El Vaticano denuncia una "campaña de acoso" al Papa con los nuevos casos de pederastia
- El Papa habría encubierto abusos a 200 menores en EE.UU.
- Los hechos han sido denunciados por el diario The New York Times
El Vaticano se siente atacado ante lo que considera un "evidente e innoble intento de golpear a cualquier coste" al papa Benedicto XVI con las nuevas denuncias procedentes de EE.UU. sobre casos de pederastia por parte de sacerdotes que fueron ocultadas, según esas víctimas, por el actual Pontífice.
La denuncia la hace el diario vespertino de la Santa Sede, L'Osservatore Romano, que acusa a la prensa internacional de difundir una imagen de la Iglesia Católica "como si fuese la única responsable de los abusos sexuales, lo que no se corresponde con la realidad".
En una nota titulada "Ningún encubrimiento", el diario del Vaticano señala que los criterios de Benedicto XVI para afrontar los casos de sacerdotes pederastas son "transparencia, firmeza y severidad".
El vespertino vaticano ha agregado que se trata de un modo de actuar "coherente con su historia personal", que "evidentemente no gusta a quienes preferirían poder instrumentalizar, sin base alguna, horribles episodios y casos dolorosos de hace varias decenas de años".
El Vaticano se justifica
Y es que El Vaticano no sabe cómo justificar la noticia que ha saltado este jueves sobre el encubrimiento de un sacerdote acusado de abusar de 200 niños sordos. La Santa Sede ha alegado que el reverendo Lawrence C. Murphy, no fue castigado porque, al conocerse el caso habían pasado 20 años y el religioso estaba muy enfermo.
El portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, en unas declaraciones que han sido difundidas a la prensa, ha recordado el "terrible sufrimiento de las víctimas" y ha asegurado que Murphy "violó la ley y, lo que es más importante la confianza que sus víctimas habían puesto en él".
Lombardi responde así a la información que ha publicado el diario estadounidense The New York Times y en la que acusa a las máximas autoridades del Vaticano, incluido el futuro Papa Benedicto XVI, de encubrir al sacerdote estadounidense en un caso de pederastia.
Como pruebas de estas acusaciones, el periódico emplea unos documentos que proceden de la causa judicial abierta contra el reverendo Lawrence C. Murphy, que trabajó durante más de 20 años, entre 1950 y 1974, en una escuela para niños sordos de Wisconsin.
Justificaciones ante la falta de castigo
El entonces cardenal Joseph Ratzinger, quien era prefecto para la Congregación para la doctrina de la Fe, y otros responsables eclesiásticos discutieron sobre la expulsión del cura, pero la prioridad mayor fue proteger a la Iglesia del escándalo.
Según Lombardi, "la Congregación para la Doctrina de la Fe no fue informada del asunto hasta aproximadamente veinte años más tarde. A finales de los años 1990, después de que habían pasado más de dos décadas, se le presentó a la Congregación para la Doctrina de la Fe la pregunta de cómo tratar el caso Murphy canónicamente".
Además, el portavoz vaticano ha matizado que "la pregunta que se presentó a la Congregación no tenía relación con procedimiento civil alguno o con demandas judiciales contra el Padre Murphy".
Y ha añadido que, "En tales casos el Código de Derecho canónico no prevé penas automáticas, pero recomienda que se haga un juicio considerando la mayor pena eclesiástica que es la expulsión de estado clerical".
Por ello, "visto que el Padre Murphy era anciano, su salud era precaria, vivía en aislamiento y no se habían producido nuevas acusaciones en los últimos 20 años, la Congregación para la Doctrina de la Fe tomó en consideración la restricción al Padre Murphy de su ministerio y pidió que aceptase la responsabilidad de sus graves actos", ha finalizado el portavoz..
Como muestra de que estas justificaciones tienen sentido, el Vaticano ha resaltado que el padre Murphy murió aproximadamente cuatro meses más tarde.