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Siete libros para una Semana Santa

Te ofrecemos algunas recomendaciones para aprovechar los días de vacaciones con alguna novedad editorial en España.

Por

Nada que temer, Julian Barnes

  • Anagrama. 304 páginas. Barcelona, 2010.

El novelista Julian Barnes (Inglaterra, 1946) forma parte de una generación de escritores e intelectuales británicos que han resituado la literatura de las islas en el mapa y que comparten unas líneas ideológicas que podrían resumirse en su faceta de humanistas ateos. Martin Amis o Ian McEwan, por citar ejemplos, forman parte de ese grupo.

Algunos, como el científico Richard Dawkins, han derivado en apóstoles del ateísmo. Otros, como Julian Barnes, han suavizado sus posiciones. Como muestran ambos casos, el tema de Dios y la religión es una constante en la vida intelectual británica.

En Nada que temer, Julian Barnes, que se considera agnóstico, construye una especie de trayectoria de sus ideas sobre Dios y la muerte con el deseo de enfrentarse a ésta sin miedo. 

Toda la obra se ve atravesada por una nostalgia de algo que nunca se ha tenido, en palabras del propio Barnes: la fe religiosa. Y aunque el novelista de Leicester muestra claramente su descreimiento, lo hace sin crudeza, dejando que sus dudas fluyan. "No creo en Dios, pero le echo de menos", afirma.

La de Barnes es una obra interesante de un prosista de primera clase al que le gusta jugar con los géneros y llenar sus textos de referencias a autores clásicos, especialmente franceses. Una reflexión más filosófica que religiosa en una época de indiferencia frente a la cuestión. AGUSTÍN ALONSO G.

Las aventuras de un libro vagabundo, Paul Desalmand

  • Destino. 150 páginas. Barcelona, 2010.

Nacido en la localidad francesa de Mayenne, de 250 gramos de peso, ha sido libro. Paul Desalmand, padre de la criatura, propone un interesante ejercicio que convierte en protagonista a una novela que siente, se codea con los clásicos -con quienes mantiene profundas conversaciones acerca del sentido de la vida y la literatura-, disfruta del placer de viajar y sufre.

La novela, la primera de un autor de larga trayectoria como ensayista, resulta un tanto engolada a veces pero rezuma sentido del humor gracias al protagonista, dicharachero y guasón.

Pero sobre todo, supone un homenaje a los libros y un guiño a los que se resisten a una literatura sin páginas impresas y olor a páginas recién abiertas.

El asedio, Arturo Pérez-Reverte

  • Alfaguara. 736 páginas. Madrid, 2010.

Los amantes de la literatura de Pérez-Reverte están de suerte. El asedio, una monumental y polifacética novela sobre la Cádiz de 1812, asediada por los franceses, levantisca, liberal y baluarte final de un mundo que desaparecía en el tráfago de las revoluciones sudamericanas.

En El asedio está lo mejor de Reverte. Abundan los personajes analíticos, redondos, llenos de matices y puntos oscuros. Personajes obsesionados por una investigación -científica, policiaca, artística-. Están el mar y la navegación, dos amores de este autor, que los conoce y domina como pocos. Aparece el relato bélico, en el que salen los colmillos del reportero de guerra que fue Reverte.

El escritor Arturo Pérez-Reverte confiesa ser 'pesimista' sobre un país, España, que ha perdido 'muchas oportunidades'. Por eso en su nueva novela, El asedio, se ha sumergido en el Cádiz de 1811, un escenario que fue 'un foco de esperanza' y que le sirve para hacer 'un balance' de su carrera literaria.

Y está, como siempre, su crítica feroz a la España más oscura, la absolutista y clerical, la que se niega a evolucionar y lastra su propio futuro. Se evidencia, por último, su eruditismo, su pasión por la palabra exacta, su afán de académico de buscar ese término en desuso que define exactamente un objeto o una acción.

Y, claro, no podía faltar lo que mejor se le da a Pérez-Reverte: la acción. Trepidante, sin pausas, la novela avanza trenzando varias tramas que unas veces se tocan y otras se repelen, pero que siempre arrastran hacia un desenlace de vértigo. Literatura, por tanto, de altísimo nivel que se lee con auténtico frenesí. DAVID VARONA.

Compañeras de viaje, Soledad Puértolas

  • Anagrama. 217 páginas. Barcelona, 2010.

Vidas en femenino, contadas desde un prisma que trasciende lo extraordinario para sumergirse en la sencillez del día a día. Así refleja Soledad Puértolas los dos elementos comunes, mujeres y viajes, que vertebran cada uno de los 15 relatos que compone su nueva obra, Compañeras de viaje

Solteras, casadas, trabajadoras, abuelas, nietas, madres... París, Seúl, Túnez, Nepal o Londres... Son sólo algunos de los lugares y personjes que aparacen en la obra, en la que se cuenta incluso con voces de mujer las historias de los personajes masculinos.

Lo nuevo de Soledad Puértolas

Y es que son los viajes, muchos de ellos interiores, los que llevan a las mujeres de esta obra a empeñarse en ser ellas mismas lejos de su cotianeidad. Compañeras de viaje, su quinto libro de relatos, es una buena forma de acercarse a la obra de esta académica. MIRIAM HERNANZ.

El último dodo, Nicolás Fabelo

  • Ideal. 223 páginas. Las Palmas de Gran Canaria, 2010.

El último dodo es un diario novelado que radiografía a una generación, la que dicen mejor preparada de la Historia en España. "Se nos engañó asegurándonos que una buena formación nos aseguraba un buen trabajo", aseguraba Fabelo en la presentación de la obra, "pero uno descubre que a veces hace falta ser hasta sinvergüenza para tener éxito".

En esta mezcla de géneros, y a lo largo de algo más de 200 páginas, el escritor narra su cotidianidad durante cuatro meses, especialmente centrado en su declive profesional. Kafka era un oficinista gris que escribía en sus ratos libres; el Nicolás-narrador/Fabelo-autor es un oficinista de vida rica en matices aplastado por una grisura de oficina que no llega a kafkiana. 

'El último dodo' (El Ojo Crítico)

Si el "exceso de conciencia", en cita de Pessoa que el libro recoge, "inhabilitaba para la vida" al escritor luso, también a Nicolás esa rectitud exacerbada parece maniatarle en su búsqueda de sentido, en el deseo a veces desesperado de desentrañar el "cogollo" de la vida.

Sin embargo, no desistirá de oponer un muro contra la barbarie, empeño manifestado en el deseo de salvar siquiera metafóricamente a ese último dodo, símbolo de la belleza ingenua y bondadosa. AGUSTÍN ALONSO G.

La estrategia del agua, Lorenzo Silva

  • Destino. 384 páginas. Barcelona, 2010.

Tras una decepcionante experiencia con el sistema judicial, que ha puesto en libertad a un asesino al que había detenido después de una larga investigación, el brigada Bevilacqua, alias Vila, se halla desencantado y más escéptico de lo que acostumbra. Así se enfrenta al nuevo caso que le ocupa: un hombre llamado Óscar Santacruz ha aparecido con dos tiros en la nuca en el ascensor de su casa.

Parece el «trabajo» de un profesional, lo que se antoja desmesurado dada la poca trascendencia de la víctima, que tiene algunos antecedentes menores por tráfico de drogas y violencia de género. Vila y su compañera, la sargento Chamorro, afrontan la tarea, muy a regañadientes por parte de Vila, actitud que empezará pagando «el nuevo», Arnau, un joven guardia que poco a poco se irá ganando la confianza del brigada.

La última de la saga de la pareja creada por Lorenzo silva es una novela sobre los claroscuros de las relaciones, sobre los errores y aciertos de los jueces, sobre los vericuetos de la moderna investigación policial, sobre las injusticias que provocan las leyes y sobre el mal, que a menudo está entre lo que tenemos más cerca, incluso entre lo que un día amamos.

Dublinesca, Enrique Vila-Matas

  • Seix-Barral. 328 páginas. Barcelona, 2010.

Samuel Riba se considera el último editor literario y se siente hundido desde que se retiró. Un día, tiene un sueño premonitorio que le indica claramente que el sentido de su vida pasa por Dublín. Convence entonces a unos amigos para acudir al Bloomsday y recorrer juntos el corazón mismo del Ulises de James Joyce.

Riba oculta a sus compañeros dos cuestiones que le obsesionan: saber si existe el escritor genial que no supo descubrir cuando era editor y celebrar un extraño funeral por la era de la imprenta, agonizante ya por la inminencia de un mundo seducido por la locura de la era digital. Dublín parece tener la llave para la resolución de sus inquietudes.

Enrique Vila-Matas, de la era Gutenberg a la era Google

Niebla y misterio. Fantasmas y un sorprendente humor. Enrique Vila-Matas regresa con una novela que parodia lo apocalíptico al tiempo que reflexiona sobre el fin de una época de la literatura. Una novela abierta a las más diversas lecturas, una obra poblada de sorpresas.