y tampoco permitía a una mujer soltera solicitar un pasaporte, así que Juan Durán tuvo que hacer pasar ilegalmente a su mujer y a su hija por la frontera en Andorra.

Entre rabia y nostalgia

Durán trabajó durante años en labores agrícolas en Francia, salvo los últimos 15 años de su vida activa, que lo hizo en una empresa de irrigación.

Cuando murió Franco, tenía ya 65 años. Fue en su primera visita a España después de la guerra cuando conoció el billete de 1.000 pesetas.

Hoy Juan Durán Serrato escribe sobre sus recuerdos. Empezó muy tarde, cuando estaba a punto de jubilarse, pensando en su abuelo Luis. Un hombre que sabía leer y escribir, algo rarísimo en su ambiente rural de la Extremadura profunda. Su hijo Floreal ha llevado sus textos al teatro, que serán representados en La Colonie Espagnole, de Béziers, bajo el título Entre rabia y nostalgia.