Ningún 'híper' español garantiza no aprovecharse de la explotación laboral, según un estudio
- Consumers International denuncia la conducta de las grandes cadenas europeas
- Ninguna de las que operan en España tiene un sólo aprobado y Dia es la peor
Las grandes cadenas de supermercados europeas, entre ellas todas las grandes españolas, carecen de suficientes mecanismos para asegurarse de que sus productos no provienen de la explotación de trabajadores en los países en desarrollo, según un informe de la organización Consumers International.
El estudio de la federación mundial de asociaciones de consumidores, presentado este martes en la sede de Naciones Unidas, considera "decepcionante" el respeto a los preceptos de la responsabilidad social corporativa (RSC) en las empresas del sector.
“La mayoría de los supermercados no puede demostrar que asume la responsabilidad de asegurar el respeto a las condiciones laborales“
"Pese a algunos ejemplos positivos, la mayoría de los supermercados no puede demostrar que asume la responsabilidad de asegurar el respeto a las condiciones laborales (dignas) y el comercio justo en sus cadenas de proveedores", señala el documento, titulado Hora de pasar por caja [pdf].
Entre las excepciones que menciona están las cadenas Coop Italia y Coop Dinamarca (cooperativas). En cuanto a las grandes superficies implantadas en España, ninguna recibe el aprobado de la organización, aunque valora algunos esfuerzos de Auchan (Alcampo, Simply-Sabeco), seguida de Carrefour y Mercadona.
Uno a uno
En el resumen del examen, la entidad (antiguamente denominada Organización Internacional de Uniones de Consumidores) concluye que Auchan tiene "algunas prácticas" que merecen ser destacadas en las cinco áreas evaluadas, mientras las otras dos (Carrefour y Mercadona) reciben esa nota en cuatro de ellas y en otra la de "políticas limitadas".
En un grupo intermedio se sitúan Lidl (se valoran "algunas prácticas" en dos apartados y en tres son "limitadas"), El Corte Inglés (una categoría con "algunos" elementos positivos y cuatro con avances "limitados") y Eroski (que tiene una mención valorable, tres de prácticas "limitadas" y una negativa).
Finalmente, la peor valoración la recibe el grupo Dia, que tiene todas las notas negativas (una categoría está sin evaluar). Además, ninguna de las grandes del sector en España merecen en ningún apartado la mención de "buenas políticas".
Control del mercado
Los autores del estudio centraron la investigación en las llamadas marcas blancas (las que comercializan los supermercados con su propio nombre) que ofrecen las grandes cadenas, ya que en estos productos tienen un mayor control sobre la cadena de proveedores.
Además, justifica la importancia de evaluar a estas empresas porque su capacidad de compra las convierte en actores dominantes con poder de influencia en las prácticas de los proveedores. Las cinco principales cadenas en los ocho países examinados (España, Bélgica, Francia, Dinamarca, Grecia, Italia, Portugal y Polonia) controlan el 50% el mercado, resalta Consumers International.
En sus conclusiones, el informe afirma que "es evidente que las iniciativas sobre la RSC no incluyen siempre a todos los productos y tampoco se aplica siempre activamente a las cadenas de proveedores en los países en desarrollo". Además, sólo 5 de las 16 compañías examinadas tienen reglamentos internos sobre salarios dignos y en apenas tres existen mecanismos de denuncia de abusos.
El informe también denuncia el escaso interés de las cadenas por promocionar el comercio justo y dice que eso contrasta con la opinión de los consumidores europeos, que en un sondeo paralelo al informe respaldaron que se pague a los proveedores precios que aseguren salarios dignos para los trabajadores.