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Diez demócratas buscan protección ante las amenazas de muerte por la reforma sanitaria

  • Los legisladores han sido objeto de actos de vandalismo e insultos
  • Mientras, los conservadores buscan revocar la reforma en los tribunales

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Al menos una decena de legisladores demócratas ha tenido que pedir protección ante las amenazas de muerte, actos de vandalismo y epítetos que han recibido por apoyar la reforma sanitaria, lo que revela las tensiones que ha desatado la iniciativa en EE.UU.

El líder de la mayoría demócrata de la Cámara de Representantes, Steny Hoyer, ha dicho que "más de diez" legisladores han recibido amenazas. La policía del Capitolio y un agente de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) alientan a los legisladores a que den parte de todas.

"La democracia es sobre la participación, un debate animado y apasionado, pero no sobre la violencia", ha dicho Hoyer , acompañado de su colega James Clyburn. "Los desacuerdos no justifican conductas criminales que minen nuestra democracia y minen la seguridad de un individuo", ha enfatizado Hoyer.

Llamamiento al civismo

Clyburn, veterano del movimiento de los derechos civiles en EE.UU., ha hecho un llamado al civismo para evitar actos de violencia, como los que aparentemente son obra de elementos conservadores radicales. La oficina de Clyburn ha recibido fax con mensajes e imágenes de corte racista, incluyendo un dibujo de un nudo de horca y "un lenguaje muy rabioso".

Buena parte de la furia está dirigida contra el legislador demócrata de Michigan, Bart Stupak, un católico antiabortista que inicialmente exigió la inclusión en la reforma de un lenguaje más contundente en contra del aborto.

Stupak logró un acuerdo mediante el cual, a cambio de su voto por la reforma que aprobó el Senado el pasado mes de diciembre, Obama ofreció una orden ejecutiva, que reafirma la veda federal al uso de fondos públicos para el aborto, salvo casos extremos.

Stupak aseguró que su vida se ha vuelto "un verdadero infierno": en mensajes furibundos, personas no identificadas lo llaman desde "asesino de bebés", "basura" y "pedazo de mierda", mientras que otra, con desbordante vulgaridad, le acusa de tener el complejo de Edipo y le desea "muerte por cáncer".

Múltiples actos de vandalismo

Las oficinas de los legisladores demócratas Louise Slaughter, de Nueva York, y Gabrielle Giffords, de Arizona, han sido objeto de actos de vandalismo en sus respectivos distritos. También el demócrata Steve Dreius y el hermano del legislador Thomas Perriello han sido blanco de ataques.

Activistas del movimiento ultraconservador "Tea Party" realizaron manifestaciones el pasado fin de semana en contra de la reforma, en ocasiones azuzados por congresistas republicanos. Tres congresistas afroamericanos denunciaron entonces que fueron objeto de epítetos raciales y un manifestante escupió contra uno de ellos.

El líder de la minoría republicana en la Cámara de Representantes, John Boehner, ha dicho este jueves que "la violencia y las amenazas son inaceptables" y ha pedido que "se canalice la furia para producir un cambio positivo".

"Llamen a sus congresistas, inscriban a la gente para votar (...) hagan oír sus voces, pero en la forma correcta", ha dicho Boehner, al dirigirse a miembros de su base. Los demócratas han salido a criticar las "rabietas" de la oposición y piden declaraciones más contundentes.

Los repúblicanos buscan revocar la reforma

En paralelo, los republicanos, que suman 41 en el Senado, buscan obstruir la aprobación de un paquete de modificaciones que amplía y completa la reforma sanitaria. El paquete de modificaciones ante el Senado fue necesario para lograr que los demócratas aprobaran la versión de la reforma de salud de la cámara alta.

Según los demócratas, los republicanos han boicoteado varias audiencias, valiéndose de un reglamento raramente utilizado que permite a la minoría bloquear audiencias vespertinas si no hay "consenso unánime".

Mientras, activistas del movimiento conservador, respaldados por los republicanos, buscan revocar la reforma en los tribunales y movilizan a la base para desbancar a los demócratas en los comicios de noviembre. Sólo que, aparentemente, hay elementos volubles que están listos a traspasar la barrera dialéctica.