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Los más grandes vistos por los más pequeños

  • Visitamos la exposición "Dinosaurios. Tesoros del desierto de Gobi"
  • Pueden pasar por la muestra unos 900 niños al día
  • Se puede ver en Cosmocaixa, Madrid, hasta enero de 2011

Ver además:Ver además: Fotogalería de la exposición

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Dinosaurios. Tesoros del desierto del Gobi.

El Indiana Jones real

"Siempre hay una aventura justo al lado de la esquina... y el mundo está lleno de esquinas", decía el naturalista y explorador estadounidense Roy Chapman Andrews, descubridor de los fósiles expuestos en Cosmocaixa. Con esta actitud y su físico apuesto, no es de extrañar que el personaje cinematográfico Indiana Jones esté inspirado en él. Justo en el límite entre Mongolia y China, el aventurero vivió una de las más fascinantes experiencias. Después de soportar temperaturas extremas y superar diversas trabas administrativas por parte de las autoridades chinas, descubrió una de las mayores colecciones de fósiles de dinosaurio del Cretácico Superior. El 13 de julio de 1923, su expedición fue la primera del mundo en descubrir huevos de dinosaurios pertenecientes a la especie de Oviraptor y el esqueleto de un Velociraptor. A esta primera expedición le siguieron otras cuatro más, que convirtieron a Chapman en un auténtico icono de la exploración.

Miran hacia arriba, con la boca entreabierta y los ojos como platos. Sus pupilas están clavadas sobre el imponente esqueleto completo de tres metros de altura de un Tarbosaurio, un superdepredador de cabeza maciza y dientes como puñales. "¿Cuánto creéis que pesaba?", pregunta el guía. "¡Veinte toneladas!", responde uno de los pequeños visitantes. "¡No! Pesaba como 4 coches, es decir, unas 2,5 toneladas.", replica.

El Tarbosaurio es solo una de las 43 piezas de la exposición "Dinosaurios. Tesoros del desierto de Gobi" en Cosmocaixa en Madrid. Y su peso es una de las pocas preguntas que no han acertado a responder correctamente los niños de 10 años del colegio Los Olmos de Madrid que visitan hoy el museo.

Los dinosaurios fascinan a los más pequeños, que saben muchísimos datos sobre ellos. "Hoy han pasado unos 900 niños en total por la muestra. Y el primer fin de semana tras la inauguración la visitaron unas 4.500 personas. Está teniendo un éxito tremendo", apunta a RTVE.es Antonio García Fernández, del Área de Ciencia y Medioambiente de la Fundación La Caixa y guía en esta ocasión.

En 800 metros cuadrados se reparten 13 esqueletos completos

No es de extrañar. En 800 metros cuadrados y en un ambiente tenebroso se reparten 13 esqueletos completos hallados en el desierto del Gobi, algunos tan exclusivos como el único embrión de Oviraptor que se conserva en todo el planeta (la única reproducción que hay en la muestra), o el cráneo de un Velociraptor.

También figuran esqueletos de crías de especies poco habituales, como el Hadrosaurus y Protoceratops. Y de adultos como el Gallimimus, que "eran rápidos corredores, muy parecidos a los avestruces actuales y que aparecen muy bien representados en la película Jurassic Park", comenta García.

La pieza que más éxito tiene entre los niños es el apodado 'Manostijeras'

La pieza que más éxito ha tenido entre los niños de este colegio es el Deinocheirus (mano terrible), apodado Manostijeras por sus terroríficas uñas de 60 centímetros. García lanza la pregunta: "¿Para qué le podían servir si no era carnívoro?". Y responden los niños a coro: "¡Para coger hojas de los árboles!". Son los únicos restos fósiles que existen en el mundo de este tipo de dinosaurio. Un chaval, al que se le podría augurar un brillante futuro en los negocios, pregunta: "¿Y cuánto cuesta?".

El recorrido está salpicado de pantallas donde se proyectan ocho vídeos con recreaciones de los dinosaurios. En una de ellas se puede observar un oviraptor incubando huevos en su nido. "El primer fósil de oviraptor se halló al lado de un nido y se pensó que estaba ahí para devorar los huevos, pero luego se descubrió que la situación era la contraria, estaba ahí para cuidarlos", ilustra el guía. "¿Los bebés que estaban dentro de los huevos se murieron?", pregunta con gesto triste uno de los pequeños visitantes.

La exposición incluye también restos fósiles de animales que convivieron con los dinosaurios, como los cocodrilos o las tortugas. E incluso un tronco de árbol fosilizado. "Hace 100 millones de años el desierto del Gobi eran un bosque muy frondoso", explica García. "Por eso al lado de los dinos se han hallado restos vegetales".

Algunos huesos eran tan pesados que tuvimos que sacarlos entre seis personas

La muestra se ha montado en colaboración con la Academia de las Ciencias de Mongolia y la Fundación Metropolitan para el Arte y la Cultura de Milán. Rinchen Barsbold, director del Instituto de Paleontología de la Academia de las Ciencias de Mongolia lleva 50 años trabajando con estos fósiles y "vino personalmente a montar la exposición, controlar el transporte y estuvo sacando de las cajas los fósiles y atornillando los esqueletos como el primero", relata García con emoción por haber contado con la presencia de este gran experto. "Algunos huesos eran tan pesados que tuvimos que sacarlos entre seis personas".

Tener estos fósiles en nuestro país es un auténtico privilegio. Los más remolones tienen hasta enero de 2011 para visitar la muestra. Entonces, el gran Tarbosaurio y los demás esqueletos serán desmontados. Cada hueso será embalado con un cuidado extremo para viajar hasta otro lugar del mundo, para que los ojos de otros niños puedan recorrerlos con la misma ilusión.