La pesadilla que no cesa
- Un informe de MSF alerta de la extrema vulnerabilidad de las mujeres migrantes
- Una de cada tres subsharianas sufre violaciones en la huida a Europa
Huyen de la pesadilla de los matrimonios forzosos, de la violencia doméstica, de la pobreza y de la guerra; pero miles de mujeres de África subsahariana no saben que su viaje al horror acaba de comenzar.
En su camino hacia la tierra prometida, mujeres como O.A. pagan un peaje muy caro.
“Me hizo quitarme las bragas y me penetró por la vagina. Grité pero nadie me ayudó“
Esta congoleña de 26 años dejó su país a causa de un conflicto. Fue violada por un grupo de hombres antes de huir y agredida sexualmente de nuevo antes de llegar a Europa.
Un fenómeno de dimensiones preocupantes
Terribles experiencias como la de O.A. o la de Alice, una mujer que relata en un vídeo distribuido por Médicos Sin Fronteras (MSF) que fue violada durante cinco días sin parar, ilustran el problema.
En el informe 'Violencia Sexual y Migración', la ONG alerta de las dimensiones de la violecia sexual contra las mujeres que huyen de África subsahariana buscando una vida mejor.
Las cifras, aunque frías, reflejan la magnitud del problema.
En los ocho meses que van desde mayo de 2009 a enero de 20010, una de cada tres mujeres atendidas por la ONG en Marruecos admitió haber sido sufrido uno o varios episodios de violencia sexual.
Alfonso Verdú, autor del informe, advierte de que la cifra puede ser incluso mayor.
"Muchas mujeres prefirieron no hablar, a pesar de que su estado evidenciaba que habían sufrido algún episodio de violencia sexual", afirma Verdú.
Violadas antes y durante la huida
En su informe, la ONG recopila las historias de 63 pacientes que se han atrevido a relatar sus odiseas.
El 29% de ellas sufrieron violaciones en sus países de origen y volvieron a ser víctimas de episodios de violencia sexual a lo largo del camino, que suelen durar entre una semana y tres meses.
Otro dato alarmante, el 59% de estas mujeres fueron de nuevo atacadas en la frontera o dentro del territorio marroquí.
El comienzo del horror
Médicos Sin Fronteras pone rostro a este fenómeno. En su relato, O.A.cuenta que cuando volvía de recoger leña en su aldea natal, vio a dos soldados golpeando a su padre. Pasó tanto miedo que decidió abandonar el pueblo. Al llegar a una aldea, O.A. se encontró con un grupo de gente vestida como los soldados, y les preguntó cómo seguir el camino.
Según cuenta O.A., un hombre pasó por detrás de ella y le tapó la boca con la mano mientras otro se colocó delante. "Me hizo quitarme las bragas y me penetró por la vagina. Grité pero nadie me ayudó," relata esta víctima. Los demás también abusaron de ella, pero estaba semi inconsciente y no sabe cuántos fueron.
Agresiones sexuales en el camino
La situación de O.A. no mejoró en su intento de huída. En Mauritania, como no tenía pasaporte, un camionero le propuso llevarla escondida debajo de su asiento. Por el camino, el vehículo se detuvo en mitad del desierto.
"El conductor y su amigo discutían, después el camionero se acercó y me golpeó. Cuando caí, me estrujó los pechos y me insultó, después el amigo me violó. Grité pero nadie podía oírme, estábamos en pleno desierto. Cuando terminaron, se dieron a la fuga", cuenta. O.A. que consiguió llegar hasta Marruecos gracias a la ayuda de otro conductor.
Atravesar el infierno
El paso fronterizo entre Maghnia, en Argelia, y Oujda, en Marruecos, ejemplifica la extrema peligrosidad del camino.
Según los testimonios recogidos por MSF, el 59% de las 63 mujeres encuestadas que han cruzado por este paso sufrieron agresiones sexuales en este lugar.
“ "Cada mujer fue violada por tres bandidos, uno tras otro"“
Aunque oficialmente la frontera con Argelia sigue cerrada, las Fuerzas de Seguridad marroquíes arrojan a los migrantes hasta allí. Estas expulsiones suelen realizarse durante la noche, aumentando la probabilidad de agresiones.
Arrojada al desierto y violada
Es el caso de T.D. Esta mujer de 19 años, fue arrestada por la policía cuando iba al mercado en Oujda y trasladada a la comisaría donde había otros 28 migrantes subsaharianos.
Todo el grupo fue expulsado y devuelto a la frontera, en pleno desierto, esa misma tarde. Mientras caminaba con tres hombres y otras dos mujeres, un grupo de bandidos marroquíes les atacó. "Cada mujer fue violada por tres bandidos, uno tras otro", explica.
Entre la espada y la pared
Las historias se suceden, cambian los nombres, pero todas se enmarcan en el mismo fenómeno: bolsas de migrantes que no pueden continuar hacia Europa ni regresar a su país de origen.
En esta situación,el miedo, el sentimiento de pérdida de control de sus vidas, la preocupación por su situación irregular o las precarias condiciones en las que viven aumentan la vulnerabilidad de los migrantes y especialmente la de las mujeres.
Sin papeles, vulnerables y, además, mujeres; las migrantes subsaharianas se erijen como la víctimas invisibles de una realidad oculta, ahora desvelada por el informe de MSF.